Calderón: un gobierno de nota roja.
Expreso / Gabriel Ibarra
Son los resultados los que hablan por las personas, más allá del discurso de las buenas intenciones. Al gobierno del presidente Felipe Calderón así se le medirá al final,.
Al gobierno del presidente Felipe Calderón así se le medirá al fi nal, igual que a su joven secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, quienes tendrán que demostrar que tienen capacidad para resolver confl ictos.
Durante el primer año de gobierno del presidente Felipe Calderón, la agenda nacional quedó dominada totalmente por la violencia desatada de los grupos delictivos. La espiral de crímenes ha sobresalido como el gran tema político y mediático.
En esta escalada de crímenes, se repite la película colombiana: asesinatos de funcionarios gubernamentales, acribillamiento de jefes y agentes policiacos, ministerios públicos y funcionarios relacionados con la seguridad.
El mundo de la política también ha sufrido el accionar de la narcoviolencia, aunque a nivel municipal, como el del ex candidato de Boca del Río, Tamaulipas, y otros ex presidentes municipales. No han sido tocados altos funcionarios del Gobierno federal, pero pronto podríamos llegar. En ese sentido Colombia nos lleva ventaja, porque allá fueron victimados ministros de justicia, candidatos presidenciales, jueces, entre otros.
La violencia ha ensangrentado al mundo del espectáculo, con artistas que le cantan a estos poderosos personajes que han sido acallados para siempre.
La prensa no ha dejado de sufrir los embates de estas mafi as. México sigue apareciendo en los primeros lugares del mundo de la lista de los países más peligrosos para el ejercicio periodístico.
Felipe Calderón no ha sido capaz de pacifi car el país. Si bien le ha declarado la guerra al crimen organizado y al narcotráfi co, a medir por los resultados, la guerra la está perdiendo.
Si lo vemos con benevolencia habrá que decir que el antecesor le heredó un gobierno en caos, con instituciones carcomidas por la corrupción y una impunidad que evita se castige a quienes rompen el Estado de derecho entre el 97 y 98 por ciento. Instituciones débiles sin capacidad de respuesta. Una especie de balcanización de México. Un Gobierno federal débil con gobiernos estatales fuertes y poderes fácticos como el crimen organizado y el narcotráfi co que ponen de rodillas al Estado.
Hay que decir de igual forma que Felipe Calderon ha tenido el valor, como lo ha hecho su homólogo colombiando Álvaro Uribe, de extraditar a un buen número de capos del narcotráfi co a Estados Unidos, entre ellos Ozziel Cárdenas y Héctor “Güero” Palma.
El costo es el baño de sangre que vive el país. Se podrá decir, como lo han hecho algunos funcionarios, que estos crímenes son entre grupos del crimen organizado, producto de reacomodos y disputa por el control de la plaza y que no afecta a la población.
Además de falso es un cinismo ese tipo de argumentaciones. Basta decir las muertes de mujeres y niños de Tijuana y de otras ciudades del país.
Aceptar ese estado de cosas es abdicar de la responsabilidad del Estado de castigar a quienes violan el Estado de derecho e imponen la ley del más fuerte, de los cuernos de chivo y de su mensaje de muerte.
El asunto son los perjuicios que esta descomposición trae en el país en todos los órdenes. Su impacto no sólo en la economía, sino en los problemas familiares y sociales que genera la adicción a las drogas, porque México se ha convertido en un país de consumo, no sólo de tráfi co.
UN GOBIERNO DE NOTA ROJA La nota roja se ha impuesto cuando la partida todo indica que la están ganando los violentos, los mafi osos, el narcotráfi co, junto con el cáncer de la corrupción y la impunidad.
Mientras que en el gobierno del presidente Vicente Fox se registraron en promedio cerca de mil 800 crímenes violentos en las calles, plazas públicas, centros comerciales, entre otros, los cuales sumaron al fi nal del sexenio 11 mil. Aclaró que no son datos ofi ciales, porque no los hay, corresponden a reportes del diario El Universal.
