PRIMERO EL FOBAPROA, AHORA EL ISSSTE, Y LOS MEXICANOS PAGANDO CUENTAS AJENAS

ISSSTE: imprevisión y corrupción

José Elías Romero Apis

De nueva cuenta los mexicanos estamos rescatando lo que hundió nuestra imprevisión y nuestra corrupción. Ya lo hemos hecho con los bancos. Después, por las mismas razones, lo hicimos con las carreteras. Así lo hemos hecho con muchas empresas del gobierno y de los particulares. Mañana será el turno de las energéticas. Hoy, es el día del ISSSTE.

Son muchos los nobilísimos logros de los que puede estar orgulloso el Estado mexicano. Pero si de algo tuviere que avergonzarse sería de la infamante disposición que se ha hecho y se sigue haciendo con las aportaciones que corresponden a las instituciones de seguridad social. No me estoy refiriendo a dineros que alguien se hubiere llevado a su bolsillo particular sino a lo que ha constituido un verdadero latrocinio de Estado cometido a través de una indebida y casi fraudulenta administración que ha producido graves daños irreversibles.

Como es de todos conocido, los caudales de las instituciones de seguridad social se forman de una manera tripartita mediante la aportación de los trabajadores, de los patrones y del Estado. Así funciona el IMSS. De manera semejante la del ISSSTE, donde el Estado además de como tal contribuye como patrón. Y bajo un modelo similar fue diseñado el financiamiento del Infonavit, del Fovissste y de todo el linaje de instituciones similares.

Sin embargo, para un gobierno que muchas veces ha vivido “al día” se le ha hecho fácil retrasarse o desentenderse de sus cuotas patronales y, en otras, hasta de apropiarse de las retenciones de las cuotas de los trabajadores. Esto ha producido muchas consecuencias gravísimas derivadas de la misma inmoralidad. Las más evidentes son que estas instituciones hoy están técnicamente quebradas.

En una palabra, que han prostituido uno de los logros más nobles generados por el sistema revolucionario.

Ese es el tipo de las inmoralidades mayores. Las que derrumban instituciones. Las que condenan a varias generaciones. Las que fracturan el régimen de gobierno. Las que alteran el orden de convivencia. Las que socavan los cimientos sociales. Las que provienen, ni más ni menos, de la irresponsabilidad, de la inconciencia y del cinismo.

Sin embargo, como decía el ranchero, no miremos para atrás porque se nos enchueca el surco y busquemos las soluciones idóneas y limpias para el porvenir. Es decir, que el gobierno limpie su sucio pasado a través de un límpido futuro.