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miércoles, 27 de febrero de 2008

En Bucareli, un riquillo mediocre y reaccionario

Enrique Herrera/Político y periodista

Juan Camilo Mouriño ha llegado a la titularidad de la Secretaría de Gobernación con el viento en contra. La mayoría de los miembros de la clase política, de militancia distinta a la de este funcionario del PAN, impugna la banalidad de Mouriño por la importancia que le concede a su forma de vestir o a sus gustos, en su primera entrevista en una revista de sociales.

Otros lo ubican como un simple muchacho metrosexual, muy lejano al perfil que debe mostrar el hombre más cercano al Presidente de la República; en momentos en que México se ahoga en una cloaca de crisis económica y política, pobreza, corrupción, desempleo, inseguridad, insuficiencia de servicios, asesinatos y bombazos.

Las críticas más severas a Mouriño, provienen del PRD, organismo que cuestiona su origen, mitad español, que —según el partido— no lo compromete con el Estado mexicano ni con sus ciudadanos, sino con otros intereses.

Entrevistado por Siempre!, Enrique Herrera, ex director de Información de la Secretaría de Gobernación, ex coordinador de asesores de Fernando Gutiérrez Barrios, fundador de Notimex y ex diputado federal del partido del Sol Azteca, afirma que él conoció a Mouriño como un legislador reaccionario y contrario a los intereses sociales y a los indígenas. Indica que Mouriño no es más que un riquillo, con un respaldo académico mediocre y una carrera política aún más pobre, al que Gobernación le queda grande.

Del PAN reaccionario

Antonio Cerda Ardura (A.C.A).- Para muchos, la salida de Francisco Ramírez Acuña de la Secretaría de Gobernación y el nombramiento de Juan Camilo Mouriño al frente, ponen en evidencia que el presidente Calderón está cometiendo errores al gobernar con sus amigos. ¿Qué indica eso, con la terrible inseguridad que prevalece en México?

Enrique Herrera (E.H.).- El Presidente mantiene en los cargos a los mismos que fracasaron en el sexenio pasado. La misma anarquía y la ineficacia que existieron con Fox, prevalecen hoy. Se hallan, por ejemplo, toneladas de enervantes, y nadie sabe ni de dónde vienen ni de quién son. Es decir: continúa el vacío total en seguridad nacional. El señor Eduardo Medina Mora, que desde que era director del Cisen siempre repite lo mismo, pertenece a un grupo de funcionarios que viven para la declaración mediática y que no ofrecen resultados. Pero el colofón de todo esto, lo ha dado Calderón con el nombramiento de Mouriño, a quien conocí como diputado federal en la LVIII Legislatura, él por el PAN y yo por el PRD, y quien tiene en su haber todos aquellos equívocos de haber defendido el águila mocha.

A.C.A.- Esto fue cuando los diputados del PRI y el PRD demandaron a la Secretaría de Gobernación (el 14 de diciembre del 2000 y el 25 de septiembre de 2001) el uso correcto y legal de los símbolos patrios.

E.H.- ¡Exacto! Ese grupo parlamentario panista fue el que bloqueó la presencia en el Congreso de los representantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en marzo de 2001; el que atacó a Cuba; el que defendió a Jorge Castañeda y que, al final, provocó la expulsión del embajador cubano, Jorge Bolaños. A ese grupo pertenece Mouriño, quien, con un curriculum académico muy pobre, hecho en la Universidad de Tampa, en Estados Unidos, y con una carrera de diputado todavía más mediocre y reaccionaria, ha llegado a la secretaría más importante del gabinete. Gobernación tiene que ver con el tejido de todo el lecho político y es en la que estuvo gente de gran dimensión y que tenía oficio político, como el mismo Juárez, Lázaro Cárdenas, Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines, Luis Echeverría, Fernando Gutiérrez Barrios... ¡Por eso México caminaba! Es la secretaría de la sindéresis política, de un Jesús Reyes Heroles que tenía una cultura política de excelencia y que era el gran ideólogo mexicano del siglo XX. Pero en lugar de pensar en un perfil similar, Calderón nos regala en Gobernación a Mouriño, que llega como el chico superpoderoso, hablando en una revista de sociales. Se trata de un riquillo que, en su primera entrevista, nos dice a los mexicanos qué trajes le gustan, que juega futbol con el Presidente en Los Pinos, y que toma ron.

A.C.A.- Cosas superficiales.

E.H.- ¡Este país no puede soportar más trivialidad en el gobierno! El régimen de Calderón es tan malo, o peor, que el de Fox. ¡Y ya hemos visto el costo que tuvo el gobierno foxista! México ha cometido el error de esperar seis años para evaluar a un gobierno, cuando a Fox, como lo pedimos los diputados del PRD (21 de marzo de 2001), debimos haberlo mandado a su casa a los tres meses. Calderón está demostrando que está disminuyendo la calidad política de los mexicanos, al poner en Gobernación a un sujeto sin oficio político ni academia, un niño que está volteando, en la avenida Presidente Masaryk, para ver qué traje se va a poner y que se presenta trivializando la política.

