Pobreza, un panorama desolador
Revista Forum: Gabriela Guerra Rey
* México, el más afectado en AL por la crisis
México presenta hoy un triste panorama pues será el país más afectado en América Latina por la crisis, debido al aumento de la pobreza y de la desigualdad en la distribución de las riquezas.
Esas son las informaciones oficiales de un gobierno que, sin embargo, se muestra reacio a reconocer lo dramático de la situación.
Cuando analistas nacionales y organismos internacionales aseguran que el retroceso económico para 2009 será de casi 10 por ciento, el presidente Felipe Calderón y su secretario de Hacienda, Agustín Carstens, consideran que ya están saliendo del atolladero.
Pero hay una realidad evidente en este país que se revela, avalada incluso, por las cifras oficiales. Un estudio de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de Hogares (ENIGH) destacó que el leve avance logrado en 2006 en materia de distribución equitativa se anuló dos años más tarde. En ese entonces, el 60 por ciento de la población más pobre poseía 27.6 por ciento de los ingresos totales del país, porcentaje que disminuyó a 26.7 en 2008.
Por el contrario, 10 por ciento de los mexicanos más ricos concentraron 35.7 por ciento de los ingresos en 2006, cifra que creció a 36.3 por ciento en igual periodo, lo que claramente significa un avance de la desigualdad. En ese tiempo, coincidente con el mandato de Calderón, el número de marginados se incrementó en casi seis millones, desafiando los programas sociales.
Según una medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), durante los dos últimos años, las cifras de pobreza se dispararon.
Los números de patrimonio crecieron en casi cinco por ciento, pero los que no tenían ni para comer aumentaron en valores similares, confirmó el reporte.
Asimismo, los 44.7 millones de mexicanos carentes de ingresos suficientes para satisfacer necesidades básicas como salud, alimentación, vivienda, vestido, transporte y educación en 2006, se convirtieron en 50.5 millones en 2008, según Coneval.
En tanto, el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical registra datos de estudios independientes que dan en 60 millones de habitantes la cifra de la pobreza y en unos 35 millones los que padecen pobreza extrema. Aunque, según la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), de no existir los programas sociales habría muchos más en esta penosa lista. También el sector de más bajos recursos resultó el principal perjudicado por la caída del ingreso corriente total de los hogares mexicanos, que disminuyó hasta los niveles existentes en 2004, señaló ENIGH 2008.
Crisis alimentaria
Las fuertes alzas reportadas en los últimos años en los precios de los alimentos y combustibles redujeron la calidad de vida de la población, pues las familias tuvieron que destinar mayor proporción de sus ingresos a cubrir esas necesidades básicas, mostraron analistas.
En ese marco, el secretario de Sedesol, Ernesto Cordero, consideró que el aumento de la pobreza en México es también consecuencia de la crisis alimentaria internacional.
Según cifras aportadas durante la conferencia de prensa para analizar los resultados de las políticas sociales, entre 2007 y 2008, productos como el arroz, el huevo y el aceite, incrementaron su valor en 25, 12 y 40 por ciento, respectivamente.
En realidad la subida de los precios fue un detonante de esa creciente pobreza.
Un informe difundido por la Cámara de Diputados destaca que el valor de los comestibles básicos creció en un año 10.5 por ciento y 24.86 por ciento desde 2005.
Tanto en México como en el resto del planeta, productos como el maíz y el arroz son pilares de la alimentación de las poblaciones marginadas. Los precios de ambos son ahora 50 y 115 por ciento más altos, respectivamente, del nivel que tuvieron antes de que un incremento en la demanda de granos para producir combustibles disparara el costo de los alimentos hace tres años, dice el Banco Mundial (BM). El organismo advirtió que entre 130 y 155 millones de personas en todo el mundo cayeron en pobreza en los últimos dos años, periodo en que a la crisis desatada por esa alza de valores, se sumó el incremento en los combustibles y la mayor recesión económica global en siete décadas.
En América Latina, una región que en términos generales es exportadora neta de alimentos, la inflación en el costo de esos productos se mantiene, lo cual está afectando el ingreso, nutrición y salud de los más pobres, según el BM.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) reveló que uno de cada seis habitantes del planeta pasa hambre todos los días, la mayor cifra en la historia de la humanidad.
La falta de alimento en las mesas de mil 20 millones de personas en todo el mundo, 100 millones más que el año previo, es provocada por la crisis económica, según el reporte de la FAO difundido en Roma, Italia. Hoy, cifras de la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL) dejan claro que por su dependencia de Estados Unidos, tanto en comercio como en remesas, éste será el país del continente que sufrirá el mayor retroceso. Las consecuencias son directas y evidentes para los millones de mexicanos que no tienen ni para comprar la canasta básica alimentaria.
