EL PROzac CON SU RIQUEZA MOSTRO UNA FACETA MAS DE LAS MILES QUE TIENE
* El ex presidente se ha encargado de restregarle a los mexicanos la opulencia en la que vive, en su rancho de San Cristóbal, Guanajuato
Pablo trejo pérez
A lo largo de su sexenio, pero sobre todo, en días recientes, el ex presidente de nuestro país Vicente Fox, ha mostrado la peor de sus facetas, al restregar a los mexicanos la opulencia en la que ahora vive en su rancho “San Cristóbal” en Guanajuato.
Esta conducta contrasta evidentemente con la actual situación económica que vivimos los mexicanos, producto del estancamiento de la economía y los elevados precios de la canasta básica, además de poner en entredicho a él y al actual titular del Ejecutivo, como agentes de un cambio que acabó con el presidencialismo autoritario; pero sobre todo, echa por la borda las expectativas de un cambio democrático que habrá de esperar mejores momentos.
El mandato de Vicente Fox fue un desastre verdadero, basta con recordar las promesas de las que fuimos víctimas los mexicanos por más de seis años; por ejemplo, en materia económica el entonces presidente Fox prometió hechos que quedaron sin cumplirse: no se crearon empleos, ni hubo crecimiento económico y los sectores claves de la economía hasta la fecha continúan en la postración. Aunque, reconozcamos, que pudo haber sido peor, si acaso la pasada legislatura del Congreso hubiese aprobado las llamadas reformas estructurales, que entre otras cosas pretendían aumentar los impuestos y desnacionalizar el sector energético.
Inútil es recordar las promesas que anunciaban un firme combate a la corrupción y a la impunidad, sabiendo que los líderes petroleros siguen impunes, al igual que la ex directora de la Lotería Nacional, que Serrano Limón, que la hermana de Santiago Creel y, desde luego, los hijos de la señora Marta, los hermanos Bibriesca. Digamos, que en materia de combate a la corrupción, no hubo ningún avance sustantivo, no picaron los peces gordos, a lo más, cambiaron los personajes.
Otra situación sobre la cual es necesario reflexionar, es sobre el trato preferencial que se le dio a los grupos empresariales privilegiados durante el sexenio pasado. Recordemos el lamentable episodio de las triangulaciones económicas realizadas por la Lotería Nacional y la asociación “Vamos México”, dirigidas a instituciones vinculadas con los Amigos de Fox, cuyo desenlace fue por todos los medios difundido, y hasta la fecha no se tienen culpables que paguen por el desvío de millones de pesos a través de esta asociación.
En materia política, paradójicamente, los resultados fueron fatales, entre otras cosas porque no se cumplió con la promesa de resolver el conflicto chiapaneco, sino que los conflictos regionales y sectoriales, se multiplicaron. Recordemos el caso de Oaxaca, San Salvador Atenco, Michoacán, entre otros.
La política exterior naufragó desde el principio del sexenio, rompió con el principio de independencia, comprometió la soberanía y a cambio, no logró los objetivos que se trazó Fox en esa materia y que están vinculados con el respeto a los derechos humanos y laborales de los mexicanos en Estados Unidos, terreno, en el que hubo un claro retroceso.
Ya quedó muy atrás el año 2000, cuando muchos mexicanos festejaban, lo mismo los triunfadores que los perdedores, el inicio del primer gobierno electo en forma incuestionable y democrática, después de 70 años de dictadura de estado. Vicente Fox había llegado a la Presidencia de la República después de unas elecciones incuestionables y que dejaron a todos satisfechos, lo mismo a los que dejaban el poder, como a los que inauguraban la alternancia en el gobierno.
No era para menos, después de años de represión, de imposiciones y de fraudes electorales por fin parecía que la democracia había triunfado y los ciudadanos se preparaban para una nueva era, de legalidad, progreso y democracia.
El mandato de Fox, a pesar de la gran cantidad de simpatizantes que llegó a convocar, terminó siendo un rotundo fracaso, toda vez que no alcanzó ninguna de las metas que se propuso en su inicio, sino que además dejó al país en peores condiciones que las que lo encontró.
¿Esto qué significa
, que Vicente Fox a pesar de sus alardes de transparencia, rendición de cuentas, combate a la corrupción y la honestidad de su trabajo durante su gobierno; hoy, revela lo contrario.
Fox continúa en “foxilandia”, ahora hace alarde de la opulencia en la vive, mientras tanto, en el México real, los precios en los productos básicos se han incrementado 34 por ciento en lo que va del año, el desempleo se ha disparado a niveles preocupantes, la pobreza, la marginación y la desnutrición infantil siguen siendo un problema preocupante, que no ha tenido una solución efectiva en el primer año de este sexenio, ni con los autodenominados gobiernos del cambio.
Lo anterior me lleva a una última reflexión, creo que Fox a lo largo de su sexenio rompió los valores de la República, y hasta la fecha no ha entendido la dimensión de sus acciones, no comprendiendo a qué se refiere su posición como ex presidente de México.