Regresa el fantasma de Muñoz Rocha
Proceso
Eslabón clave para conocer quién o quiénes planearon el asesinato del político priista José Francisco Ruiz Massieu, ocurrido en septiembre de 1994, Manuel Muñoz Rocha no es un tema olvidado por la Procuraduría General de la República (PGR) ni por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), expone Proceso en su edición 1636.
Mediante su código genético, decodificado a partir de una muestra de cabello, el político tamaulipeco es rastreado en todos los hospitales del mundo, pues la PGR lo quiere “vivo o muerto”, según dice a Proceso una fuente confidencial que conoce todo el intríngulis de este caso. Y añade: “Tarde o temprano lo vamos a encontrar”.
De acuerdo con la acusación inicial, Raúl Salinas formó parte del complot para ejecutar a Ruiz Massieu. Han pasado 13 años desde aquel crimen que llevó a prisión al llamado hermano incómodo del expresidente Carlos Salinas y que derivó en la súbita desaparición de su amigo Muñoz Rocha.
Raúl y Carlos Salinas también fueron sacudidos por el asesinato de su hermano Enrique. Las investigaciones de la procuraduría mexiquense, entonces a cargo de Alfonso Navarrete Prida, sostienen que el móvil fue la extorsión, aunque una versión no confirmada apunta hacia el interior de la propia familia, que se despedaza por discusiones financieras.
El fantasma de Muñoz Rocha reaparece ahora que Raúl Salinas –quien fue absuelto del cargo de ser autor intelectual del homicidio de Ruiz Massieu, exesposo de su hermana Adriana– volvió a salir a la escena pública por un escándalo marital: fue acusado de violencia intrafamiliar, destaca el reportaje que aparece en el número 1636 de Proceso.
Eslabón clave para conocer quién o quiénes planearon el asesinato del político priista José Francisco Ruiz Massieu, ocurrido en septiembre de 1994, Manuel Muñoz Rocha no es un tema olvidado por la Procuraduría General de la República (PGR) ni por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), expone Proceso en su edición 1636.
Mediante su código genético, decodificado a partir de una muestra de cabello, el político tamaulipeco es rastreado en todos los hospitales del mundo, pues la PGR lo quiere “vivo o muerto”, según dice a Proceso una fuente confidencial que conoce todo el intríngulis de este caso. Y añade: “Tarde o temprano lo vamos a encontrar”.
De acuerdo con la acusación inicial, Raúl Salinas formó parte del complot para ejecutar a Ruiz Massieu. Han pasado 13 años desde aquel crimen que llevó a prisión al llamado hermano incómodo del expresidente Carlos Salinas y que derivó en la súbita desaparición de su amigo Muñoz Rocha.
Raúl y Carlos Salinas también fueron sacudidos por el asesinato de su hermano Enrique. Las investigaciones de la procuraduría mexiquense, entonces a cargo de Alfonso Navarrete Prida, sostienen que el móvil fue la extorsión, aunque una versión no confirmada apunta hacia el interior de la propia familia, que se despedaza por discusiones financieras.
El fantasma de Muñoz Rocha reaparece ahora que Raúl Salinas –quien fue absuelto del cargo de ser autor intelectual del homicidio de Ruiz Massieu, exesposo de su hermana Adriana– volvió a salir a la escena pública por un escándalo marital: fue acusado de violencia intrafamiliar, destaca el reportaje que aparece en el número 1636 de Proceso.