Tache para el güerito gobernadorConrado Trapero Rivas
Guadalajara.- Por aquí los golpes de pecho, los actos de arrepentimiento y los propósitos de enmienda son la cara a mostrar para aparentar ser buenos, santos, hombres dedicados al bien común y todas esas patrañas que se utilizan para engatusar en las campañas. Pero cuando se trata de observar la ley, de respetar la dignidad del ser humano, de aplicar la tan traída tolerancia para con los que piensan diferente, para los que son diferentes, ahí es donde la puerca tuerce el rabo.
Vale para lo que se le unta al queso que se diga, que se escriba, que el ciudadano se inconforme, proteste, o que exhiba sus derechos, porque aquí en Jalisco para nada sirve. Si el gobernador quiere meter a todos sus parientes a trabajar en el gobierno, pisoteando y corriendo a gente entregada y con experiencia en el servicio publico (que los hay), así se hará, y punto.
Pero eso sí, aún no ha cumplido un mes en su cargo el “güerito gobernador”, que los spots de autoelogio suenan por toda la TV local, siguiendo el mal ejemplo de Fox.
¿Qué no habrá forma de convencer a nuestros mediáticos políticos que son las obras las que hablarán por ellos, que los ciudadanos nos daremos cuenta que ya no hay basura, que no hay baches, que se mejoraron las carreteras, que se abrieron nuevas, que hay más escuelas, más clínicas y que ya tienen suficiente abasto en medicamentos?
¿O que las calles y los espacios públicos vuelven a ser nuestros y que ese dinero que derrochan en intentar gobernar por el oído bien podría utilizarse en campañas de orientación pública sobre ahorro de agua, preservación de la salud, contra las drogas y tantas cosas que se requieren para que vivamos con calidad? Pero mientras sean ellos los primeros transgresores de la ley, estamos aviados.
Abundando en el ejemplo, encuentro en mi mesa de trabajo, (expediente del pleno 422/2006) referente a una resolución del Tribunal de lo Administrativo del Poder Judicial de Jalisco, quien determinó, desde el 7 de febrero del presente, una medida cautelar para que no se siga ejecutando obra alguna y la suspensión inmediata de las obras que se vienen realizando en la Colonia Country Club, por afectar el plan parcial de desarrollo, los mantos freáticos de esa zona, el uso del suelo y obvio, a los vecinos de la calle de Mar de Bering. ¿Usted cree que esto fue acatado? Ni de broma, nadie ha hecho nada.