A.C.A.- Con aquella hebilla con su apellido, con sus botas vaqueras y los chiflidos con los que llamaba a Marta Sahagún, Fox inauguró la Presidencia trivial.

E.H.- Y hoy, transmitiendo una imagen de truculencia desnacionalizadora, con una mezcla de nacionalidades que no nos dice en realidad qué es, Mouriño asume una secretaría que ha sido la del equilibrio político nacional y que ha estado distinguida con hombres de pensamiento, como Enrique Olivares Santana, que supieron en su momento reencauzar el desarrollo político de México. Pero, además, ¡ya lo empiezan a telegrafiar como un posible candidato o posible Presidente de la República! De aceptar esa tesis, estaríamos aceptando una tesis colonial. A Mouriño lo conocí cuando él dirigía la Comisión de Energía y era miembro de la Comisión de Juventud y Deporte de la Cámara de Diputados, pero operaba como uno más en el equipo de Calderón. Y el equipo de Calderón fue nefasto para los hechos de gobierno en la Cámara. Cuando llegó el EZLN hasta el Congreso, trataron de bloquearlo con un punto de acuerdo. Y cuando sus representantes estaban en el recinto, toda la fracción del PAN se levantó en pleno y abandonó la sala, gritando: “¡Vámonos, que huele a indio!”. ¡Le dieron la espalda a los representantes indígenas!

A.C.A.- La Junta de Coordinación Política había aceptado escuchar al EZLN en relación a la Ley Indígena.

E.H.- Así es. En otra ocasión, el PAN quiso bloquear la señal del Congreso. Y de eso hay pruebas, incluidas las del lenguaje que usó el actual Presidente. El 10 de diciembre de 2002, cuando los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) intentaban entrar al salón de plenos para presentar sus demandas presupuestales, Felipe Calderón, como coordinador del Grupo Parlamentario panista, trató de bloquear la transmisión. Según lo consignó La Jornada al día siguiente, Calderón le dijo a Heidi Strosberg (presidenta de la Comisión del Canal del Congreso): “¡Dile al pendejo de Virgilio [un camarógrafo] que ya le pare [la transmisión], que defienda a la Cámara!”. ¡La Cámara de Diputados es la casa de todos los mexicanos! Por olvidar cosas como estas, los mexicanos a veces llevamos al poder a quien menos lo merece. Por eso nosotros pensamos que Calderón llegó muerto al poder y que sigue muerto. Y ahora pone en Gobernación a un señor que en una entrevista se muestra como el amo de la moda. No me extrañaría ver a Mouriño presentar su programa de acción política en la serie ¿Dónde estás corazón?, de Antena 3, en España. ¡Esa es la mentalidad! Es el símil del Niño Verde y del Kid Kahwagi, uno de esos juniors a los que sus papás les regalan la posibilidad de ejercer el poder. Así que probablemente una vida corta en Gobernación. No tiene posibilidad de sobrevivir, no tiene oficio político.

A.C.A.- Con esas características, ¿qué plantea esto a la clase política? ¿Cómo debe ser la respuesta?

E.H.- Calderón está desplazando al equipo político de abolengo, llamémoslo así, del PAN. Está, por ejemplo, Ricardo García Cervantes, un senador que ha sido subsecretario y cuenta con carrera legislativa. Y hay más gente de la que pudo haber echado mano. Y nos pone a un niño al que se señala como una especie de José Córdoba Montoya, menos inteligente, según algunos, o tan perverso o más, según otros. La evaluación política es que se trata de un grave error, porque, además, Calderón está demostrando que está recurriendo al amiguismo para llenar los cargos públicos.

¡México no está en posición de permitirlo! Calderón subestima al país y no se da cuenta, por ejemplo, que la repercusión de la crisis económica de Estados Unidos no nos va a hacer un agujero, ¡nos va a hacer un agujerote!

Gobierno de chisguete

A.C.A.- Si Fox dejó un país despedazado, y ahora sumamos la continuidad, ¿dónde queda la supervivencia de México?

E.H.- Con Fox pasaron muchos meses para que la gente asumiera que era un inepto. ¡Estamos tardando demasiado en reaccionar! Calderón llegó al poder con una elección dudosa o abiertamente para muchos, mediante un fraude electoral y en lugar de arrancar con una serie de actos de gobierno o con un gobierno quasi de coalición, inicia con sus amigos. Hay una frase de la periodista Marcela Gómez Arce que yo asumo, porque me parece muy nítida. Ella califica a este gobierno como un gobierno de chisguete. ¡Es la mejor definición!: “un gobierno de chisguete” que vive en el rebote mediático. Y ahora que supuestamente vamos a celebrar los 100 años de la Revolución y los 200 de la Independencia, Calderón envía la señal, con un secretario de Gobernación de dudoso origen y que sólo representa los intereses de la Colonia, que esa colonización continúa con una inversión extranjera neoliberal abierta y definitiva. ¡¿Qué puede saber Mouriño del perfil, de la columna vertebral de esta nación que es la historia?! ¡Nada!

