Serpientes y escaleras

SALVADOR GARCÍA SOTO

¿Mensaje o advertencia para el rancho de San Cristóbal? ¿Reminiscencia del pasado lopezportillista? ¿Justicia a secas? ¿O el primer ajuste de cuentas del gobierno de Felipe Calderón? Se le puede leer de varias maneras, pero la cabeza de Raúl Muñoz Leos podría ser la del primer funcionario del gabinete de Vicente Fox que pise la cárcel por el desvío de recursos por el que ya fue sancionado administrativamente el ex director de Pemex.

La existencia de una investigación penal contra Muñoz Leos por el manejo irregular de mil 700 millones de pesos, que reveló esta semana el procurador Eduardo Medina Mora, es la continuación de la persecución contra el ex funcionario foxista, iniciada por la administración calderonista cuando Germán Martínez era secretario de la Función Pública.


A Martínez le fue encargada, desde que inició el actual sexenio, la indagatoria contra Muñoz Leos, que se convirtió en prioridad de la lucha anticorrupción de esta administración. Semanas antes de dejar la Función Pública, Germán ya comentaba que estaba armado el caso, y como chef que tiene a punto el guiso, decía que ni el ex director de Pemex ni el ex coordinador jurídico de la paraestatal… tenían escapatoria.


Aunque se han presentado los elementos que dieron pie a esta investigación, y se comprobó que Muñoz Leos transfirió los mil 700 millones de pesos al sindicato petrolero sin contar con las autorizaciones debidas del Consejo de Administración, hay también motivaciones políticas que explicarían la celeridad con que el gobierno de Calderón actuó en este caso.


Tres pecados políticos cometió Raúl Muñoz Leos que han agravado y pesado en su caso. Su primer pecado fue que como director de Pemex minimizó y desdeñó al entonces secretario de Energía, Felipe Calderón Hinojosa. Sus conexiones directas con Los Pinos y el hecho de que el entonces titular del ramo energético no fuera parte del grupo cercano del presidente le hicieron tener actitudes que no siempre fueron las más corteses ni amables para el secretario Calderón.


Y si a veces no le tomaba las llamadas o atendía las instrucciones del secretario, mucho menos lo hacía con el joven subsecretario de Energía, Juan Camilo Mouriño, con quien la Dirección General de Pemex tampoco mantenía la mejor de las relaciones.


Un segundo pecado que hoy paga caro el hombre que llegó de la transnacional Dupont al gabinete foxista son los malos tratos que tuvo para quien fuera coordinador jurídico de Pemex durante su gestión, César Nava Vázquez, otro joven funcionario que había llegado a la empresa petrolera recomendado por el secretario de Energía. La relación de Muñoz Leos con Nava fue tan tirante, que más de uno recuerda que cuando la paraestatal perdía algún pleito legal contra contratistas o franquicitarios, Raúl solía comentar con tono despectivo: “Es que tenemos un abogadillo de quinta”.


Pero si esos dos pecados se los están cobrando con creces, quizá el error que más le pasa ahora a Muñoz Leos es la enorme cercanía que tuvo con Marta Sahagún durante su gestión. Dos mujeres, dicen los que lo vivieron de cerca, tenían una alta injerencia en Pemex y su dirección, y las dos eran grandes amigas. De un lado, Hilda Ledesma, su esposa, que lo mismo le controlaba la agenda y le imponía secretarios particulares, que se metía a dar órdenes en subdirecciones y gerencias, donde le pagaban sus cirugías estéticas; y del otro, la esposa del presidente Fox, que “tarjeteaba” al director de Petróleos y enviaba a sus hijos Manuel y Fernando Bibriesca, y a su hermano Guillermo Sahagún Jiménez a “coyotear” millonarios contratos para empresas como Oceanografía y TMM.


La confirmación de que hoy Raúl tiene el agua hasta el cuello y que en su caso hay lo mismo elementos jurídicos que razones políticas se dio esta misma semana. El secretario de la Función Pública del gobierno calderonista, Salvador Vega, salió rápido a exonerar al otro ex director de Pemex Luis Ramírez Corzo —a quien también involucró el procurador Medina Mora en la averiguación previa—, mientras ratificaba que toda la responsabilidad en la asignación ilegal de recursos al sindicato era de Muñoz Leos.


El ex director de Petróleos sabe que la maquinaria oficial se ha echado a andar en su contra. Por eso declaró que él no será “chivo expiatorio de nadie”, y por eso también contrató como su abogado a José Elías Romero Apis, un viejo lobo que conoce no sólo de leyes, sino de los entretelones del sistema judicial y político. La recomendación para que le encargara su defensa al priísta Romero Apis se la hizo a Muñoz Leos el senador Francisco Labastida Ochoa, que algo sabe también de demandas y juicios relacionados con Pemex.


Tal vez el peor pecado que paga Raúl Muñoz Leos sea el de la debilidad y la pusilanimidad con las que permitió que los apetitos más voraces, la corrupción y el tráfico de influencias se apoderaran de la paraestatal más importante, durante el sexenio foxista.


¿Quién, para el IFE?

