Decálogo del “populismo neoliberal”
Por Esto
Después de negar insistentemente que la crisis económica de Estados Unidos no afectaría a nuestra “sólida economía”, obligados por la terca realidad la administración calderonista dio a conocer un decálogo de medidas de subvención dirigido especialmente a empresarios, lo que constituye una especie de “populismo neoliberal”, es decir medidas que atenúen los efectos negativos, debido a nuestra dependencia estructural del vecino del Norte, sobre unos cuantos en detrimento de la mayor parte de los mexicanos que tendremos que atendernos la “gripa” o “pulmonía”, contagiada por el virus estadounidense de la recesión capitalista, como Dios nos dé a entender.
El anuncio de este programa fue recibido con entusiasmo por grupos empresariales, con comentarios políticamente correctos que lo califican de positivo pero insuficiente, con críticas por quienes subrayan que su emisión en los hechos significa el reconocimiento del fracaso de la política económica instrumentada por el gobierno ilegítimo, así como con indiferencia por los ciudadanos acostumbrados a este tipo de paliativos que, finalmente, no resuelvan nada.
Así vemos que para enfrentar un escenario económico “adverso” en Estados Unidos, el gobierno federal anunció un decálogo de medidas temporales, sobre todo de subsidios a empresarios, con lo que de hecho abre el primer boquete al impugnado Impuesto Empresarial a Tasa Unica (IETU), ya que los pagos provisionales del mismo tendrán una rebaja de 3 por ciento.
Hace algunos días, cuando era evidente que la recesión de la economía estadounidense afectaría severamente la economía mexicana, tal como lo advierten incluso organismos financieros internacionales, funcionarios de la Secretaría de Hacienda señalaban que dicho impuesto, piedra angular de la fallida Reforma Tributaria, no sería modificado.
En medio de empresarios, banqueros y legisladores de su partido, el espurio Felipe Calderón presentó en Palacio Nacional -vigilado fuertemente por tropas del Estado Mayor Presidencial- el llamado Programa de Apoyo a la Economía, que incluye también el pago por parte del gobierno federal de 5 por ciento de las cuotas obrero patronales al IMSS, así como reducciones de 20 por ciento en las tarifas eléctricas de punta y de 10 por ciento en las tarifas comerciales, con lo que busca reducir la facturación en casi 7 mil millones de pesos.
Dicho plan incluye otros puntos de menor importancia como una bolsa nacional de empleo en Internet, un símil del fracasado programa Chambanet del gobierno foxista, así como un estímulo fiscal de mil pesos para cada persona física con actividad empresarial y para cada empresa que presente su declaración definitiva de impuestos usando la firma electrónica. Imagínese usted los empleos que se pueden generar con mil pesotes.
De igual forma, aumentará de inmediato en 10 mil millones de pesos el presupuesto de mantenimiento y del Sistema Nacional de Ductos de Petróleos Mexicanos. La empresa que contribuye con cientos de miles de millones de pesos al fisco, recibe migajas gracias a la “visión” de funcionarios que se frotan las manos esperando culminar el proceso de privatización de la paraestatal.
Para fomentar la apertura de centros productivos en los mil municipios del país de alta y muy alta marginación (de menos de 50 mil habitantes), el gobierno federal pagará las cuotas obrero-patronales al Seguro Social y al Infonavit durante año y medio. Que alguien explique la diferencia de esta medida respecto a similares que han aplicado a lo largo de la historia moderna de México, gobiernos populistas y neoliberales incluidos, con los resultados a la vista de todos: pobreza de cientos de millones de mexicanos y enriquecimiento de quienes la administran.
En forma global el costo del decálogo populista-neoliberal es de 33 mil millones de pesos en financiamientos fiscales y créditos impulsados por la banca de fomento, más 27 mil millones de pesos en gastos públicos y descuentos.
Ricardo Monreal, vicecoordinador de la fracción del PRD en el Senado de la República, expresa con certeza que hoy, frente a la situación urgente que tiene el país, estas 10 medidas anunciadas no son sino una clara muestra de desesperación de que la política fiscal está equivocada y de que el desempleo sigue causando estragos en nuestro país, de que la inseguridad está frente al ciudadano común y corriente atemorizándolo y amenazándolo y de que la economía de nuestro país va en picada. La política económica del gobierno federal es errática, absurda y criminal, además ha caminado en detrimento de la población mexicana.
Hoy parece ser que rectificaron (en cuanto a reconocer que la economía nacional sufriría el embate de la recesión estadounidense), porque el país está sumido en una crisis económica, en una serie de desaciertos del gobierno federal, azotados por el crimen organizado y la delincuencia, penetrados, influenciados y protegidas las bandas por el gobierno y autoridades, abundó Monreal.
