LE CREES AL RANCHERO LADRON?
Vladimir Galeana
Alguna vez escuché una anécdota referente a un presunto regalo que la armadora de coches Ford le pretendió hacer al Presidente Lázaro Cárdenas del Río. Le llevaron un modelo de edición para que fuera él quien lo estrenara en México, por lo que señaló a quienes pretendían que lo recibiera sin pago alguno que un Presidente de la República no podía, por ningún motivo, aceptar tal cosa ya que incurriría en una grave falta de probidad, por lo que les solicitó que le dijeran el precio y si estaba dentro de sus posibilidades lo compraría. Los representantes de la firma pretendiendo quedar bien con el Primer Mandatario señalaron que era una cortesía para el gobierno, por ser el primero de su tipo en México, a lo que Cárdenas insistió en que mejor le fijaran un precio, por lo que finalmente aceptaron tasarlo y le dijeron que para él valía diez pesos. Ceremoniosamente don Lázaro sacó un billete de veinte pesos y les señaló: “quiero dos, dejen este aquí, y el otro llévenselo a mi hermano Dámaso”. No se si la anécdota es real, pero circulo como ejemplo de sagacidad de un hombre al que la historia sigue respetando.
El tema de las últimas semanas ha sido el presunto enriquecimiento de Vicente Fox Quesada, y por indiscreciones de algún empresario supimos que el Jeep rojo que algunas veces maneja no lo compró, sino que la señora Martha Sahagún lo solicitó como regalo para un cumpleaños del Presidente Fox a un empresario al que después le pagó el favor con la venta de boletos de lotería instantánea que realizaba la Fundación Vamos México. Una periodista norteamericana cuestionó en una entrevista al ex mandatario mexicano el origen del vehiculo marca Hummer, modelo 2005 que también se le ha visto manejando, a lo que contestó que tampoco era de su propiedad.
La Presidencia de la República envió ayer un comunicado oficial al respecto en el que señala que el vehículo Hummer modelo 2005, con placas de circulación LYF 6071 no aparece mencionado en el listado de vehículos propiedad del Estado Mayor Presidencial ya que pertenece a la compañía General Motors de México, S. A. de C. V., y se encuentra otorgado en comodato al EMP desde el 12 de noviembre de 2004, mismo que a partir del 15 de noviembre del mismo año está asignado a las actividades del seguridad del expresidente Vicente Fox Quesada. El otro Hummer si es propiedad del EMP y también está asignado a labores de seguridad.
El comodato es la figura de un contrato civil por el cual se da o recibe una cosa de las que pueden usarse sin destruirse para servirse de ella, con la obligación de restituirla. Es el contrato por el cual uno de los contratantes llamados comodante, se obliga a prestar gratuitamente el uso de una cosa no fungible, pero no los frutos de ellas; y el otro, llamado comodatario, se obliga a restituirla íntegramente a su vencimiento. Si efectivamente como dice el comunicado de la Presidencia de la República la Hummer de referencia es propiedad de General Motors, por lo que no existen registros en los inventarios oficiales, habrá que decirles que por principio de cuentas debería existir en la letra el contrato de referencia, porque todo comodato tiene un vencimiento, es decir, debe señalarse la fecha en que la cosa será devuelta. Por otra parte, en cualquier tipo de administración se aconseja que cuando se reciben bienes de terceros en calidad de comodato se deben registrar en cuentas de orden, porque solamente así se pueden comprobar los gastos que se implementen en su manutención o reparación.
Me parece que esta tónica de proteger hasta las últimas consecuencias al ex presidente Vicente Fox Quesada está llevando a la institución al arrinconamiento, ya que el Instituto Federal de Acceso a la Información tendrá en su momento que tomar la decisión de adentrarse en la investigación para constatar primero que existe el comodato, y después, la forma en que fue registrado contablemente, pues de lo contrario estaríamos frente a una irregularidad de tipo administrativo sancionable por la propia Secretaría de la Función Pública.
Por otro lado me parece aberrante que un ex Presidente de la República tenga que acudir a este tipo de artilugios para justificar el uso, el goce y el disfrute de un bien que no le pertenece, pero del cual no existen registros contables y solamente la referencia de que sigue siendo propiedad de General Motors. Pero también hay que decir que esta revisión tan minuciosa no es producto de una venganza de los partidos de la oposición como lo afirma el hombre de las botas, sino de sus propios posicionamientos cuando decidió que había que desacralizar la institución presidencial y hacerla transparente frente a los ciudadanos. Creo que Vicente Fox Quesada tiene todavía cola que puede ser pisada, pero por el momento ese comodato será la parte incómoda de la opacidad con la que se adjudicaron sus familiares políticos una buena cantidad de recursos a través del tráfico de influencias. Muchas cosas tiene que explicar, y si todas van en el mismo sentido, pues la cosa se podrá peor. Al tiempo.