UN APORTE MAS DEL PERIODISTA MARCO CASILLAS
POR : MARCO CASILLAS
“Y es que algunos no rebuznan, de miedo del Aparejo”:
María de la Luz Alcalde Nieto Vda. De Arredondo (Abuela del de la pluma)
Si el fino lector o la lectora (también fina) recuerdan, hace varios artículos declaraba mi total confusión ante los tiempos gubernamentales y políticos que corren, vuelan y se aceleran –como en la canción de Timbiriche interpretada locuazmente hace varios años- .
Le decía a usted que me sentía como gallina en autopista, o, en el mejor de los casos, como perro en periférico. Ya me estoy calmando un poco, aunque es mi deber de madre, digo de padre, observar que el mundo que le dejaré a Luciana –que ahora duerme en su porta-bebé con la música de Molotov como paternal fondo mientras escribo- sea lo menos pinchurriento posible, aunque algunos se empeñen en lo contrario.
Y es que en materia política, la segunda mitad del 2006 y los primeros días del 2007 en México resultaron más absurdos que el guión de “Santo y Blue Demon contra los Monstruos”. Las ligeras crisis de locura (Jean Paul Sartre, dixit) parecían apoderarse de nuestra preclara clase política.
William Friedkin y “El Exorcista” (película que vi solito en 1973 en el Cine Principal – hoy Teatro Ricardo Castro- de Durango) se quedaban chiquitos ante los ominosos signos de maligna y demoníaca posesión de los políticos zacapoaxtlas.
Una elección presidencial inéditamente competida parió decenas de sucesos que, eslabonados, le daban forma a una tragicomedia que bien pudiese enmarcarse en el realismo mágico o en la lógica de lo absurdo, o ya picados y en la barra, en la Teoría del Caos.
Diputados Federales –de peso mosca, por cierto- mostrando sus dotes de Ratones “Macías” en plena Cámara, mi querido Andrés Manuel plantado en el Zócalo y luego recorriendo patria al estilo del que decía “no hay más ruta que la nuestra”, Felipillo arribando por la puerta trasera y a hurtadillas a su toma de posesión y luego mostrándonos que su mitomanía no era un mito, y que a partir de diciembre del 2006, nomás sus chicharrones truenan. Miren que diantre.
Cual “Cavernario Galindo”, cual mandril enloquecido y en celo, el gris Felipe asestó feroces alzas al gas, gasolina, leche, tortillas, huevo y demás, y tomando del brazo las fuerzas federales armadas y policíacas buscó la fortaleza que políticamente no tiene.
Luego nos mostró al gabinete de Yunquistas, pro católicos, salinistas, zedillitas, foxistas y demás neoliberales invitados a sentarse en la ultra-derecha del Señor. Como inauguración de su sexenio, antes había anunciado que la cultura, la ciencia y la educación no eran para la “gente plebeya” recortando el presupuesto nacional para tales áreas.
Con el mal ejemplo que le puso Fox, Calderón comenzó a hacer esfuerzos titánicos para superarlo en pifias, atolladeros y berenjenales. Ahí la lleva.
Ante tan oscuro panorama nacional –que por cierto me resulta más aterrador que El Exorcista de 1973-, recuerdo a Germán Dehesa en su libro “Los PRIsidentes” cuando cita a los pescadores de Campeche y a la frase “No hay buen viento para el que no sabe a donde va”.
Las iniciales demostraciones de mal gobierno de Calderón simplemente nos llevan a reflexionar en varios puntos graves y serios:
punto A) El señor no sabe ni de que lado pega el diurex.
punto B) El señor no sabe ni con cuantas gordas llena.
Punto C) Desconoce de que lado masca la iguana.
Punto D) No sabe de que lado escupe el Tiburón.
Punto E) Ignora a las cuantas vueltas se echa un perro.
Punto F) No sabe si va o viene y...
Punto G… Punto G… pues que rico. El Señor nos proteja los próximos seis añitos.
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digan_loquedigan@yahoo.com.mx
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