APPO, LOPEZOBRADORISMO, ZAPATISMO
Por: Miguel Angel Ferrer
A partir del 25 de noviembre pasado, el gobierno federal panista utilizó en Oaxaca la violencia militar, las aprehensiones indiscriminadas, la deportación extrajudicial, los encarcelamientos en prisiones de alta seguridad, las desapariciones forzadas, la tortura y hasta el asesinato de inconformes y opositores. Todo con el fin de aplastar el movimiento social que demanda la salida del gobernador priísta Ulises Ruiz. Y ya se ve, seis semanas después, que el dictatorial propósito no pudo ser satisfecho.
Ese movimiento social, como todos aquellos que poseen verdadero enraizamiento popular, sigue vivo y actuante. Y si bien es cierto que después de la feroz represión, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (la APPO) ha tenido que pasar a una etapa de reorganización y replanteamiento de sus estrategias y modos de actuar, decisiones que los calderonistas quieren hacernos ver como muestra de debilitamiento, también es verdad que esa organización popular tiene hoy más razones que nunca para seguir vigente y actuando.
En primer término, la renovada convicción de que Oaxaca es gobernada por un delincuente de la peor ralea, por un sátrapa desalmado y envilecido, cuya salida del poder es cada día más imprescindible y urgente. En segundo lugar, hoy el pueblo oaxaqueño, organizado en torno de la APPO, debe movilizarse decididamente para lograr la liberación de sus líderes (entre los que se encuentra un antiguo aliado del panismo, el ex foxista y promotor del voto útil, Flavio Sosa), todos ellos acusados falsa y perversamente de diversos delitos.
Una tercera razón para la renovada existencia de la APPO es que, sin habérselo propuesto, hoy se encuentra convertida en la vanguardia de los movimientos sociales de resistencia al fraude electoral, a las políticas neoliberales y a la dictadura militar con fachada civil que sufre México desde el 1 de diciembre pasado.
Y esta situación de vanguardia se hace presente en momentos en que la derecha panista en el poder ha decidido cancelar las conquistas políticas y los derechos sociales de los mexicanos, logrados en centurias de luchas y rebeliones contra autoritarismo, clericalismo, opulencia desbordada y corrupción sin medida de los gobernantes.
Hoy la APPO y los movimientos zapatista y lopezobradorista se han convertido en los principales referentes de la nueva insurgencia nacional contra la usurpación del poder, el dominio del neoliberalismo, el empobrecimiento popular y la corrupción gigantesca y descarada del pripanismo.