¿Cómo guanajuatizar?
Quehacer Político
No me imagino el 2009 con 251 diputados del PAN en San Lázaro. Es más, no veo en Germán Martínez Cázares el líder que el panismo requería para ser contestatario directo del perredismo que comanda en el extremo radical de las “izquierdas” Andrés Manuel López Obrador.
Los que vivieron angustias y desperados trataron de descalificar ese ejercicio de consulta que, como quiera que se vea es sano, fueron precisamente los azules que cuando fueron oposición, pensaban exactamente igual al PRD.
Lo evidente es que con consulta o sin ella, el año electoral comenzó en los últimos días de julio, y el que anda disparado es Germancito, quien ahora se ha comprometido “a guanajuatizar al país”, como sello o requisito indispensable para ganar las elecciones federales intermedias del año próximo que llevan aparejadas las de seis gobernadores, más de 400 presidencias municipales y 11 congresos locales.
GERMANCITO SE AZOTÓ
¿Cómo guanajuatizar a México? Aun siendo panista, ¿usted se dejaría guanajuatizar?
Como que el señor Martínez se azotó. Como que olvidó que la estructura panista de Guanajuato es producto del impulso que en los 80 del siglo pasado recibió en directo y a todo color del entonces poderoso Grupo Monterrey, sí, el mismo al que el entonces presidente Luis Echeverría pidió perdón en Pichilingue porque uno de sus más poderosos integrantes fue asesinado.
Y que en Baja California y Chihuahua, por ejemplo, los bastiones panistas se construyeron justo cuando Carlos Salinas de Gortari se metió con calzador a Los Pinos, porque Cuauhtémoc Cárdenas no fue capaz de reclamar el triunfo que obtuvo en las elecciones de 1988.
La alianza de Salinas con el candidato presidencial del PAN, Manuel Maquío Clouthier, contó mucho en aquella jornada comicial que quedó acuñada como la de las “ánforas embarazadas” que panistas encabritados estrellaron en el pavimento de las calles de León.
Ese fue el principio de la derrota del PRI en 2000, y en Guanajuato mismo se le siguió construyendo, primero con la presidencia municipal de León ganada por Carlos Medina Plascencia, su gubernatura, luego, y la de Fox, desde donde, haciendo a un lado al PAN, se lanzó desde 1997 para competir por la Presidencia 2000.
Eso será guanajuatizar. ¿Por qué el actual gobernador, Manuel Oliva, está en el palacio de la Presa de la Olla por decisión de Medina Plascencia que, aparte, no se puede ver con Fox ni en pintura?
¿Quién va a guanajuatizar? ¿Acaso el locuaz Fox, a quien además de una placa, Martínez Cázares entregó la batuta panista para 2009?
Regresar a la política grande al frívolo guanajuatense nacido en el DF, es poner al Yunque como el cedazo por el que necesariamente tendrán que pasar los aspirantes a convertirse en candidatos azules para diputado, gobernador o alcalde.
Con Fox en la comisión de estrategias panistas está Manuel Espino, el ex dirigente del PAN que además de garantizar su candidatura para entrar a San Lázaro, va a definir quiénes lo acompañan. Él es el yunquero mayor.
Germán Martínez parece dispuesto a disputar el título de los disparates, al querer guanajuatizar a los mexicanos.
No me imagino el 2009 con 251 diputados del PAN en San Lázaro. Es más, no veo en Germán Martínez Cázares el líder que el panismo requería para ser contestatario directo del perredismo que comanda en el extremo radical de las “izquierdas” Andrés Manuel López Obrador.
Los que vivieron angustias y desperados trataron de descalificar ese ejercicio de consulta que, como quiera que se vea es sano, fueron precisamente los azules que cuando fueron oposición, pensaban exactamente igual al PRD.
Lo evidente es que con consulta o sin ella, el año electoral comenzó en los últimos días de julio, y el que anda disparado es Germancito, quien ahora se ha comprometido “a guanajuatizar al país”, como sello o requisito indispensable para ganar las elecciones federales intermedias del año próximo que llevan aparejadas las de seis gobernadores, más de 400 presidencias municipales y 11 congresos locales.
GERMANCITO SE AZOTÓ
¿Cómo guanajuatizar a México? Aun siendo panista, ¿usted se dejaría guanajuatizar?
Como que el señor Martínez se azotó. Como que olvidó que la estructura panista de Guanajuato es producto del impulso que en los 80 del siglo pasado recibió en directo y a todo color del entonces poderoso Grupo Monterrey, sí, el mismo al que el entonces presidente Luis Echeverría pidió perdón en Pichilingue porque uno de sus más poderosos integrantes fue asesinado.
Y que en Baja California y Chihuahua, por ejemplo, los bastiones panistas se construyeron justo cuando Carlos Salinas de Gortari se metió con calzador a Los Pinos, porque Cuauhtémoc Cárdenas no fue capaz de reclamar el triunfo que obtuvo en las elecciones de 1988.
La alianza de Salinas con el candidato presidencial del PAN, Manuel Maquío Clouthier, contó mucho en aquella jornada comicial que quedó acuñada como la de las “ánforas embarazadas” que panistas encabritados estrellaron en el pavimento de las calles de León.
Ese fue el principio de la derrota del PRI en 2000, y en Guanajuato mismo se le siguió construyendo, primero con la presidencia municipal de León ganada por Carlos Medina Plascencia, su gubernatura, luego, y la de Fox, desde donde, haciendo a un lado al PAN, se lanzó desde 1997 para competir por la Presidencia 2000.
Eso será guanajuatizar. ¿Por qué el actual gobernador, Manuel Oliva, está en el palacio de la Presa de la Olla por decisión de Medina Plascencia que, aparte, no se puede ver con Fox ni en pintura?
¿Quién va a guanajuatizar? ¿Acaso el locuaz Fox, a quien además de una placa, Martínez Cázares entregó la batuta panista para 2009?
Regresar a la política grande al frívolo guanajuatense nacido en el DF, es poner al Yunque como el cedazo por el que necesariamente tendrán que pasar los aspirantes a convertirse en candidatos azules para diputado, gobernador o alcalde.
Con Fox en la comisión de estrategias panistas está Manuel Espino, el ex dirigente del PAN que además de garantizar su candidatura para entrar a San Lázaro, va a definir quiénes lo acompañan. Él es el yunquero mayor.
Germán Martínez parece dispuesto a disputar el título de los disparates, al querer guanajuatizar a los mexicanos.