Piratas de Los Cabos, Lujosos yates evidencian corrupcion de servidores públicos
Vanguardia
* En las historias de corrupción, a veces los testigos cantan. En otras ocasiones, son los cómplices o los afectados.
En la investigación que esta semana presentamos en Reporte Índigo, hay barcos que cantan. Lujosos yates que delatan el presunto enriquecimiento de un servidor público del sexenio pasado que inició su cargo quejándose de su clasemediera vida y del sueldo que ganaba. Y terminó convertido en un magnate naviero.
Francisco Javier Ortiz Ortiz, mercadólogo de la campaña de Vicente Fox, coordinador de Opinión Pública e Imagen de la Presidencia, director del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) y creador de la campaña “Manos Limpias” de la campaña de Felipe Calderón en 2006, podría tener las manos sucias, o cuando menos, llenas de dinero de procedencia inexplicable.
El hombre de las “manos limpias” es propietario, junto con Marlene Rose Esparza Farías, ex funcionaria de medio nivel de Los Pinos, de cuatro imponentes goletas turcas con valor de más de un millón de dólares cada una.
La goletas, bautizadas con los nombres “Tu Enamorado”, “Cielito Lindo”, “Novia Mía” y “Bésame Mucho”, operan bajo la razón social Barcos que Cantan y navegan por el azul Mar de Cortés.
Con Ortiz trabaja Tatiana Creel, quien se ostentaba como pariente directa de Santiago Creel Miranda, ex secretario de Gobernación y actual coordinador de la fracción parlamentaria del PAN en el Senado.
Barcos que Cantan renta las goletas en la Escalera Náutica, en los puertos de La Paz y Los Cabos, para los turistas de élite. El costo de los paseos de uno a siete días oscila entre 2 mil 500 y 36 mil dólares.
La empresa fue creada y comenzó a operar cuando Ortiz era todavía funcionario federal del ramo turístico, según revelaron empleados de la compañía.
Está dada de alta en el Registro Público de la Propiedad del Distrito Federal con el folio mercantil 371857. El administrador único es Francisco Javier Ortiz Ortiz, quien es dueño de 35 de las 50 acciones del negocio. Del resto es propietaria Marlene Rose Esparza Farías.
El mercadólogo fue juez y parte en su negocio naviero.
Como titular del CPTM, tenía información privilegiada sobre las inversiones y el crecimiento que tendría el proyecto Escalera Náutica. También diseñaba planes de promoción con el lema “Mar de Cortés. Un mundo nacido de las aguas”.
Como particular, creó su empresa y mandó construir a Turquía las cuatro goletas que navegan desde 2005 en lo que Jacques Cousteau describió como el acuario del mundo.
De acuerdo con lo estipulado en el Código Penal Federal, Francisco Ortiz habría incurrido en uso abusivo de funciones y enriquecimiento ilícito.
Lo irónico del caso es que la Secretaría de Turismo, cuyo titular desde el sexenio pasado es Rodolfo Elizondo, amigo y protector de Ortiz, promueve en su portal de Internet a la compañía naviera.
En las historias de corrupción hay testigos, cómplices o afectados que delatan los hechos.
Pero después de dos años de navegar en una accidentada investigación periodística, encontramos barcos que cantan.
¿Qué ordena el Código Penal Federal vigente?
Ejercicio abusivo de funciones.
Artículo 220. Comete el delito de ejercicio abusivo de funciones:
II. El servidor público que valiéndose de la información que posea por razón de su empleo, cargo o comisión, sea o no materia de sus funciones, y que no sea del conocimiento público, haga por sí, o por interpósita persona, inversiones, enajenaciones o adquisiciones, o cualquier otro acto que le produzca algún beneficio económico indebido al servidor público o a alguna de las personas mencionadas en la primera fracción.
Al que cometa el delito de ejercicio abusivo de funciones se le impondrán las siguientes sanciones:
Cuando la cuantía a que asciendan las operaciones a que hace referencia este artículo exceda de 500 veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal en el momento de cometerse el delito, se impondrán de 2 años a 12 años de prisión, multa de 300 veces a 500 veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal…
Enriquecimiento Ilícito
Artículo 224. Se sancionará a quien con motivo de su empleo, cargo o comisión en el servicio público, haya incurrido en enriquecimiento ilícito. Existe enriquecimiento ilícito cuando el servidor público no pudiere acreditar el legítimo aumento de su patrimonio o la legítima procedencia de los bienes a su nombre o de aquellos respecto de los cuales se conduzca como dueño, en los términos de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos.
