LOS QUE GANARON CON EL ALZA DE LAS TORTILLAS
Por Celso Cristóbal Hernández Rojas*
De nueva cuenta, como en los años ochenta y noventa, hay fuertes indicios de que la economía mexicana se encamina a una espiral inflacionaria, y como en esos años, la explicación oficial de manera general es que la inflación se trajo del mercado internacional, principalmente en los productos básicos que importamos; expresándose como un mal que desquicia a nuestra economía y que tiene como victimas favoritas a los trabajadores que viven de su salario
Los voceros de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se han apresurado a señalar que los recientes incrementos a los básicos, tortilla, huevo, carne de res, pollo, se debe a que los precios del maíz crecieron desproporcionadamente debido a que millones de toneladas que se dedicaban al consumo humano fueron canalizadas para producir etanol en los Estados Unidos, ocasionando que los precios internacionales se incrementaran y que se desatara en el mercado interno el acaparamiento y la especulación del grano, que ocasiona el incremento al precio de la tortilla.
Esta explicación deja abierta más contradicciones que certidumbre de que así sean las cosas, sin ir muy lejos nos preguntamos, por qué entonces el acuerdo presidencial con los industriales de la masa y la tortilla; se ha incrementado el precio de la tortilla de $6.00, en noviembre a $8.50 en enero, es decir en un 40%, cuando los precios internacionales no subieron en ese nivel, por qué no se aplicó una política de subsidio.
Por qué se hace sobre la base de importar de los propios EUA, 450 mil toneladas de maíz, para garantizar el abasto a molineros y empresarios, para romper el acaparamiento y la especulación, se dice, pero lo que a final de cuentas nos da, es un precio incrementado, que es el mal mayor, porque va directamente en contra de las familias mexicanas y de los trabajadores en particular. Esta solución inflacionaria que aplica el gobierno, era la única posible: ¿Que lógica mueve al Gobierno a plantearse en general que es mejor la inflación que el impulso del crecimiento económico del mercado interno o el desarrollo de una economía social?
El gobierno PANísta, desde tiempos de Vicente Fox, ha afirmado que es un gobierno de empresarios, por eso no es extraño que las soluciones que tomó vayan en beneficio de los industriales de la masa y la tortilla encabezados por el Grupo Maseca, a los cuales les autorizó el incremento de precios y les garantizó el abasto, en lugar de intentar otras soluciones, como el impulso de la producción agropecuaria nacional o incluso de acudir al mercado internacional en busca de mejores precios, viendo a los competidores de EUA.
Pero si esto aún deja dudas, bastaría ver el movimiento de tarifas y precios de servicios de orden Federal para darnos cuenta de la vocación inflacionaria de quienes dirigen la economía nacional. El incremento de gasolinas y gas, energéticos esenciales en los procesos productivos, y del transporte; que repercuten en el precio de casi todas las mercancías, que se incrementaron en enero, pero a ello se han ido sumando otros tantos, como casetas, junto con los otros básicos, que han roto la disciplina que tanto se cuido para no caer en la inflación.
El fenómeno de la inflación, en la economía, como un movimiento desmesurado de los precios, tiene dos caras, la de la especulación y el acaparamiento en un primer momento, que operan los propios empresarios y dueños del capital, nadie llena bodegas si no espera que con el movimiento de los precios obtenga una gran ganancia, y la de los trabajadores, que viven del ingreso de sus salarios y quienes ven reducido su poder de compra.
En los casos que estamos observando incremento de básicos, indispensables en la dieta de la población, el fenómeno inflacionario expropia a la fuerza de trabajo, para incrementar sus ganancias el capital.
Por ello es de elemental justicia social, impulsar un gran movimiento en defensa de la economía popular y del poder de compra de los trabajadores, asumamos la convocatoria a la movilización del 31 de enero, teniendo como fin concreto el detener el alza de los productos básicos. Debemos sensibilizarnos y tener la plena convicción que con ello contribuimos a que la sociedad civil ponga freno a la voracidad de los especuladores y acaparadores y que, en general, es posible y real hacer acciones en contra de una política gubernamental que no busca el bienestar social de la población.
* Licenciado en Economía; Miembro del Taller de Economía Social y Políticas Públicas de la Facultad de Economía. UNAM