OTROS ANGULOS
Una piedrota (Fox) para Calderón
Por: Raúl Cremoux
Es bien sabido que el presidente Calderón no tiene gusto ni apetito por Manuel Espino, dirigente cupular de su partido Acción Nacional. Las diferencias son muchas hasta el punto que ninguno de los dos las niega. A Calderón le gustaría que en la renovación del Comité Ejecutivo del PAN, no estuviera el más significativo representante del Yunque y del conservadurismo extremo que representa Espino. Este, por su parte, se ha dedicado a fortalecer su posición y para ello ha invitado a ese comité a ex empleados de Fox que figuraron hasta el año pasado, sea como secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez; sea como secretario del trabajo, Florencio Salazar.
La mata sigue dando: ahora espera promover al mismísimo Vicente Fox como miembro de la dirigencia partidista y lo promueve para encabezar la Internacional Demócrata Cristiana (IDC). Esta asociación está compuesta por partidos políticos de abierta aspiración derechista y su ideología está configurada por el principio de humanismo cristiano. Actualmente, agrupa a 16 diferentes partidos políticos, tiene su sede en Bruselas, Bélgica y es presidida por un italiano de nombre Pier Ferdinando Casini.
El presidente del PAN, Manuel Espino, anunció el pasado 16 de diciembre su intención de promover a Vicente Fox para el cargo en la IDC. Se valió de elogios en los que ponderaba la capacidad, experiencia, talento y vocación de servicio del ex presidente.
La aspiración de Espino es incorporar al comité directivo a Fox a como dé lugar y con ello fortalecerse él mismo. Eso está claro; lo que guarda velos de opacidad es saber qué pretende hacerle sentir a Calderón.
Es obvio que la presencia de Fox no ayudará a los planes y acciones de Calderón, quien ha mostrado un evidente deslinde con el ex primer mandatario. Las prioridades de Calderón están hoy muy lejos de ocuparse de Espino. Su interés primordial es dar a conocer proyectos que le den cada vez más, mayor legitimidad y al mismo tiempo lo consoliden en la presidencia. Al enterarse de los planes de Espino, no estará contento. No podrá estarlo cuando la autonomía del PAN y las acciones de su presidente nacional, parecieran ser las propias de la oposición. Los vínculos entre Calderón y Espino no son solamente más distantes, sino también cada vez más frágiles. ¿Hasta dónde llegará la audacia del mayor representante del conservadurismo en tratar de ponerle piedritas en el camino a Calderón?