INTINERARIO POLITICO

Ricardo Alemán
28 de febrero de 2007


Que Calderón era el peor

La de Carlos Abascal no parece una declaración ligera, sino que explica la génesis del pleito: que Felipe no era el candidato de Fox

Si existía alguna duda del origen y la intensidad de la escaramuza política entre la dupla Fox-Espino contra Felipe Calderón, el señor Carlos Abascal se encargó de disiparla. "... ganó no quien parecía que iba a ganar", sino al que militantes del PAN reconocieron "como la persona idónea, no la mejor, sino la idónea para ser el candidato".

Confesión de parte (Milenio, 27 de febrero), en la que el secretario general adjunto del PAN, Carlos Abascal, reconoce públicamente el origen y destino de la lucha que ha convertido a la dirigencia nacional de ese partido en el principal adversario del presidente Felipe Calderón.

Abascal aventura que otro candidato, que no era Calderón, parecía que iba a ganar. ¿Quién parecía que iba a ganar? ¿Iba a ganar o debió ganar? ¿A los ojos de quién y bajo qué criterios? ¿Por qué Calderón fue el idóneo para la militancia, pero no era el mejor? ¿Los militantes se equivocaron? ¿Quién era el mejor? ¿Mejor según quién?

La de Carlos Abascal no parece una declaración ligera. Tampoco casual. Más bien se puede aventurar que se trata de una reflexión abierta que no sólo confirma lo que todos han visto y escuchado, sino que explica la génesis del pleito: que Calderón no era el candidato del entonces presidente Fox, que según "los hombres" del propio Fox, el mejor candidato del PAN era Santiago Creel, y que debido a un fatal error estratégico, la militancia de Acción Nacional le arrebató a Fox el poder transexenal. Poca cosa.

Pero si era sabido por todos, el pleito entre foxistas y calderonistas, y si todos han sido testigos de sus alcances, entonces lo que verdaderamente interesa de la declaración de Abascal es que se le otorga carta de naturalización al pleito; le pone nombre y apellido. Pero no es todo, además nos anuncia que esa pelea continuará durante semanas y meses, hasta que se produzca la renovación del Consejo Nacional del PAN, y hasta los primeros meses de 2008, cuando sea renovada la dirigencia de Acción Nacional, a partir de la nueva integración del citado Consejo. Una real lucha de poder.

¿Por qué declara lo que declaró el señor Abascal? En diversos medios intentó explicaciones poco claras y nada convincentes. Es cierto, Abascal es uno de los más claros representantes de la extrema derecha mexicana, de los políticos más lúcidos y que suele ser cuidadoso de las palabras y su significado. Por eso podemos suponer que dijo lo que dijo, más que por un acto perverso, porque eso es lo que cree y lo que sabe, desde la lente de la extrema derecha a la que pertenece: "que no ganó quien parecía que iba a ganar", y que ganó "no el mejor, sino el más idóneo". En el fondo se trata de una declaración acertada y correcta -desde el interés foxista y espinista-, pero políticamente inconveniente, porque se suma al llamado fuego amigo contra Calderón.

Pero el asunto tiene más "carnita". Todos saben que el señor Abascal era uno de los consejeros más influyentes en el ex presidente Fox. Aunque ahora lo niegue, fue uno de los principales impulsores de la presidencia panista de Manuel Espino y de la candidatura presidencial de Santiago Creel. De no ser así, no habría llegado a la Secretaría de Gobernación para suplir nada menos que al señor Creel -a quien cuidó de los escándalos en Gobernación-, y para conducir, junto con Espino, lo que creyeron sería su elección. Más aún, si no perteneciera a ese grupo que pretendía la sucesión presidencial, y que ahora busca "seguir continuando" -en palabras de Gómez Morín- con el control del PAN y pretender la candidatura presidencial para 2012, no ocuparía la secretaría general adjunta de AN.

En realidad Carlos Abascal -junto con los foxistas- llegó a la segunda posición del PAN porque desde ese cargo ya es el responsable de conseguir, para su grupo político, la mayoría del Consejo Nacional, que una vez lograda hará posible la reelección de Manuel Espino. Es decir, que si la militancia les ganó la candidatura presidencial para 2006, la militancia se las dará para el lejano 2012. Y es que la extrema derecha panista aprendió la lección; sabe bien que el error que cometieron fue haber creído que era suficiente con la popularidad de Santiago Creel, cuando Calderón les demostró que la fuerza del panismo -por lo menos para ganar una candidatura presidencial- está en las bases del partido, no en los reflectores que da el gobierno.

Y podrían cometer un segundo muy grave error, si siguen creyendo que Calderón "era el idóneo, pero no el mejor". Porque si algo preocupa al nuevo Presidente es precisamente lo que pasa con su partido. Por ninguna razón Calderón permitirá que el Consejo Nacional quede en manos de esa extrema derecha, porque sería entregar su sexenio. Lo que pasa es que sin rabietas ni manotazos, Calderón opera desde la propia Secretaría de Gobernación lo que será su segundo arribo al PAN. También por eso parecen haber cambiado las señales y el nuevo dirigente de Acción Nacional no saldrá del gobierno -para romper con la inercia del partido sometido al gobierno-, sino que vendrá de la militancia. Y en una de esas hasta de Guanajuato.