ARROGANCIAS Y EXIGENCIAS
Jorge Carrillo Olea
Aunque merecedora de pronósticos más profundos, el resultado de la visita puede anticiparse: someter más aún al gobierno de Calderón a la agenda de intereses norteamericana. Ya anticipó Chertoff que para avanzar hacia la reforma migratoria es necesario “garantizar primero la seguridad en la frontera con México”.
Una exigencia dicha así, tiene dos significados: 1. Una imposición basada en la arrogancia y soberbia que le son propias al gobierno teócrata de Bush; 2. Lo irrealizable de la faena exigida y, por lo tanto, lo inviable de cualquier reforma mínimamente satisfactoria.
La exigencia es tan inalcanzable que hay que reflexionar sobre ella con base en aquel proyecto fracasado de Bush, en el que no ha ahorrado ningún esfuerzo (11 mil millones de dólares sólo para el año 1993) para crear la llamada “frontera inteligente”, que surge como el más importante proyecto de protección que da lugar la creación del Departamento de Seguridad Interior, hoy a cargo de Chertoff.
En ese proyecto también han fallado —lógicamente dado lo irreal de su tesis— los compromisos mexicanos, a pesar del dinero entregado a nuestro gobierno a través del entonces secretario Creel, supuestamente para subsidiar el esfuerzo que nos exigían. Nada ha cambiado a la satisfacción de ellos. Las cosas van peor. Y por cierto, que del dinero entregado, nunca se supo ni monto ni destino.
Quieren migración ilegal cero, lo que cualquier hombre con elemental sensatez anticipa como imposible. Todo lo contrario, la migración seguirá creciendo en la medida que los gobiernos del cambio sigan empobreciendo al país. Adicional a esto, hay una variable de gran peso: los emigrantes ya no son sólo indigentes que van a Estados Unidos en busca de sustento aceptando a cambio trabajos rudos.
Ahora son también jóvenes de clases medias y aun profesionales los que quieren ir a trabajar en busca de una seguridad personal y calidad de vida que en México parece cada día más inalcanzable. Los flujos crecen y se diversifican, de manera que en materia migratoria el señor Bush, Chertoff y congresistas que los apoyan, pierden el tiempo. Vamos a más.
La visita de Bush, en una semana en Yucatán, habrá de confirmar las ideas aquí plasmadas. Ojalá el gobierno mexicano tenga la estrategia para lidiar con tan espinoso problema con dignidad, cosa que no sucedió con Fox.
Por esto, vale decir que la visita habrá de marcar de varias maneras y para el resto del sexenio a la administración de Calderón, como marcó al de Fox en una equivocada decisión de apostar todo a Estados Unidos.