Al que cometa el delito de enriquecimiento ilícito se le impondrán las siguientes sanciones:
Decomiso en beneficio del Estado de aquellos bienes cuya procedencia no se logre acreditar de acuerdo con la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos.
Cuando el monto a que ascienda el enriquecimiento ilícito exceda del equivalente de 5 mil veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal, se impondrán de 2 años a 14 años de prisión, multa de 300 a 500 veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal.
Un pícaro con suerte
En el sexenio pasado, Francisco Ortiz fue protagonista de varios escándalos de presunta corrupción.
Un ejemplo es su relación de amistad y negocios con Eduardo y Rosaura Henkel, íntimos de Vicente y Marta Fox, y también patrocinadores del Centro Fox. El ex funcionario les otorgó sin licitación pública de por medio jugosos contratos de Los Pinos y el CPTM.
Además, su lujoso departamento en la exclusiva Torre Icon de Miami, Florida, costó un millón de dólares.
La compra se efectuó en marzo de 2005, con la ayuda de Eduardo Henkel, a través de la empresa fantasma 1401 Murano III Icon, Inc., cuyo único socio y director es Francisco Javier Ortiz Ortiz.
En marzo de 2006, documenté en La Revista, del periódico El Universal, la compra del departamento de 273 metros cuadrados con interiores que tienen el sello del renombrado diseñador Philipe Starck.
Cuando se dio a conocer la noticia, en plena campaña presidencial, el entonces candidato panista Felipe Calderón tomó una acertada decisión: retiró a Francisco Ortiz de su equipo.
El hoy Mandatario dijo que estaba desilusionado.
Incluso se pronunció porque se investigara a fondo el origen de la súbita riqueza del mercadotecnista.
La repentina bonanza de Ortiz —uno de los hombres más cercanos a Fox— contrastaba con la vida clasemediera que tenía cuando llegó como servidor público a la Presidencia de la República en diciembre de 2000.
En una entrevista que concedió a la columnista Katia D’Artigues al inicio del sexenio pasado, Francisco Ortiz afirmó que su familia no era de dinero y que en sus tiempos de estudiante tenía que vender chamarras de piel, botellas de vino y tapetes persas.
En 1999, antes de unirse a la campaña de Fox, trabajaba en la empresa TV Promo. En ese entonces, dijo que si bien tenía una posición económica desahogada, no era rico.
“Tengo que ganar dinero porque si no, no puedo pagar las escuelas, idas al cine y demás. Pero tengo mi casa propia y mis coches”, señaló cuando apenas arrancaba el “sexenio del cambio”.
Aunque sus bienes no correspondían a su sueldo como servidor público, Ortiz se negó a que la Secretaría de la Función Pública diera a conocer su declaración patrimonial.
En 2006, el primero que salió en su defensa fue el Secretario de Turismo, su amigo. Rodolfo Elizondo dijo que como titular del ramo no haría ninguna investigación contra el ex director del CPTM.
‘Para mí, son chismes’.
El Senado exigió a la Secretaría de la Función Pública investigar los bienes de Ortiz. A las pocas semanas, Eduardo Romero, titular de la dependencia, lo exoneró.
La Secretaría de Turismo es hoy promotora de la empresa de Francisco Ortiz. Hasta llevó un stand de Barcos que Cantan a la Feria Internacional de Turismo celebrada en España el año pasado.
Ortiz también anuncia su compañía naviera en la página de Internet del Consejo de Promoción Turística de México.
¿Volverá Elizondo a meter las manos al fuego por su amigo? La pregunta es oportuna porque la Secretaría de la Función Pública realiza actualmente auditorías a la gestión de Rodolfo Elizondo durante el sexenio pasado, cuando era titular de la dependencia que todavía encabeza.
Después de que se publicó el artículo sobre el departamento que tenía Ortiz en Miami, surgió información sobre sus yates. También se habló de que tenía negocios con Moisés Saba, dueño del edificio de Moliere 328, en la colonia Polanco, de la Ciudad de México, donde están las oficinas de Barcos que Cantan.
las pruebas
La empresa de Francisco Ortiz tiene el folio 371857 en el Registro Público de la Propiedad del Distrito Federal.
Cada embarcación cuenta con dos comedores, uno exterior y otro interior, cocina, asoleadero, kayaks, snorkels y cañas para pescar. La goleta “Cielito Lindo” hasta tiene baño turco.
La clientela de los barcos del hoy ex director del CPTM debe ser muy especial. Según se informó en la Marina, es política de la empresa no revelar las listas de sus pasajeros.
Hoy, en medio de la investigación de la empresa Barcos que Cantan, es un buen momento para averiguar si Francisco Ortiz se sumó a la campaña de Calderón para beneficiarse personalmente.
