LAS LOCURAS DE UN RANCHERO LADRON
* Rasgos esquizoides, delirios de grandeza, narcisismo exacerbado, trastorno disociativo…
¿Qué tanto sabemos los ciudadanos de la salud mental de quienes gobiernan? Nunca, a ningún político, se le practica examen psicológico alguno.
Para llegar al poder bastan el carisma, el dinero o la maquinaria política. Por eso no es ocioso preguntarnos hoy cuál fue y cuál es la salud mental de quien gobernó este país durante seis años.
Este es el retrato, el perfil psicoanalítico de Vicente Fox, el hombre que cautivó a millones de mexicanos: un hombre que más allá de los escándalos políticos es definido por la ciencia como alguien con rasgos perversos, de sociópata, con delirios de grandeza, narcisismo exacerbado, comportamiento esquizoide y trastorno disociativo. El asunto no es trivial. La sociedad tendrá que tomarlo en sus manos y someter a prueba el equilibrio mental de la clase política que nos gobierna.
Quién mejor que un ppsicoanalista para sumergirse en los oscuros laberintos, en la intrincada estructura sicológica de un hombre que usó el poder a su antojo y que parece estar convencido de que aún puedo hacerlo como si todavía fuera el poderoso presidente de la República con un país entero a sus pies.
Por eso hay que escuchar con atención al doctor José Antonio Lara Peinado, un experimentado psicoanalista atento a la realidad nacional, cuando sostiene que la reacción arrebatada de Vicente Fox a una pregunta hecha por el periodista Rubén González Luengas no es el único indicador de una personalidad descontrolada.
No. Los insultos del ex presidente, la intolerancia y el súbito abandono del estudio de televisión de la cadena Telemundo son, en realidad, síntomas de una personalidad desequilibrada.