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domingo, 7 de enero de 2007

NI EN LA SUPREMA CORTE DE LA NACION SE CONFIA YA, A DONDE IREMOS A PARAR?


Mentiras y manejos turbios en la Corte

Por: Félix Fuentes

En los últimos ocho años, la Suprema Corte de Justicia de la Nación no ha contado “con un índice de confianza satisfactorio”, afirmó el nuevo presidente del principal tribunal mexicano, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Es una gran verdad y en ese deterioro fue factor principal el presidente anterior, Mariano Azuela.

Llamada “corte de los milagros” en tiempos del ex poderoso PRI, porque los magistrados de entonces también hacían de las suyas en sentencias finales, particularmente de amparos, el desprestigio de la Corte fue mayúsculo durante el pasado periodo por dispendios de sus abultados presupuestos y manejos arbitrarios en controversias constitucionales.

Los actuales ministros comentaban en voz baja que Azuela logró el máximo honor del Poder Judicial, la presidencia, por la influencia de su amigo Ramón Muñoz, de alta calificación de “yunque”, brazo derecho de Vicente Fox y ahora senador de la República.

Así se explica por qué la Corte se destacó como incondicional del régimen foxista. Fue de escándalo la presencia de Azuela en Los Pinos, junto con el ex procurador Rafael Macedo de la Concha, cuando fue discutido el desafuero de Andrés Manuel López Obrador.

De entre tantas páginas oscuras en el mandato de dicho ministro destaca la controversia contra el presupuesto federal del año 2005, aprobado por la Cámara de Diputados. Vicente Fox envió el documento en periodo de receso y fue aceptado por los ministros Salvador Aguirre Anguiano y José de Jesús Gudiño Pelayo, en base al falso acuerdo del pleno para estudiar el caso.

A pregunta de este columnista, uno de los ministros se declaró ofendido porque no hubo reunión para tratar ese asunto y menos fue autorizada su publicación en el Diario Oficial, como se hizo, sin firmas de los 11 togados.

Descubierta la patraña de Azuela Güitrón, éste tuvo la osadía de declarar: “Lo que tuvimos que enviar fue la verdad. Y la verdad fue certificar que no hay ningún acuerdo firmado, ni siquiera por el presidente (de la Corte) que se estaba solicitando y yo creo que aquí tenemos que ser realistas en la condición humana”.

De esa manera justificó la aceptación de dicha controversia durante las vacaciones del Poder Judicial y en el cual sólo deben tratarse asuntos administrativos urgentes. Luego se lavó las manos en el secretario general de Acuerdos, Javier Aguilar Domínguez, porque, afirmó, “así ha sido la práctica común en los años recientes”.

El propio Azuela exhibió su calidad de ministro al anteponer la condición humana a la mentira y a los manejos turbios porque, en sus propias palabras, así ha sido la práctica común. Esto explica por qué la justicia es debatida en el cieno.

El ahora presidente de la Corte, Ortiz Mayagoitia, intentó disminuir aquel escándalo al decir: “¿Durante los periodos de receso hay Suprema Corte de Justicia o es como un ave fénix que desaparece y después aparece? Yo digo que es obvio que sí hay, sólo que opera en vacaciones…”. ¿Y por qué opera si su propia Ley Orgánica se lo impide?