* En las historias de corrupción, a veces los testigos cantan. En otras ocasiones, son los cómplices o los afectados.
En la investigación que esta semana presentamos en Reporte Índigo, hay barcos que cantan. Lujosos yates que delatan el presunto enriquecimiento de un servidor público del sexenio pasado que inició su cargo quejándose de su clasemediera vida y del sueldo que ganaba. Y terminó convertido en un magnate naviero.
Francisco Javier Ortiz Ortiz, mercadólogo de la campaña de Vicente Fox, coordinador de Opinión Pública e Imagen de la Presidencia, director del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) y creador de la campaña “Manos Limpias” de la campaña de Felipe Calderón en 2006, podría tener las manos sucias, o cuando menos, llenas de dinero de procedencia inexplicable.
El hombre de las “manos limpias” es propietario, junto con Marlene Rose Esparza Farías, ex funcionaria de medio nivel de Los Pinos, de cuatro imponentes goletas turcas con valor de más de un millón de dólares cada una.
La goletas, bautizadas con los nombres “Tu Enamorado”, “Cielito Lindo”, “Novia Mía” y “Bésame Mucho”, operan bajo la razón social Barcos que Cantan y navegan por el azul Mar de Cortés.
Con Ortiz trabaja Tatiana Creel, quien se ostentaba como pariente directa de Santiago Creel Miranda, ex secretario de Gobernación y actual coordinador de la fracción parlamentaria del PAN en el Senado.
Barcos que Cantan renta las goletas en la Escalera Náutica, en los puertos de La Paz y Los Cabos, para los turistas de élite. El costo de los paseos de uno a siete días oscila entre 2 mil 500 y 36 mil dólares.
La empresa fue creada y comenzó a operar cuando Ortiz era todavía funcionario federal del ramo turístico, según revelaron empleados de la compañía.
Está dada de alta en el Registro Público de la Propiedad del Distrito Federal con el folio mercantil 371857. El administrador único es Francisco Javier Ortiz Ortiz, quien es dueño de 35 de las 50 acciones del negocio. Del resto es propietaria Marlene Rose Esparza Farías.
El mercadólogo fue juez y parte en su negocio naviero.
Como titular del CPTM, tenía información privilegiada sobre las inversiones y el crecimiento que tendría el proyecto Escalera Náutica. También diseñaba planes de promoción con el lema “Mar de Cortés. Un mundo nacido de las aguas”.
Como particular, creó su empresa y mandó construir a Turquía las cuatro goletas que navegan desde 2005 en lo que Jacques Cousteau describió como el acuario del mundo.
De acuerdo con lo estipulado en el Código Penal Federal, Francisco Ortiz habría incurrido en uso abusivo de funciones y enriquecimiento ilícito.
Lo irónico del caso es que la Secretaría de Turismo, cuyo titular desde el sexenio pasado es Rodolfo Elizondo, amigo y protector de Ortiz, promueve en su portal de Internet a la compañía naviera.
En las historias de corrupción hay testigos, cómplices o afectados que delatan los hechos.
Pero después de dos años de navegar en una accidentada investigación periodística, encontramos barcos que cantan.
¿Qué ordena el Código Penal Federal vigente?
Ejercicio abusivo de funciones.
Artículo 220. Comete el delito de ejercicio abusivo de funciones:
II. El servidor público que valiéndose de la información que posea por razón de su empleo, cargo o comisión, sea o no materia de sus funciones, y que no sea del conocimiento público, haga por sí, o por interpósita persona, inversiones, enajenaciones o adquisiciones, o cualquier otro acto que le produzca algún beneficio económico indebido al servidor público o a alguna de las personas mencionadas en la primera fracción.
Al que cometa el delito de ejercicio abusivo de funciones se le impondrán las siguientes sanciones:
Cuando la cuantía a que asciendan las operaciones a que hace referencia este artículo exceda de 500 veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal en el momento de cometerse el delito, se impondrán de 2 años a 12 años de prisión, multa de 300 veces a 500 veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal…
Enriquecimiento Ilícito
Artículo 224. Se sancionará a quien con motivo de su empleo, cargo o comisión en el servicio público, haya incurrido en enriquecimiento ilícito. Existe enriquecimiento ilícito cuando el servidor público no pudiere acreditar el legítimo aumento de su patrimonio o la legítima procedencia de los bienes a su nombre o de aquellos respecto de los cuales se conduzca como dueño, en los términos de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos.
Al que cometa el delito de enriquecimiento ilícito se le impondrán las siguientes sanciones:
Decomiso en beneficio del Estado de aquellos bienes cuya procedencia no se logre acreditar de acuerdo con la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos.
