EL ESPURIO METIDO EN SU PROPIO EMBROLLO

El Presidente en su laberinto

Jorge Carrillo Olea

Empieza el quinto mes de gobierno y su acción, lejos de percibirse definida, encauzada y con propósitos claros, se nota más dispersa. Los estrategas de Calderón han despreciado el principio del gran objetivo nacional y sus objetivos secundarios para caer en una serie de anuncios, de denuncias o cosas que cuentan pero que se advierten deshilvanadas.

Se anuncia de todo, pero no se percibe el propósito de finalidad del gobierno, tanto en la política exterior como en la interior, como en la económica y la social.

En sentido contrario y moviéndose con sus propias fuerzas enfrentan al gobierno problemas desatendidos en el pasado y otros de nueva factura. Se les va atendiendo con mayor o menor efectividad o se les elude como el caso del emplazamiento a huelga de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro donde entre aumentos y prestaciones el sindicato se llevó un increíble 5.91%.

Es innecesario hacer un catálogo de los problemas que enfrenta el Presidente, pero sí es útil señalar que su gabinete pinta muy poco como instrumentos de resolución de ellos. Habría que preguntarle a quien pudiera contestar: ¿es un exceso de protagonismo del Presidente o es una actitud de evasión o incompetencia de sus auxiliares?

El Presidente está en un embrollo. Un poco resultado de las bombas bajo la alfombra que heredó de Fox y otro de sus propios designios, como el equipo de dogmáticos y/o ignorantes que designó en su gabinete, véanse el secretario de Salud, Agricultura o el procurador de Medio Ambiente.

A él se le advierte todavía sereno, mesurado, respetuoso de la investidura, sobre todo en comparación con su antecesor, pero sin embargo ello no basta. Se requiere de planeación y ejecución rigurosas para poner a flote la moral tan quebrantada de este tan quebrantado país.

Se necesita de un firme ejercicio de liderazgo que parece ser que estamos en los últimos tramos de las grandes definiciones nacionales.

¿Cuáles serán las expectativas del propio Calderón sobre su registro en la historia.