EL PELELE ESPURIO Y SUS ESTUPIDOS BERRINCHES

Calderón No es México

Por Edgar Cienfuegos

El presidente Culebrón ha dicho que no tolerará insultos contra México. Pero más bien hay que recordarle a ese señor que él no es México. Que la institución que él representa tampoco es México. Que su horda de gorilas con armas tampoco son México y que el pueblo mexicano esta muy lejos de identificarse con granaderos, policías y militares que asesinan, violan y cometen fratricidio. Hay que recordarle que sí él esta en la presidencia no es por ‘voluntad popular o por elecciones pseudo democráticas; hay que echarle en cara que sí el está en su cargo es por los negocios sucios, cuñados incómodos, favores políticos, por todos los vicios, corrupciones y podredumbre que tienen su guarida en los Pinos y Bucareli.

El verdadero México no es el que perdió miles de pesos con el cierre del paseo de Reforma, no es el que va a vacacionar en los hoteles de lujo que planean construir sobre los huesos Yaquis, el verdadero México no es el que necesita guaruras para afirmarse representante del pueblo y mucho menos necesita policías para proteger sus cuentas bancarias.

El verdadero México sabe que Culebrón no es presidente por democracia sino por imposición, sabe que es un cerdo, un hipócrita, y un inseguro como el finado Fox —si no me creen chequen los gallos que se avienta cuando habla. Y en todo caso ¿quién se enojaría de que le dijeran sus verdades? No serían los mexicanos trabajadores, honestos y leales; más bien serían los burócratas mentirosos, ladrones y genocidas.

El verdadero México no es el que se defiende con policías o militares, más bien es el que es robado y encarcelado por estos mismos. El verdadero México no se va a su rancho después de que lo corren de su trabajo, vive en el campo y no tiene trabajo ni mucho menos lagos artificiales para veranear. El verdadero México no se va de gira por Nicaragua apenas consigue un trabajo, pues a veces no tiene tiempo suficiente para ir a Chapultepec. El verdadero México no se esconde para viajar por el país o hablar en público, más bien es golpeado y encarcelado por manifestar su inconformidad. El verdadero México no gana millones de pesos al mes y se da el lujo de descontarse el diez por ciento de su salario, antes tiene que conformarse con $1.90 de aumento, mientras que los precios de la canasta básica se duplican o triplican.

Finalmente que nos importa a nosotros, que no aceptamos ni dios ni gobierno, que insulten el nombre de una figurilla vacía y sin sentido, caduca y lista para morir. Al contrario deberíamos contribuir con un montón de improperios, majaderías y ese ingenio que caracteriza al mexicano para que el pelón ese, se siente a llorar su derrota y ya chiquito por la agresión nos de el lugar que se robó.