En el primer año del gobierno calderonista fueron cerca de dos mil 700 crímenes violentos y la agenda presidencial y gubernamental se convirtió en monotemática con el tema de la inseguridad. O sea, hay una expansión violenta que ubica a México en uno de los países mas inseguros del mundo, sólo por debajo de Iraq, Afganistán y Paquistán.
De continuar con ese número de crímenes como constante anual, la estadística en seis años sería de poco más de 16 mil asesinatos violentos, lo que signifi caría el magno fracaso de un gobierno que como el de su antecesor no pasó de las buenas intenciones.
No olvidemos que el gobierno del presidente Vicente Fox al arrancar despertó grandes expectativas de cambio, pero a la postre resultó un gobierno sin rumbo, sin pies ni cabeza y su peor fracaso fue la seguridad. Las mafi as se impusieron, lo que provocó que en el arranque de la administración del presidente Felipe Calderón como estrategia mediática lanzaran los operativos con el Ejercito, con miles de soldados y agentes federales en diversas entidades del país dominadas por el narcotráfi co.
En cuanto a resultados, esos operativos de poco o nada han servido.
Basta echar una mirada a Michoacán, el estado del Presidente, donde hasta un familiar recientemente fue víctima de un levantón.
Y de esos son constantes en aquella tierra caliente.
LA SEGURIDAD ES ESTRATÉGICA En la agenda del Presidente, de los medios y del país, el tema de la seguridad o inseguridad predominó en el 2007 y continuará como el número uno en este 2008. Incluso, el apuntalamiento de su nuevo secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, se ha basado en el combate contra este fl agelo, con la detención de uno de los operadores de uno de los poderosos cárteles y que van por Joaquín “Chapo” Guzmán, muestra la señal que envían al grueso de la población con este tema recurrente.
¿Será la constante o simplemente son golpes efectivistas como estrategia política para fortalecer al preferido de Los Pinos? El gran reto del Gobierno es romper con esta realidad de violencia. A corto plazo no vemos luz que nos permita visualizar que la guerra se pueda ganar. Esa es la gran desgracia que como país nos toca vivir como vecino del país más poderoso del mundo, cuyos virus de adicción a las drogas desde hace tiempo ya están aquí destruyendo a nuestras familias.
Son los resultados los que hablan por las personas, más allá del discurso de las buenas intenciones. Al gobierno del presidente Felipe Calderón así se le medirá al final,.
Al gobierno del presidente Felipe Calderón así se le medirá al fi nal, igual que a su joven secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, quienes tendrán que demostrar que tienen capacidad para resolver confl ictos.
Durante el primer año de gobierno del presidente Felipe Calderón, la agenda nacional quedó dominada totalmente por la violencia desatada de los grupos delictivos. La espiral de crímenes ha sobresalido como el gran tema político y mediático.
En esta escalada de crímenes, se repite la película colombiana: asesinatos de funcionarios gubernamentales, acribillamiento de jefes y agentes policiacos, ministerios públicos y funcionarios relacionados con la seguridad.
El mundo de la política también ha sufrido el accionar de la narcoviolencia, aunque a nivel municipal, como el del ex candidato de Boca del Río, Tamaulipas, y otros ex presidentes municipales. No han sido tocados altos funcionarios del Gobierno federal, pero pronto podríamos llegar. En ese sentido Colombia nos lleva ventaja, porque allá fueron victimados ministros de justicia, candidatos presidenciales, jueces, entre otros.
La violencia ha ensangrentado al mundo del espectáculo, con artistas que le cantan a estos poderosos personajes que han sido acallados para siempre.
La prensa no ha dejado de sufrir los embates de estas mafi as. México sigue apareciendo en los primeros lugares del mundo de la lista de los países más peligrosos para el ejercicio periodístico.
Felipe Calderón no ha sido capaz de pacifi car el país. Si bien le ha declarado la guerra al crimen organizado y al narcotráfi co, a medir por los resultados, la guerra la está perdiendo.
Si lo vemos con benevolencia habrá que decir que el antecesor le heredó un gobierno en caos, con instituciones carcomidas por la corrupción y una impunidad que evita se castige a quienes rompen el Estado de derecho entre el 97 y 98 por ciento. Instituciones débiles sin capacidad de respuesta. Una especie de balcanización de México. Un Gobierno federal débil con gobiernos estatales fuertes y poderes fácticos como el crimen organizado y el narcotráfi co que ponen de rodillas al Estado.
