Panistas en el Cerro de la Silla
Por Esto / Alvaro Cepeda Neri
Panistas de viejo y nuevo cuño se comen las uñas. Son los aspirantes, primero, a lograr la candidatura, del centro a la derecha (aunque un poco más cargados a la ultraderecha) de su partido. Y, después, intentar ganar la competencia (contra el PRI, donde se apunta ya Ricardo Canavati, entre otros, diputado federal al cobijo de Gamboa Patrón). Cuentan que el alicaído y todavía secretario de Gobernación, Mouriño, los obligó a dar muestras de unidad y nada como posar para la foto (del reportero gráfico Alberto Hernández, en Reforma: 31/III/08). La leyenda de la misma nada dice si son todos los que están, sobran algunos o faltan por apuntarse para gobernar Nuevo León.
Están, por lo pronto, seis. Y como primero las damas: Sandra Pámenes. Siguen, el senador Fernando Elizondo, que figura como puntero; Fernando Margáin, presidente municipal de San Pedro; el dirigente estatal panista: Juan Carlos Ruiz; Adalberto Madero y el oaxaqueño Fernando Larrazábal, el mismísimo ex director del CAPFCE, el órgano que se encargó de la construcción de la biblioteca Vasconcelos, al final del foxismo, y cuya obra fue un desastre. El último recuento de esos daños lo hizo la reportera Julieta Riveroll (Reforma: 1/IV/08). Larrazábal es el menos calificado, aunque, empresario millonario, aseguran sus fans (en Oaxaca) que tiene todo para ganar.
Están adelantados en sus ansias electoreras, pero se ponen a la sombra de que, persignados que son, “al que madruga Dios lo ayuda”. Los seis se reunieron a desayunar y aprovecharon para dar una conferencia de prensa, donde manifestaron que ya “les anda” (no por ir al sanitario) porque se abra la convocatoria para disputar la candidatura. De ellos, Larrazábal es el más adelantado, ya que su hermano en Oaxaca, el priísta Jaime (el naturalizado neoleonés se llama Fernando), ha estado organizándole la campaña. Y es que Jaime ya fue precandidato oaxaqueño en la sucesión de Nelson Murat y se quedó con la propaganda, a la que solamente le pondrán el nombre de Fernando.
En la foto, este Larrazábal Bretón aparece muy sonriente, como burlándose de su único adversario: Fernando Elizondo, quien, al parecer, tiene el apoyo de Calderón, por ser un auténtico panista. Así que el ahora diputado local, Larrazábal, tiene todo en su contra. No obstante que, con su hermano Jaime, se ha dedicado a preparar el madruguete. Sin importar lo mucho que tiene como responsabilidad por lo de la biblioteca Vasconcelos: “alardean de los éxitos de su impunidad”, como escribió Heinrich Böll, en su novela Retrato de grupo con señora y título como anillo al dedo para la foto de los panistas en el Cerro de la Silla mirando al Obispado, santo y seña de sus convicciones religiosas. De los seis, pues, solamente Elizondo. Y Larrazábal es música de acompañamiento.
Panistas de viejo y nuevo cuño se comen las uñas. Son los aspirantes, primero, a lograr la candidatura, del centro a la derecha (aunque un poco más cargados a la ultraderecha) de su partido. Y, después, intentar ganar la competencia (contra el PRI, donde se apunta ya Ricardo Canavati, entre otros, diputado federal al cobijo de Gamboa Patrón). Cuentan que el alicaído y todavía secretario de Gobernación, Mouriño, los obligó a dar muestras de unidad y nada como posar para la foto (del reportero gráfico Alberto Hernández, en Reforma: 31/III/08). La leyenda de la misma nada dice si son todos los que están, sobran algunos o faltan por apuntarse para gobernar Nuevo León.
Están, por lo pronto, seis. Y como primero las damas: Sandra Pámenes. Siguen, el senador Fernando Elizondo, que figura como puntero; Fernando Margáin, presidente municipal de San Pedro; el dirigente estatal panista: Juan Carlos Ruiz; Adalberto Madero y el oaxaqueño Fernando Larrazábal, el mismísimo ex director del CAPFCE, el órgano que se encargó de la construcción de la biblioteca Vasconcelos, al final del foxismo, y cuya obra fue un desastre. El último recuento de esos daños lo hizo la reportera Julieta Riveroll (Reforma: 1/IV/08). Larrazábal es el menos calificado, aunque, empresario millonario, aseguran sus fans (en Oaxaca) que tiene todo para ganar.
Están adelantados en sus ansias electoreras, pero se ponen a la sombra de que, persignados que son, “al que madruga Dios lo ayuda”. Los seis se reunieron a desayunar y aprovecharon para dar una conferencia de prensa, donde manifestaron que ya “les anda” (no por ir al sanitario) porque se abra la convocatoria para disputar la candidatura. De ellos, Larrazábal es el más adelantado, ya que su hermano en Oaxaca, el priísta Jaime (el naturalizado neoleonés se llama Fernando), ha estado organizándole la campaña. Y es que Jaime ya fue precandidato oaxaqueño en la sucesión de Nelson Murat y se quedó con la propaganda, a la que solamente le pondrán el nombre de Fernando.
En la foto, este Larrazábal Bretón aparece muy sonriente, como burlándose de su único adversario: Fernando Elizondo, quien, al parecer, tiene el apoyo de Calderón, por ser un auténtico panista. Así que el ahora diputado local, Larrazábal, tiene todo en su contra. No obstante que, con su hermano Jaime, se ha dedicado a preparar el madruguete. Sin importar lo mucho que tiene como responsabilidad por lo de la biblioteca Vasconcelos: “alardean de los éxitos de su impunidad”, como escribió Heinrich Böll, en su novela Retrato de grupo con señora y título como anillo al dedo para la foto de los panistas en el Cerro de la Silla mirando al Obispado, santo y seña de sus convicciones religiosas. De los seis, pues, solamente Elizondo. Y Larrazábal es música de acompañamiento.