QUE ANDABA DE PARRANDA PROzacERA
Por: Marco Antonio Flota
Que Vicente Fox no ha fallecido ni políticamente, proclamó Manuel Espino. Pero, suponemos, sólo quiso decir que el ex Presichente está vivito y coleando —bueno, en el terreno de las suposiciones andamos.
No habrá pretendido afirmar el líder panista que Fox es vivo. Menos después de su último traspiés literario cuando le atribuyó a Mario Vargas Llosa el Premio Nobel y nacionalidad colombiana. Pero desde antes había otorgado también a Carlos Fuentes el Nobel: que ya lo hagan miembro de la Academia, si siempre le ha hecho al sueco.
Aún añadió Espino que Fox “es un hombre al que aclaman en México y fuera de nuestras fronteras”. Será la borguesía: clase social que lee a José Luis Borgues e idolatra al cónyugo de la señora Marta.
Pero si el señor Espino pone por los cielos a Fox, tiene en cambio sus reservas respecto a Felipe Calderón. Que será muy Presidente de la República, pero no es el jefe del PAN ha dicho. Aparte de minarle el camino en su visita a España, pues por poco le dice a Rodríguez: “¡Zapatero: a fabricar botas para mi cuate Fox!”.
Suele decirse del PRI que no sabe vivir sin Presidente de la República. Y no anda tan lejos el PAN: no puede convivir con su Presidente de la República.
En México no hemos tenido Presidentes cantantes.
Quizá don Adolfo López Mateos entonó alguna melodía a dúo con Marco Antonio Muñiz en casa de la celebre “Bandida”, pero antes de llegar a Los Pinos. López Portillo, otro bohemio, nunca dio muestra pública de aptitudes musicales: eso se lo dejaba a doña Carmen, la esposa con quien cortó por lo sano (Lozano era el director de la Sinfónica. Y es que cuando don Pepe se enojaba con la señora no la mandaba con su música a otra parte, sino con su Sinfónica a otro continente).
Por eso extraña que el Felipresidente Calderón se haya rebajado al nivel de Hugo Chávez, quien sí canta horrible las rancheras.
El mandatario venezolano suele entonar las de José Alfredo, salió en la tele cantando el “Cielito lindo”.
Pues bien, ante los recientes ataques de Chávez, Calderón le respondió con una canción de su michoacano terruño: “Palomas mensajeras”. Quizá quiso enviarle un mensaje pacifista con tales “Palomas”, pero Chávez es un buitre.