Después de negar insistentemente que la crisis económica de Estados Unidos no afectaría a nuestra “sólida economía”, obligados por la terca realidad la administración calderonista dio a conocer un decálogo de medidas de subvención dirigido especialmente a empresarios, lo que constituye una especie de “populismo neoliberal”, es decir medidas que atenúen los efectos negativos, debido a nuestra dependencia estructural del vecino del Norte, sobre unos cuantos en detrimento de la mayor parte de los mexicanos que tendremos que atendernos la “gripa” o “pulmonía”, contagiada por el virus estadounidense de la recesión capitalista, como Dios nos dé a entender.
El anuncio de este programa fue recibido con entusiasmo por grupos empresariales, con comentarios políticamente correctos que lo califican de positivo pero insuficiente, con críticas por quienes subrayan que su emisión en los hechos significa el reconocimiento del fracaso de la política económica instrumentada por el gobierno ilegítimo, así como con indiferencia por los ciudadanos acostumbrados a este tipo de paliativos que, finalmente, no resuelvan nada.
Así vemos que para enfrentar un escenario económico “adverso” en Estados Unidos, el gobierno federal anunció un decálogo de medidas temporales, sobre todo de subsidios a empresarios, con lo que de hecho abre el primer boquete al impugnado Impuesto Empresarial a Tasa Unica (IETU), ya que los pagos provisionales del mismo tendrán una rebaja de 3 por ciento.
Hace algunos días, cuando era evidente que la recesión de la economía estadounidense afectaría severamente la economía mexicana, tal como lo advierten incluso organismos financieros internacionales, funcionarios de la Secretaría de Hacienda señalaban que dicho impuesto, piedra angular de la fallida Reforma Tributaria, no sería modificado.
En medio de empresarios, banqueros y legisladores de su partido, el espurio Felipe Calderón presentó en Palacio Nacional -vigilado fuertemente por tropas del Estado Mayor Presidencial- el llamado Programa de Apoyo a la Economía, que incluye también el pago por parte del gobierno federal de 5 por ciento de las cuotas obrero patronales al IMSS, así como reducciones de 20 por ciento en las tarifas eléctricas de punta y de 10 por ciento en las tarifas comerciales, con lo que busca reducir la facturación en casi 7 mil millones de pesos.
Dicho plan incluye otros puntos de menor importancia como una bolsa nacional de empleo en Internet, un símil del fracasado programa Chambanet del gobierno foxista, así como un estímulo fiscal de mil pesos para cada persona física con actividad empresarial y para cada empresa que presente su declaración definitiva de impuestos usando la firma electrónica. Imagínese usted los empleos que se pueden generar con mil pesotes.
De igual forma, aumentará de inmediato en 10 mil millones de pesos el presupuesto de mantenimiento y del Sistema Nacional de Ductos de Petróleos Mexicanos. La empresa que contribuye con cientos de miles de millones de pesos al fisco, recibe migajas gracias a la “visión” de funcionarios que se frotan las manos esperando culminar el proceso de privatización de la paraestatal.
Para fomentar la apertura de centros productivos en los mil municipios del país de alta y muy alta marginación (de menos de 50 mil habitantes), el gobierno federal pagará las cuotas obrero-patronales al Seguro Social y al Infonavit durante año y medio. Que alguien explique la diferencia de esta medida respecto a similares que han aplicado a lo largo de la historia moderna de México, gobiernos populistas y neoliberales incluidos, con los resultados a la vista de todos: pobreza de cientos de millones de mexicanos y enriquecimiento de quienes la administran.
En forma global el costo del decálogo populista-neoliberal es de 33 mil millones de pesos en financiamientos fiscales y créditos impulsados por la banca de fomento, más 27 mil millones de pesos en gastos públicos y descuentos.
Ricardo Monreal, vicecoordinador de la fracción del PRD en el Senado de la República, expresa con certeza que hoy, frente a la situación urgente que tiene el país, estas 10 medidas anunciadas no son sino una clara muestra de desesperación de que la política fiscal está equivocada y de que el desempleo sigue causando estragos en nuestro país, de que la inseguridad está frente al ciudadano común y corriente atemorizándolo y amenazándolo y de que la economía de nuestro país va en picada. La política económica del gobierno federal es errática, absurda y criminal, además ha caminado en detrimento de la población mexicana.
Hoy parece ser que rectificaron (en cuanto a reconocer que la economía nacional sufriría el embate de la recesión estadounidense), porque el país está sumido en una crisis económica, en una serie de desaciertos del gobierno federal, azotados por el crimen organizado y la delincuencia, penetrados, influenciados y protegidas las bandas por el gobierno y autoridades, abundó Monreal.