DEL EDITORIAL DE DIARIO LIBERTAD
Ante la insistencia de la Cámara de la Industria de la Radio y TV de que la Reforma Electoral se lleve a votación entre los ciudadanos (quizá seguros de que poniéndose todos de acuerdo son capaces de vender helados en el Polo Norte).
“No se puede permitir que la sociedad sea secuestrada por unos cuantos dirigentes de Partidos Políticos”, tronaron los Industriales de la comunicación (comerciantes de las noticias también cabría) a quienes en justa reciprocidad se les podría preguntar si es válido que entonces sea la sociedad secuestrada por unos cuantos dirigentes de medios de comunicación; pero a nadie se le ocurrió.
Finalmente, los legisladores, ante el estupor de los concesionarios que nunca creyeron que serían derrotados y que nuevamente ayer se volvieron a poner en cadena nacional para hacerse las víctimas, superaron las amenazas de los ricos concesionarios y sus gatilleros a sueldo de los que se hicieron acompañar y aprobaron una Reforma Electoral que, excluyendo a la sociedad civil de la posibilidad de participar en las elecciones, no solo será patética, sino violatoria del Estado de Derecho y además a todas luces inútil.
Pues el dinero que los concesionarios no reciban “legalmente” durante las campañas, lo recibirán por abajo la mesa; como el que siempre han recibido, no solo por decir, sino, el colmo, hasta por no decir.
Se olvida que en nuestro México se acostumbra decir que “Hecha la Ley, hecha la trampa”; y que además, mientras la Justicia siga siendo a modo, nada se habrá avanzado. Pero habrá represalias y los gatilleros a sueldo se van a dar vuelo.