Hay que decir de igual forma que Felipe Calderon ha tenido el valor, como lo ha hecho su homólogo colombiando Álvaro Uribe, de extraditar a un buen número de capos del narcotráfi co a Estados Unidos, entre ellos Ozziel Cárdenas y Héctor “Güero” Palma.
El costo es el baño de sangre que vive el país. Se podrá decir, como lo han hecho algunos funcionarios, que estos crímenes son entre grupos del crimen organizado, producto de reacomodos y disputa por el control de la plaza y que no afecta a la población.
Además de falso es un cinismo ese tipo de argumentaciones. Basta decir las muertes de mujeres y niños de Tijuana y de otras ciudades del país.
Aceptar ese estado de cosas es abdicar de la responsabilidad del Estado de castigar a quienes violan el Estado de derecho e imponen la ley del más fuerte, de los cuernos de chivo y de su mensaje de muerte.
El asunto son los perjuicios que esta descomposición trae en el país en todos los órdenes. Su impacto no sólo en la economía, sino en los problemas familiares y sociales que genera la adicción a las drogas, porque México se ha convertido en un país de consumo, no sólo de tráfi co.
UN GOBIERNO DE NOTA ROJA La nota roja se ha impuesto cuando la partida todo indica que la están ganando los violentos, los mafi osos, el narcotráfi co, junto con el cáncer de la corrupción y la impunidad.
Mientras que en el gobierno del presidente Vicente Fox se registraron en promedio cerca de mil 800 crímenes violentos en las calles, plazas públicas, centros comerciales, entre otros, los cuales sumaron al fi nal del sexenio 11 mil. Aclaró que no son datos ofi ciales, porque no los hay, corresponden a reportes del diario El Universal.
En el primer año del gobierno calderonista fueron cerca de dos mil 700 crímenes violentos y la agenda presidencial y gubernamental se convirtió en monotemática con el tema de la inseguridad. O sea, hay una expansión violenta que ubica a México en uno de los países mas inseguros del mundo, sólo por debajo de Iraq, Afganistán y Paquistán.
De continuar con ese número de crímenes como constante anual, la estadística en seis años sería de poco más de 16 mil asesinatos violentos, lo que signifi caría el magno fracaso de un gobierno que como el de su antecesor no pasó de las buenas intenciones.
No olvidemos que el gobierno del presidente Vicente Fox al arrancar despertó grandes expectativas de cambio, pero a la postre resultó un gobierno sin rumbo, sin pies ni cabeza y su peor fracaso fue la seguridad. Las mafi as se impusieron, lo que provocó que en el arranque de la administración del presidente Felipe Calderón como estrategia mediática lanzaran los operativos con el Ejercito, con miles de soldados y agentes federales en diversas entidades del país dominadas por el narcotráfi co.
En cuanto a resultados, esos operativos de poco o nada han servido.
Basta echar una mirada a Michoacán, el estado del Presidente, donde hasta un familiar recientemente fue víctima de un levantón.
Y de esos son constantes en aquella tierra caliente.
LA SEGURIDAD ES ESTRATÉGICA En la agenda del Presidente, de los medios y del país, el tema de la seguridad o inseguridad predominó en el 2007 y continuará como el número uno en este 2008. Incluso, el apuntalamiento de su nuevo secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, se ha basado en el combate contra este fl agelo, con la detención de uno de los operadores de uno de los poderosos cárteles y que van por Joaquín “Chapo” Guzmán, muestra la señal que envían al grueso de la población con este tema recurrente.
¿Será la constante o simplemente son golpes efectivistas como estrategia política para fortalecer al preferido de Los Pinos? El gran reto del Gobierno es romper con esta realidad de violencia. A corto plazo no vemos luz que nos permita visualizar que la guerra se pueda ganar. Esa es la gran desgracia que como país nos toca vivir como vecino del país más poderoso del mundo, cuyos virus de adicción a las drogas desde hace tiempo ya están aquí destruyendo a nuestras familias.
posted by H2AGUA at
7:25 p.m.
