LOS TEIBOLEROS DEL PRI
Todo en ella parece sacado de un manual de Carreño. Se llama Sara Latife y es el único rostro, la única imagen que aparece como algo nuevo y fresco en la disputa interna por la dirigencia nacional del PRI.
Tiene 30 años, es inteligente y ha hecho una meteórica carrera política que hoy la tiene como compañera de fórmula de Enrique Jackson. Un detalle, sin embargo, como una verruga en la cara, marca también la vida de esta bella mujer: hasta el año pasado, Latife era dueña y regenteaba el Black and White, uno de los mejores antros de table dance de Cozumel, su tierra natal.
En el decrépito edificio de Insurgentes Norte 59 todos hablan de la construcción de un PRI fresco.
Enrique Jackson-Sara Latife y Beatriz Paredes-Jesús Murillo, las dos principales fórmulas que pretenden la dirigencia nacional y la secretaría general, son quienes más traen ese discurso en la boca y nadie se los arrebata. Los cuatro, juntos, suman una vida de 205 años. Suficiente para la experiencia, mucho para un proyecto sobre la renovación.
La más joven es Sara Latife Ruiz Chávez. Tiene 30 años. Su origen está en Cozumel, Quintana Roo, un trozo de tierra que un día fue de los inigualables mayas.
Hasta hace unos meses poco se sabía de ella: licenciada en economía, subsecretaria de Desarrollo Económico con el ex gobernador Joaquín Hendricks, oficial mayor con Félix González en la alcaldía cozumeleña, secretaria de Planeación cuando González llegó a la gubernatura, y enemiga número uno de Gustavo Ortega Joaquín, actual presidente municipal de Cozumel.
En pocas palabras: Sara estaba acostumbrada a hacer política frente a la mar.