Los partidos políticos en la Cámara de Diputados están jugando un póquer con las cartas tapadas. Ni el PRI ni el PAN ni el PRD quieren dar a conocer los nombres de los naipes que moverán finalmente en la negociación para la presidencia del IFE y de los dos nuevos consejeros que llegarán al organismo.


Hacia fuera se cubren con el proceso de inscripción abierta que se inició el pasado miércoles, y en el que, hasta anoche, sumaban 13 aspirantes inscritos, aunque es muy probable que ninguno de los ciudadanos que ingenuamente o por convicción acudieron a registrarse aparezcan en la terna final, que decidirán en secreto los coordinadores parlamentarios de la Cámara de Diputados.


Pero adentro, en los entretelones donde se está negociando, la danza de nombres se mantiene totalmente hermética. Varios perfiles se mandan en el juego de póquer, algunos en serio y otros para despistar: Mauricio Merino, Jacqueline Peschard, Clara Jusidman, Diego Valadés, Jorge Alcocer, Lorenzo Córdova, María Amparo Casar, Fernando Serrano Migallón, José Antonio Crespo. Incluso hay nombres de periodistas y comunicadores que se barajan entre los partidos, en su búsqueda por legitimar hacia fuera el proceso de negociación.


Formalmente, la decisión la tomarán los coordinadores parlamentarios de la Cámara de Diputados, pero en la práctica, hay personajes del Senado que están teniendo incidencia directa en las negociaciones como Manlio Fabio Beltrones, Ricardo Monreal, Arturo Núñez, Ricardo García Sainz, Santiago Creel y Carlos Navarrete. De San Lázaro, la batuta del reparto de cartas la lleva Diódoro Carrasco Altamirano, quien hace las veces de enlace entre Héctor Larios, Emilio Gamboa y Javier González Garza.


Las cartas empezarán a abrirse está semana y ya le iremos diciendo cómo va la partida.




NOTAS INDISCRETAS… ¿Qué hacía Diego Fernández de Cevallos en el rancho San Cristóbal? Al panista lo vieron por la casa del ex presidente Vicente Fox hace un par de semanas. Cuentan que a Diego lo buscaron los Fox para pedirle que los asesorara sobre las investigaciones en su contra en la Cámara de Diputados. Hasta donde cuentan, el Jefe Diego no aparecerá públicamente en esa defensa, y más bien se trató de una plática de amigos en la que les sugirió algunas líneas jurídicas y políticas, para que Fox no se siguiera moviendo en arenas movedizas. Y la primera recomendación al ex presidente fue que modere su lengua y su alocado lenguaje. El efecto de aquella conversación con Diego, dicen, se vio en la entrevista que concedió en CNN y en la carta de petición de apoyo que Fox le envió al CEN del PAN. En todo caso, la pregunta es cómo Vicente Fox dice que no le preocupa que lo investiguen y que eso para él “son tonterías”, mientras recurre desesperado a buscar asesorías de un colmilludo como el Jefe Diego… En las últimas semanas ha tomado forma lo que algunos ya llaman “la contraofensiva de Josefina” en contra de Elba Esther Gordillo. La secretaria de Educación tiene varios días hablando de la inminente creación del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, que supervisaría y evaluaría el trabajo de las huestes de maestros que controla Elba Esther Gordillo. La iniciativa de Josefina no ha sido consultada con el SNTE y la propia maestra se quejó de eso con el presidente Calderón en el acto público al que asistió esta semana en Los Pinos. Pero el embate de Vázquez Mota también se ve en la información que la Comisión de Educación del Senado le solicitó a la SEP sobre las millonarias transferencias de recursos públicos al sindicato magisterial, y las listas de maestros comisionados. Detrás de esa petición de los senadores, dicen, está la mano de Josefina, que operó para que en Xicoténcatl resucitaran una propuesta que el perredista Ricardo Monreal hizo en octubre de 2006, y que había sido enviada a la congeladora parlamentaria. De repente, el senador panista Fernando Elizondo reactivó la petición y sorprendió hasta al mismo Monreal, que no desperdició la oportunidad de ajustar cuentas con la poderosa maestra. Fue la titular de la SEP, afirman, la que convenció a los senadores panistas de lo “conveniente” de llevar al pleno la investigación a las finanzas del SNTE. Y será la misma Vázquez Mota, adelantan, la que podría entregar al Senado un dato que puede meter en aprietos a la maestra: que la SEP entrega al sindicato de maestros un apoyo en recursos públicos para cubrir “cuotas sindicales” que alcanzaría hasta los 120 millones de pesos mensuales. Decían los colaboradores cercanos de Elba Esther que la maestra estaba tranquila y despreocupada por la petición de información del Senado a la SEP. Tal vez es momento de que empiece a preocuparse… Será casualidad o será respuesta. Pero apenas se anunció que Andrés Manuel López Obrador iba a Tabasco a organizar los reclamos de los damnificados y a exigir indemnizaciones del gobierno a sus pérdidas patrimoniales, y el gobierno de Calderón se sacó de la manga un programa de entrega de vales a los afectados para que los canjeen por muebles y artículos que perdieron en las inundaciones. Tal vez quisieron desactivar la estrategia de Andrés Manuel, pero al final los que salieron ganando son los tabasqueños… Los dados cierran con serpiente semana negra.