Cuando el monto a que ascienda el enriquecimiento ilícito exceda del equivalente de 5 mil veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal, se impondrán de 2 años a 14 años de prisión, multa de 300 a 500 veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal.
Un pícaro con suerte
En el sexenio pasado, Francisco Ortiz fue protagonista de varios escándalos de presunta corrupción.
Un ejemplo es su relación de amistad y negocios con Eduardo y Rosaura Henkel, íntimos de Vicente y Marta Fox, y también patrocinadores del Centro Fox. El ex funcionario les otorgó sin licitación pública de por medio jugosos contratos de Los Pinos y el CPTM.
Además, su lujoso departamento en la exclusiva Torre Icon de Miami, Florida, costó un millón de dólares.
La compra se efectuó en marzo de 2005, con la ayuda de Eduardo Henkel, a través de la empresa fantasma 1401 Murano III Icon, Inc., cuyo único socio y director es Francisco Javier Ortiz Ortiz.
En marzo de 2006, documenté en La Revista, del periódico El Universal, la compra del departamento de 273 metros cuadrados con interiores que tienen el sello del renombrado diseñador Philipe Starck.
Cuando se dio a conocer la noticia, en plena campaña presidencial, el entonces candidato panista Felipe Calderón tomó una acertada decisión: retiró a Francisco Ortiz de su equipo.
El hoy Mandatario dijo que estaba desilusionado.
Incluso se pronunció porque se investigara a fondo el origen de la súbita riqueza del mercadotecnista.
La repentina bonanza de Ortiz —uno de los hombres más cercanos a Fox— contrastaba con la vida clasemediera que tenía cuando llegó como servidor público a la Presidencia de la República en diciembre de 2000.
En una entrevista que concedió a la columnista Katia D’Artigues al inicio del sexenio pasado, Francisco Ortiz afirmó que su familia no era de dinero y que en sus tiempos de estudiante tenía que vender chamarras de piel, botellas de vino y tapetes persas.
En 1999, antes de unirse a la campaña de Fox, trabajaba en la empresa TV Promo. En ese entonces, dijo que si bien tenía una posición económica desahogada, no era rico.
“Tengo que ganar dinero porque si no, no puedo pagar las escuelas, idas al cine y demás. Pero tengo mi casa propia y mis coches”, señaló cuando apenas arrancaba el “sexenio del cambio”.
Aunque sus bienes no correspondían a su sueldo como servidor público, Ortiz se negó a que la Secretaría de la Función Pública diera a conocer su declaración patrimonial.
En 2006, el primero que salió en su defensa fue el Secretario de Turismo, su amigo. Rodolfo Elizondo dijo que como titular del ramo no haría ninguna investigación contra el ex director del CPTM.
‘Para mí, son chismes’.
El Senado exigió a la Secretaría de la Función Pública investigar los bienes de Ortiz. A las pocas semanas, Eduardo Romero, titular de la dependencia, lo exoneró.
La Secretaría de Turismo es hoy promotora de la empresa de Francisco Ortiz. Hasta llevó un stand de Barcos que Cantan a la Feria Internacional de Turismo celebrada en España el año pasado.
Ortiz también anuncia su compañía naviera en la página de Internet del Consejo de Promoción Turística de México.
¿Volverá Elizondo a meter las manos al fuego por su amigo? La pregunta es oportuna porque la Secretaría de la Función Pública realiza actualmente auditorías a la gestión de Rodolfo Elizondo durante el sexenio pasado, cuando era titular de la dependencia que todavía encabeza.
Después de que se publicó el artículo sobre el departamento que tenía Ortiz en Miami, surgió información sobre sus yates. También se habló de que tenía negocios con Moisés Saba, dueño del edificio de Moliere 328, en la colonia Polanco, de la Ciudad de México, donde están las oficinas de Barcos que Cantan.
las pruebas
La empresa de Francisco Ortiz tiene el folio 371857 en el Registro Público de la Propiedad del Distrito Federal.
Cada embarcación cuenta con dos comedores, uno exterior y otro interior, cocina, asoleadero, kayaks, snorkels y cañas para pescar. La goleta “Cielito Lindo” hasta tiene baño turco.
La clientela de los barcos del hoy ex director del CPTM debe ser muy especial. Según se informó en la Marina, es política de la empresa no revelar las listas de sus pasajeros.
Hoy, en medio de la investigación de la empresa Barcos que Cantan, es un buen momento para averiguar si Francisco Ortiz se sumó a la campaña de Calderón para beneficiarse personalmente.