* México, el más afectado en AL por la crisis
México presenta hoy un triste panorama pues será el país más afectado en América Latina por la crisis, debido al aumento de la pobreza y de la desigualdad en la distribución de las riquezas.
Esas son las informaciones oficiales de un gobierno que, sin embargo, se muestra reacio a reconocer lo dramático de la situación.
Cuando analistas nacionales y organismos internacionales aseguran que el retroceso económico para 2009 será de casi 10 por ciento, el presidente Felipe Calderón y su secretario de Hacienda, Agustín Carstens, consideran que ya están saliendo del atolladero.
Pero hay una realidad evidente en este país que se revela, avalada incluso, por las cifras oficiales. Un estudio de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de Hogares (ENIGH) destacó que el leve avance logrado en 2006 en materia de distribución equitativa se anuló dos años más tarde. En ese entonces, el 60 por ciento de la población más pobre poseía 27.6 por ciento de los ingresos totales del país, porcentaje que disminuyó a 26.7 en 2008.
Por el contrario, 10 por ciento de los mexicanos más ricos concentraron 35.7 por ciento de los ingresos en 2006, cifra que creció a 36.3 por ciento en igual periodo, lo que claramente significa un avance de la desigualdad. En ese tiempo, coincidente con el mandato de Calderón, el número de marginados se incrementó en casi seis millones, desafiando los programas sociales.
Según una medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), durante los dos últimos años, las cifras de pobreza se dispararon.
Los números de patrimonio crecieron en casi cinco por ciento, pero los que no tenían ni para comer aumentaron en valores similares, confirmó el reporte.
Asimismo, los 44.7 millones de mexicanos carentes de ingresos suficientes para satisfacer necesidades básicas como salud, alimentación, vivienda, vestido, transporte y educación en 2006, se convirtieron en 50.5 millones en 2008, según Coneval.
En tanto, el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical registra datos de estudios independientes que dan en 60 millones de habitantes la cifra de la pobreza y en unos 35 millones los que padecen pobreza extrema. Aunque, según la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), de no existir los programas sociales habría muchos más en esta penosa lista. También el sector de más bajos recursos resultó el principal perjudicado por la caída del ingreso corriente total de los hogares mexicanos, que disminuyó hasta los niveles existentes en 2004, señaló ENIGH 2008.
Crisis alimentaria
Las fuertes alzas reportadas en los últimos años en los precios de los alimentos y combustibles redujeron la calidad de vida de la población, pues las familias tuvieron que destinar mayor proporción de sus ingresos a cubrir esas necesidades básicas, mostraron analistas.
En ese marco, el secretario de Sedesol, Ernesto Cordero, consideró que el aumento de la pobreza en México es también consecuencia de la crisis alimentaria internacional.
Según cifras aportadas durante la conferencia de prensa para analizar los resultados de las políticas sociales, entre 2007 y 2008, productos como el arroz, el huevo y el aceite, incrementaron su valor en 25, 12 y 40 por ciento, respectivamente.
En realidad la subida de los precios fue un detonante de esa creciente pobreza.
Un informe difundido por la Cámara de Diputados destaca que el valor de los comestibles básicos creció en un año 10.5 por ciento y 24.86 por ciento desde 2005.
Tanto en México como en el resto del planeta, productos como el maíz y el arroz son pilares de la alimentación de las poblaciones marginadas. Los precios de ambos son ahora 50 y 115 por ciento más altos, respectivamente, del nivel que tuvieron antes de que un incremento en la demanda de granos para producir combustibles disparara el costo de los alimentos hace tres años, dice el Banco Mundial (BM). El organismo advirtió que entre 130 y 155 millones de personas en todo el mundo cayeron en pobreza en los últimos dos años, periodo en que a la crisis desatada por esa alza de valores, se sumó el incremento en los combustibles y la mayor recesión económica global en siete décadas.
En América Latina, una región que en términos generales es exportadora neta de alimentos, la inflación en el costo de esos productos se mantiene, lo cual está afectando el ingreso, nutrición y salud de los más pobres, según el BM.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) reveló que uno de cada seis habitantes del planeta pasa hambre todos los días, la mayor cifra en la historia de la humanidad.
La falta de alimento en las mesas de mil 20 millones de personas en todo el mundo, 100 millones más que el año previo, es provocada por la crisis económica, según el reporte de la FAO difundido en Roma, Italia. Hoy, cifras de la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL) dejan claro que por su dependencia de Estados Unidos, tanto en comercio como en remesas, éste será el país del continente que sufrirá el mayor retroceso. Las consecuencias son directas y evidentes para los millones de mexicanos que no tienen ni para comprar la canasta básica alimentaria.