Viaje Inútil ... Calderón se fue de compras
Revista Siempre
Patricia Espinosa (todavía secretaria de Relaciones Exteriores) y Juan Camilo Mouriño, titular de la Secretaría de Gobernación, tuvieron la feliz ocurrencia de enviar a Felipe Calderón de compras, sobre todo a Nueva York. En ese contexto, ha sido el viaje más inútil del jefe de Estado, gestionado por el jefe de Gobernación.
A quien se le haya ocurrido el viaje, todo pagado (dentro del año que Calderón ha gastado a manos llenas de un país empobrecido) a varias partes de la geografía estadounidense, con los ánimos electorales hirviendo, pese al frío y la nieve, la verdad que no tuvo el menor olfato político.
Salvo que, no teniendo nada qué hacer, hayan decidido pasear por Nueva York para saludar a los que se encontraran al paso; como fue el encuentro de Felipe con Ban Ki-Moon, el secretario general de la ONU; con quien sólo posó para la foto, pues no era una reunión oficial. Tal vez se fueron para allá para poder estrenar sus costosos abrigos, ponerse sus ropas térmicas e irse a comer un pastel con café en Starbucks, con abundantes sucursales ya en nuestro país.
Calderón solicitó permiso al Senado y le fue concedido. E incluso andan queriendo aquellos derogar esta facultad para que Calderón salga del territorio mexicano cuando se le pegue la gana. Así que muy pronto volverá a irse de paseo. Habrá que ver lo que traen de shopping: César Nava; Cortázar; Carstens, quien compra su ropa allá pues en México no hacen su talla; Patricia; Josefina Vázquez Mota, y demás música de acompañamiento. Allá los recibieron con mariachis (¿quién les pagó?) y ya entrados en gastos Calderón se fue a su segunda alma mater: Harvard (la primera es la Escuela Libre de Derecho).
No hay pruebas de que el viaje haya sido de utilidad para México. Se fueron de paseo. Y hasta se dice que para tomarle el pulso a las primarias estadounidenses, pues Calderón y los suyos quieren que gane la postulación Republicana y obtenga la Presidencia John McCain (como que en España gane el derechista Rajoy), para que los panistas tengan “buena vibra” con el sucesor del alcohólico de Bush.
Sólo se fueron de shopping y a estirar las piernas. Como quedó claro cuando quisieron usar las instalaciones de la cafetería Starbucks y el dueño los echó a la calle, donde dieron una “conferencia” informativa César Nava y Agustín Carstens, y tras unos minutos parecían muñecos de nieve. Durante toda la gira, a los calderonistas se les aparecieron los fantasmas de Andrés Manuel López Obrador y las realidades de los migrantes reprochando el abandono en que este gobierno los tiene.
Patricia Espinosa (todavía secretaria de Relaciones Exteriores) y Juan Camilo Mouriño, titular de la Secretaría de Gobernación, tuvieron la feliz ocurrencia de enviar a Felipe Calderón de compras, sobre todo a Nueva York. En ese contexto, ha sido el viaje más inútil del jefe de Estado, gestionado por el jefe de Gobernación.
A quien se le haya ocurrido el viaje, todo pagado (dentro del año que Calderón ha gastado a manos llenas de un país empobrecido) a varias partes de la geografía estadounidense, con los ánimos electorales hirviendo, pese al frío y la nieve, la verdad que no tuvo el menor olfato político.
Salvo que, no teniendo nada qué hacer, hayan decidido pasear por Nueva York para saludar a los que se encontraran al paso; como fue el encuentro de Felipe con Ban Ki-Moon, el secretario general de la ONU; con quien sólo posó para la foto, pues no era una reunión oficial. Tal vez se fueron para allá para poder estrenar sus costosos abrigos, ponerse sus ropas térmicas e irse a comer un pastel con café en Starbucks, con abundantes sucursales ya en nuestro país.
Calderón solicitó permiso al Senado y le fue concedido. E incluso andan queriendo aquellos derogar esta facultad para que Calderón salga del territorio mexicano cuando se le pegue la gana. Así que muy pronto volverá a irse de paseo. Habrá que ver lo que traen de shopping: César Nava; Cortázar; Carstens, quien compra su ropa allá pues en México no hacen su talla; Patricia; Josefina Vázquez Mota, y demás música de acompañamiento. Allá los recibieron con mariachis (¿quién les pagó?) y ya entrados en gastos Calderón se fue a su segunda alma mater: Harvard (la primera es la Escuela Libre de Derecho).
No hay pruebas de que el viaje haya sido de utilidad para México. Se fueron de paseo. Y hasta se dice que para tomarle el pulso a las primarias estadounidenses, pues Calderón y los suyos quieren que gane la postulación Republicana y obtenga la Presidencia John McCain (como que en España gane el derechista Rajoy), para que los panistas tengan “buena vibra” con el sucesor del alcohólico de Bush.
Sólo se fueron de shopping y a estirar las piernas. Como quedó claro cuando quisieron usar las instalaciones de la cafetería Starbucks y el dueño los echó a la calle, donde dieron una “conferencia” informativa César Nava y Agustín Carstens, y tras unos minutos parecían muñecos de nieve. Durante toda la gira, a los calderonistas se les aparecieron los fantasmas de Andrés Manuel López Obrador y las realidades de los migrantes reprochando el abandono en que este gobierno los tiene.