Nuestro "AZNAR" en Estados Unidos
Indice Político / Francisco Rodríguez
EL MARTES 21 de febrero de 2006, el ex Presidente de Gobierno de España José María Aznar, violó flagrantemente las leyes mexicanas al expresar abiertamente su apoyo a quien entonces era candidato presidencial del PAN, el señor Felipe Calderón. Fue todavía más allá. Caracterizó a ese momento de la reciente historia de nuestro país como de decisión entre la estabilidad –representada, claro está, por el abanderado panista-- y la ''aventura'' y el ''populismo'', en clara referencia a la candidatura del señor Andrés Manuel López Obrador.
Por lo anterior, Aznar fue cortésmente "reconvenido" por la Secretaría de Gobernación foxista… justo cuando volaba de regreso a la península ibérica. Para no disgustarlo, claro está.
Con distintos personajes y en otras latitudes, hoy se repite la historieta. En el papel de Aznar, el mismísimo señor Calderón. El escenario, los Estados Unidos en este momento inmersos en un proceso electoral que se antoja será tan reñido cual lo fueron nuestros recientes comicios presidenciales.
E inicia su tournée nuestro "Aznar" –desde ayer está en territorio estadounidense; visitará Nueva York; Boston, en Massachusetts; Chicago, en Illinois; así como Sacramento y Los Angeles, en California--con declaraciones a un rotativo estadounidense que se edita en español, definiendo un perfil de quien le gustaría que fuese el próximo huésped de la Casa Blanca.
Su entrevistador, Pablo Scarpellini, sabe que, por alguna extraña razón, a los ocupantes de Los Pinos les fascinan los demócratas, y suelta la pregunta, tras que Calderón le acepta tener un favorito, pero no lo va a decir:
Pongámoslo de otra manera. ¿Le preocupa que llegue un republicano a la Casa Blanca?
-- La verdad es que no me gusta que se metan en la vida política de México desde el extranjero (jejeje, porque sí le gusta que los extranjeros se metan, siempre y cuando lo hagan desde aquí) y yo hago lo mismo. Pero lo que sí demandamos (¡¡¡) es que sea alguien que tenga más visión, una capacidad de análisis más serena y más objetivo, menos emocional y más racional del fenómeno migratorio, y que tenga un compromiso claro con los derechos humanos de cualquier persona, independientemente de su calidad migratoria… Y bla, bla, bla.
¿Se imagina usted, ya no a Aznar –el de a de veras--, sino a George W. Bush yendo esta semana a Pachuca, para delinear el perfil de los candidatos que le gustan para integrar la Legislatura estatal, lo que se define el próximo fin de semana? Lo acusaríamos, con razón, de intervencionista, injerencista y cuanto ista nos viniera en mente.
¿Va con permiso del señor Bush –con quien dialogó vía telefónica la semana anterior— nuestro "Aznarcito"? ¿Lleva alguna instrucción especial?
Nada oportuno y sí políticamente incorrecto el viaje del señor Calderón al vecino país del norte, donde ni siquiera será recibido ya no en el Salón Oval, ni siquiera en el Jardín de las Rosas del 1600 de Pennsylvania en el Distrito de Columbia.
Y la situación de los consulados que le van a reclamar…
Mañana le platico de esto último, a la espera de que, cuando ya venga de regreso el señor Calderón, doña Condoleezza Rice no lo "reconvenga".
EL MARTES 21 de febrero de 2006, el ex Presidente de Gobierno de España José María Aznar, violó flagrantemente las leyes mexicanas al expresar abiertamente su apoyo a quien entonces era candidato presidencial del PAN, el señor Felipe Calderón. Fue todavía más allá. Caracterizó a ese momento de la reciente historia de nuestro país como de decisión entre la estabilidad –representada, claro está, por el abanderado panista-- y la ''aventura'' y el ''populismo'', en clara referencia a la candidatura del señor Andrés Manuel López Obrador.
Por lo anterior, Aznar fue cortésmente "reconvenido" por la Secretaría de Gobernación foxista… justo cuando volaba de regreso a la península ibérica. Para no disgustarlo, claro está.
Con distintos personajes y en otras latitudes, hoy se repite la historieta. En el papel de Aznar, el mismísimo señor Calderón. El escenario, los Estados Unidos en este momento inmersos en un proceso electoral que se antoja será tan reñido cual lo fueron nuestros recientes comicios presidenciales.
E inicia su tournée nuestro "Aznar" –desde ayer está en territorio estadounidense; visitará Nueva York; Boston, en Massachusetts; Chicago, en Illinois; así como Sacramento y Los Angeles, en California--con declaraciones a un rotativo estadounidense que se edita en español, definiendo un perfil de quien le gustaría que fuese el próximo huésped de la Casa Blanca.
Su entrevistador, Pablo Scarpellini, sabe que, por alguna extraña razón, a los ocupantes de Los Pinos les fascinan los demócratas, y suelta la pregunta, tras que Calderón le acepta tener un favorito, pero no lo va a decir:
Pongámoslo de otra manera. ¿Le preocupa que llegue un republicano a la Casa Blanca?
-- La verdad es que no me gusta que se metan en la vida política de México desde el extranjero (jejeje, porque sí le gusta que los extranjeros se metan, siempre y cuando lo hagan desde aquí) y yo hago lo mismo. Pero lo que sí demandamos (¡¡¡) es que sea alguien que tenga más visión, una capacidad de análisis más serena y más objetivo, menos emocional y más racional del fenómeno migratorio, y que tenga un compromiso claro con los derechos humanos de cualquier persona, independientemente de su calidad migratoria… Y bla, bla, bla.
¿Se imagina usted, ya no a Aznar –el de a de veras--, sino a George W. Bush yendo esta semana a Pachuca, para delinear el perfil de los candidatos que le gustan para integrar la Legislatura estatal, lo que se define el próximo fin de semana? Lo acusaríamos, con razón, de intervencionista, injerencista y cuanto ista nos viniera en mente.
¿Va con permiso del señor Bush –con quien dialogó vía telefónica la semana anterior— nuestro "Aznarcito"? ¿Lleva alguna instrucción especial?
Nada oportuno y sí políticamente incorrecto el viaje del señor Calderón al vecino país del norte, donde ni siquiera será recibido ya no en el Salón Oval, ni siquiera en el Jardín de las Rosas del 1600 de Pennsylvania en el Distrito de Columbia.
Y la situación de los consulados que le van a reclamar…
Mañana le platico de esto último, a la espera de que, cuando ya venga de regreso el señor Calderón, doña Condoleezza Rice no lo "reconvenga".