“Hay que…”
Por Esto / Ricardo Andrade Jardí
“Hay que crear competitividad”, “hay que abrir el país a la inversión extranjera para generar empleos”, “hay que suavizar la ley para otorgar facilidades a la invención y generar competencia”, “hay que flexibilizar la ley laboral”, “hay que congelar el salario”, “hay que quitar al estado la responsabilidad de las paraestatales” “hay, hay, hay… hoy, hoy, hoy”
Esa es, más o menos, la tonada que vociferan los conjurados de Washington, todas las semanas desde los pulpitos de la nueva iglesia universal, la telecracia, desde donde se nos imponen los valores acordes con las creencias del nuevo orden mundial, la telecracia, palabra divina desde la que se dictan políticas culturales y estrategias económicas, acompañadas por supuesto de la fe Coca-Coca, nos bombardea, hasta el hastío, con las tonadas del “hay que…” en aras de alcanzar un progreso, que hasta ahora no es otra cosa que la devastación criminal del equilibrio ambiental del planeta, la acumulación incalculable de riqueza en pocas manos (muy pocas), el saqueo de unos pocos países frente al empobrecimiento brutalmente inmoral de millones y millones de personas alrededor del planeta; “hay que, hay que, hay que”, nos berrea la telecracia y las cabezas ruedan por todo el país; “hay que”, y la impunidad esta a la orden del día; “hay que”, y la corrupción impone las reglas del juego, el que sólo beneficia al crimen organizado y a la decadente tecnocracia, convertida en los administradores privados de los intereses trasnacionales, mientras cobran elevados salarios públicos, por hacer como que hacen, lo que no hacen.
“Hay que crear competitividad”, “hay que abrir el país a la inversión extranjera para generar empleos”, “hay que suavizar la ley para otorgar facilidades a la invención y generar competitividad”, “hay que flexibilizar la ley laboral”, “hay que congelar el salario”, “hay que quitar al estado la responsabilidad de las paraestatales” “hay, hay, hay…”
Y mientras tanto, los ejecutados del libre mercado siguen arrojando su cuota diaria y las maquiladoras explotando criminalmente a los futuros desempleados del mañana y las leyes, cediendo a los intereses extranjeros y los patrones despidiendo a los trabajadores cobijados por la “flexibilización laboral” y el mini “salario” de la competitividad “aumentado” dos pesos, el camión uno, la gasolina cuatro y la “canasta básica” 60 %.
“Hay que” ver cómo funciona la “Democracia Corporation S.A.” que nos han impuesto, “hay que…ver”.
“Hay que crear competitividad”, “hay que abrir el país a la inversión extranjera para generar empleos”, “hay que suavizar la ley para otorgar facilidades a la invención y generar competencia”, “hay que flexibilizar la ley laboral”, “hay que congelar el salario”, “hay que quitar al estado la responsabilidad de las paraestatales” “hay, hay, hay… hoy, hoy, hoy”
Esa es, más o menos, la tonada que vociferan los conjurados de Washington, todas las semanas desde los pulpitos de la nueva iglesia universal, la telecracia, desde donde se nos imponen los valores acordes con las creencias del nuevo orden mundial, la telecracia, palabra divina desde la que se dictan políticas culturales y estrategias económicas, acompañadas por supuesto de la fe Coca-Coca, nos bombardea, hasta el hastío, con las tonadas del “hay que…” en aras de alcanzar un progreso, que hasta ahora no es otra cosa que la devastación criminal del equilibrio ambiental del planeta, la acumulación incalculable de riqueza en pocas manos (muy pocas), el saqueo de unos pocos países frente al empobrecimiento brutalmente inmoral de millones y millones de personas alrededor del planeta; “hay que, hay que, hay que”, nos berrea la telecracia y las cabezas ruedan por todo el país; “hay que”, y la impunidad esta a la orden del día; “hay que”, y la corrupción impone las reglas del juego, el que sólo beneficia al crimen organizado y a la decadente tecnocracia, convertida en los administradores privados de los intereses trasnacionales, mientras cobran elevados salarios públicos, por hacer como que hacen, lo que no hacen.
“Hay que crear competitividad”, “hay que abrir el país a la inversión extranjera para generar empleos”, “hay que suavizar la ley para otorgar facilidades a la invención y generar competitividad”, “hay que flexibilizar la ley laboral”, “hay que congelar el salario”, “hay que quitar al estado la responsabilidad de las paraestatales” “hay, hay, hay…”
Y mientras tanto, los ejecutados del libre mercado siguen arrojando su cuota diaria y las maquiladoras explotando criminalmente a los futuros desempleados del mañana y las leyes, cediendo a los intereses extranjeros y los patrones despidiendo a los trabajadores cobijados por la “flexibilización laboral” y el mini “salario” de la competitividad “aumentado” dos pesos, el camión uno, la gasolina cuatro y la “canasta básica” 60 %.
“Hay que” ver cómo funciona la “Democracia Corporation S.A.” que nos han impuesto, “hay que…ver”.