EL DILEMA DE LAS MUJERES OAXAQUEÑAS
Mujeres indígenas ante la disyuntiva
Ir al norte o el narcotráfico, opciones ante la pobreza
Por Soledad Jarquín Edgar
Oaxaca, Oax., 10 enero 07 (CIMAC).- Ante la pobreza, no hay muchas opciones: irse al norte o el narcotráfico. Y este último recurso es el que termina con la vida o la libertad de muchas mujeres oaxaqueñas, es el caso de siete indígenas que se emplearon como “burreras”, “cabelleras” o “mulitas” y fueron encarceladas en el penal de Ixcotel, Oaxaca.
De ellas habla el libro Narcotráfico, pobreza, justicia y derechos humanos: mujeres indígenas presas por delitos contra la salud, escrito por la socióloga Concepción Núñez Miranda, que será publicado en 2007, luego de obtener una mención honorífica en el concurso de tesis Sor Juana Inés de la Cruz, primera feminista de América, convocado por Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).
Núñez Miranda sostiene que en México no se ha podido resolver el problema de la pobreza extrema, por lo que es urgente la revisión de las políticas públicas que se aplican en el campo mexicano, que no resuelven la profunda crisis que lleva a las personas a tomar una determinación de sobrevivencia: ir al norte (de México o a EU) o el narcotráfico. Decisiones que cuestan la vida o la libertad.
“Habría que revisar el supuesto combate al narcotráfico en México que no ha dado resultados, pero en cambio destina recursos que podrían emplearse en servicios de salud, educación y en la generación de empleos, y resolver el problema estructural de la pobreza que lleva a la cárcel a muchas mujeres injustamente”.
DELITOS DE LA POBREZA
Para la doctora Concepción Núñez Miranda, es fundamental que un trabajo de investigación contribuya a transformar la realidad. Así lo reflexionó cuando empezó a visitar a las mujeres presas por narcotráfico en el penal de Ixcotel.
Encontró ahí a Elena, una de las madres entrevistadas años atrás cuando realizó el trabajo Aves sin nido, que narra la condición de vida de las madres de niñas y niños de la calle. Antes la visitaba en el Tutelar para Menores, ahora ella estaba “en la cárcel grande”.
Fue entonces – recuerda- cuando se planeó la necesidad de contribuir a transformar la realidad de las mujeres presas e inició una ardua labor --que ya suma cinco años-- con el resultado de la investigación que ha sido premiada por Inmujeres y que será publicada este año.
Producto de su posición ante la realidad son también el documental Deshilando condenas, bordando libertades, que obtuvo el premio José Rovirosa, otorgado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y un segundo documental que se dará a conocer en breve.
La mayor de todas las satisfacciones de Concepción Núñez fue sin duda ver a las siete mujeres en libertad, dice.
“Ellas no habían tenido ninguna otra oportunidad frente a la vida y siendo adultas, por una decisión equivocada, por su necesidad de obtener dinero para sus hijos, por no hablar el castellano o porque son engañadas cometen lo que yo llamo delitos de la pobreza”, sostiene la entrevistada.
Porque aunque reconocen que estar en libertad les ha producido mucha alegría, el encuentro con las y los hijos después de tres, cuatro o cinco años de cárcel ha sido terrible, viven con el reproche permanente porque se quedaron a la deriva, los que no se fueron al norte son alcohólicos en su adolescencia y ellas se sienten nuevamente culpables de esos destinos que deja la tragedia de ser pobres.
Conferenciante en México y en el extranjero, Núñez Miranda reconoce que es difícil transformar la realidad, pero la insistencia y la necedad fueron sus aliadas ante instituciones como la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CNDPI) o la Procuraduría General de la República (PGR).
Un primer producto de ese trabajo que la acercó a la realidad del narcotráfico en las comunidades marginadas fue el video Deshilando condenas, bordando libertades, a cuya presentación convocó no sólo a la comunidad académica o a los organismos de la sociedad civil, sino también a dos instituciones invitadas por Inmujeres para ver el documental: CNDPI y PGR.
“El documental, recuerda, fue visto por un grupo de jueces. Uno de ellos al terminar dio un discurso y señaló que cómo era posible que tuvieran que ver la realidad en un video, que se apenaba por todo lo malo que estaban haciendo, que le daba vergüenza y que lo único que les interesaba eran las cifras pues eso les daba mejor calificación, deteniendo gente que no es la culpable de todo”.
VIVIR UN NUEVO INFIERNO
Núñez Miranda es también autora de otras investigaciones, como Las maestras oaxaqueñas, movimiento magisterial, vida cotidiana y democracia, tesis que le permitió obtener el título de licenciada y que al igual que ahora, hace unos 20 años, obtuvo el segundo lugar como la mejor en su género en la UNAM.
El segundo trabajo, publicado por el entonces Instituto Oaxaqueño de las Culturas, fue Aves sin Nido, donde se narran testimonios de vida de las madres de hijas e hijos de la calle, cuya edición se agotó, dice orgullosa la ex directora de la Universidad Pedagógica Nacional-Oaxaca.
“Son historias de vida de las mujeres que no sólo les permite hablar, hacer confesiones personales que se van haciendo sociales, sino también decir su verdad y su tragedia, y denunciar casos extraordinarios como el de las mujeres presas”, afirma convencida que aún hay mucho por decir sobre la condición social de las mujeres desde sus propias voces.
Hija de maestros rurales e integrante del Grupo de Estudios de la Mujer “Rosario Castellanos”, Núñez Miranda adelantó que en breve será presentado el segundo documental que narra la vida de estas siete mujeres ahora en libertad y que en contraste muestra testimonios de una vida difícil, que ellas mismas califican como “vivir un nuevo infierno”.