A.C.A.- Sin siquiera tocar la historia de México, tuvimos a Fox hablando de Borgues y peleando con Fidel Castro.

E.H.- Buscando enfrentarse con Cuba y con Venezuela. Por eso se le comparó con Abdalá Bucaram. ¡Era un simulador! Fox era un farsante que quiso imponer a su esposa como Presidenta de la República, algo que hubiera sido degradante para México. Y Calderón no tiene capacidad para gobernar. Llegó por la puerta chica como candidato y ahí se ha mantenido. En este momento, en el tema de la reforma energética, por ejemplo, un día dicen una cosa y otro día otra. Y lo de Gobernación es un error gravísimo. Esa Secretaría ejercía, de alguna forma, la mística de la razón del Estado mexicano. Era un cargo para el que los políticos se preparaban durante treinta o cuarenta años.

A.C.A.- El secretario era el director de la orquesta.

E.H.- Tenía el puesto más importante: era el hombre de más confianza del Presidente y metía sus narices en todos los procesos: con los gobernadores, en seguridad nacional... Asumía todos los riesgos, los aplausos y las rechiflas. Pero le daba un carácter de gran seriedad al sistema. Subestimar a Gobernación, implica subestimar a la nación. A pesar de ello, tengo la impresión de que sí ha habido subsecretarios de Gobernación, tanto con Fox como con Calderón. Sólo que no han sido de su partido y han trabajado para darle gobernabilidad a México desde las cámaras de Diputados y Senadores.

A.C.A.- Es obvio que el control político esta ahí.

E.H.- ¡Claro! Los subsecretarios de Gobernación son ahora Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, que le han dado a Calderón más o menos la posibilidad de seguir gobernando. Pero eso no significa que el rumbo esté diseñado y señalado. ¡Nos esperan cuatro años más de gran mediocridad!

Que se vaya

A.C.A.- Todo esto, desde luego debe conllevar sus riesgos.

E.H.- No sabemos cuáles van a ser. Mi punto de vista es que Mouriño debe irse a su casa o a una embajada. Pero es difícil que, incluso, en una embajada, represente los intereses de una nación a la que, definitivamente, no puede sentir.

A.C.A.- ¿Qué es lo que más podría impresionarle de Mouriño?

E.H.- Que él habla de que le gusta ir a los antros. No habla de ir a Bellas Artes, ni de la cultura, sino de los antros. Y que juega futbolito con el Presidente, lo cual también es dramático. El Presidente tiene muchos problemas como para estar jugando cascaritas en Los Pinos con su gente. Eso lo puede hacer cuando deje de gobernar.

A.C.A.- ¿Entonces, sostiene que hay que recomponer Gobernación?

E.H.- Mouriño tiene que irse. Es un error que Calderón debe subsanar a muy corto plazo. Ya tuvimos la pésima experiencia de ese secretario de Gobernación al cual se le conoció como Santiago Bingo Creel. Cuando un grupo de personas llegó a esa dependencia para tratar el caso de las muertas de Ciudad Juárez, se le dio una cita, y a su regreso le dijeron que el secretario no estaba, ¡porque ese día tenía torneo de polo! Si México supo darse un control político de excelencia, con gente como Plutarco Elías Calles en Gobernación, al no haber ahora ese control, en nombre de esta democracia plutocrática de chiste, lo único que estamos haciendo es deshacer a la nación sin rumbo ni ritmo.

A.C.A.- ¿No le parece un error que la seguridad nacional esté ahora fuera del ámbito de Gobernación?

E.H.- El error es que la seguridad nacional ha sido un hecho subestimado y mal manejado por los últimos gobiernos con funcionarios ineficaces. Debe ser el primer tema de la agenda nacional. El armamento que se está encontrando ahora, sí pone en riesgo al Estado mexicano. ¡Ya hemos superado ampliamente a Colombia!

Algo más sobre la mesa

A.C.A.- Con una de esa metralletas de gran calibre, cualquier día nos quedamos sin Presidente.

E.H.- ¡Por supuesto! No hay ninguna coordinación. En la realidad, México está segmentado. La nación es muchos señores feudales, manejando cada quien su coto de poder, y no tenemos Presidente. Y no sabemos por qué el sustituto deba ser un secretario de Gobernación que esté todo el día mirándose ante el espejo.

El secretario de Gobernación debe ser capaz de saber dar un manotazo en la mesa, por lo menos tres veces al día, o algo más, como decía el general Obregón: “Debe mostrar las partes nobles en la mesa, por lo menos una vez a la semana, para que este país camine”.