Por Soledad Jarquín Edgar
Oaxaca, Oax., 10 enero 07 (CIMAC).- Ante la pobreza, no hay muchas opciones: irse al norte o el narcotráfico. Y este último recurso es el que termina con la vida o la libertad de muchas mujeres oaxaqueñas, es el caso de siete indígenas que se emplearon como “burreras”, “cabelleras” o “mulitas” y fueron encarceladas en el penal de Ixcotel, Oaxaca.
De ellas habla el libro Narcotráfico, pobreza, justicia y derechos humanos: mujeres indígenas presas por delitos contra la salud, escrito por la socióloga Concepción Núñez Miranda, que será publicado en 2007, luego de obtener una mención honorífica en el concurso de tesis Sor Juana Inés de la Cruz, primera feminista de América, convocado por Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).
Núñez Miranda sostiene que en México no se ha podido resolver el problema de la pobreza extrema, por lo que es urgente la revisión de las políticas públicas que se aplican en el campo mexicano, que no resuelven la profunda crisis que lleva a las personas a tomar una determinación de sobrevivencia: ir al norte (de México o a EU) o el narcotráfico. Decisiones que cuestan la vida o la libertad.
“Habría que revisar el supuesto combate al narcotráfico en México que no ha dado resultados, pero en cambio destina recursos que podrían emplearse en servicios de salud, educación y en la generación de empleos, y resolver el problema estructural de la pobreza que lleva a la cárcel a muchas mujeres injustamente”.
Para la doctora Concepción Núñez Miranda, es fundamental que un trabajo de investigación contribuya a transformar la realidad. Así lo reflexionó cuando empezó a visitar a las mujeres presas por narcotráfico en el penal de Ixcotel.
Encontró ahí a Elena, una de las madres entrevistadas años atrás cuando realizó el trabajo Aves sin nido, que narra la condición de vida de las madres de niñas y niños de la calle. Antes la visitaba en el Tutelar para Menores, ahora ella estaba “en la cárcel grande”.
Fue entonces – recuerda- cuando se planeó la necesidad de contribuir a transformar la realidad de las mujeres presas e inició una ardua labor --que ya suma cinco años-- con el resultado de la investigación que ha sido premiada por Inmujeres y que será publicada este año.
Producto de su posición ante la realidad son también el documental Deshilando condenas, bordando libertades, que obtuvo el premio José Rovirosa, otorgado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y un segundo documental que se dará a conocer en breve.
La mayor de todas las satisfacciones de Concepción Núñez fue sin duda ver a las siete mujeres en libertad, dice.
“Ellas no habían tenido ninguna otra oportunidad frente a la vida y siendo adultas, por una decisión equivocada, por su necesidad de obtener dinero para sus hijos, por no hablar el castellano o porque son engañadas cometen lo que yo llamo delitos de la pobreza”, sostiene la entrevistada.
Porque aunque reconocen que estar en libertad les ha producido mucha alegría, el encuentro con las y los hijos después de tres, cuatro o cinco años de cárcel ha sido terrible, viven con el reproche permanente porque se quedaron a la deriva, los que no se fueron al norte son alcohólicos en su adolescencia y ellas se sienten nuevamente culpables de esos destinos que deja la tragedia de ser pobres.
Conferenciante en México y en el extranjero, Núñez Miranda reconoce que es difícil transformar la realidad, pero la insistencia y la necedad fueron sus aliadas ante instituciones como la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CNDPI) o la Procuraduría General de la República (PGR).
Un primer producto de ese trabajo que la acercó a la realidad del narcotráfico en las comunidades marginadas fue el video Deshilando condenas, bordando libertades, a cuya presentación convocó no sólo a la comunidad académica o a los organismos de la sociedad civil, sino también a dos instituciones invitadas por Inmujeres para ver el documental: CNDPI y PGR.
“El documental, recuerda, fue visto por un grupo de jueces. Uno de ellos al terminar dio un discurso y señaló que cómo era posible que tuvieran que ver la realidad en un video, que se apenaba por todo lo malo que estaban haciendo, que le daba vergüenza y que lo único que les interesaba eran las cifras pues eso les daba mejor calificación, deteniendo gente que no es la culpable de todo”.
Núñez Miranda es también autora de otras investigaciones, como Las maestras oaxaqueñas, movimiento magisterial, vida cotidiana y democracia, tesis que le permitió obtener el título de licenciada y que al igual que ahora, hace unos 20 años, obtuvo el segundo lugar como la mejor en su género en la UNAM.
El segundo trabajo, publicado por el entonces Instituto Oaxaqueño de las Culturas, fue Aves sin Nido, donde se narran testimonios de vida de las madres de hijas e hijos de la calle, cuya edición se agotó, dice orgullosa la ex directora de la Universidad Pedagógica Nacional-Oaxaca.
“Son historias de vida de las mujeres que no sólo les permite hablar, hacer confesiones personales que se van haciendo sociales, sino también decir su verdad y su tragedia, y denunciar casos extraordinarios como el de las mujeres presas”, afirma convencida que aún hay mucho por decir sobre la condición social de las mujeres desde sus propias voces.
Hija de maestros rurales e integrante del Grupo de Estudios de la Mujer “Rosario Castellanos”, Núñez Miranda adelantó que en breve será presentado el segundo documental que narra la vida de estas siete mujeres ahora en libertad y que en contraste muestra testimonios de una vida difícil, que ellas mismas califican como “vivir un nuevo infierno”.