DEL EDITORAL DE LA REVISTA EL CHAMUCO
La democracia mexicana nació el 2 de julio de 2000. Después de décadas de elecciones amañadas, en esa fecha se celebraron en el país los primeros comicios en los que no hubo fraude electoral. El mérito no fue del candidato ganador, el panista Vicente Fox, sino de miles de ciudadanos que se enfrentaron al PRI durante años y que, pagando un costo elevado, obligaron a los dirigentes del sistema político a actuar democráticamente.
Seis años más tarde el presidente Fox, convertido en un verdadero traidor a la democracia, desenterró todos los instrumentos del fraude electoral para impedir la victoria del candidatode izquierda, Andrés Manuel López Obrador. En esta tarea Fox contó con el apoyo de la mafia que controla el poder y el dinero en México: los gobernadores del PRI, los líderes sindicales como Elba Esther Gordillo, los grandes empresarios, las corrompidas estructuras del PAN y, de manera muy destacada, la mayoría de los medios de comunicación.
Se ha dicho que nadie ha tenido un destino más infame que Judas, el traidor por excelencia.
Es la suerte que correrán Vicente Fox y sus secuaces, como Felipe Calderón y Luis Carlos Ugalde. La gente, que ha sabido resistir, terminará por ponerlos en el basurero de la historia.
Federico Arreola
Seis años más tarde el presidente Fox, convertido en un verdadero traidor a la democracia, desenterró todos los instrumentos del fraude electoral para impedir la victoria del candidatode izquierda, Andrés Manuel López Obrador. En esta tarea Fox contó con el apoyo de la mafia que controla el poder y el dinero en México: los gobernadores del PRI, los líderes sindicales como Elba Esther Gordillo, los grandes empresarios, las corrompidas estructuras del PAN y, de manera muy destacada, la mayoría de los medios de comunicación.
Se ha dicho que nadie ha tenido un destino más infame que Judas, el traidor por excelencia.
Es la suerte que correrán Vicente Fox y sus secuaces, como Felipe Calderón y Luis Carlos Ugalde. La gente, que ha sabido resistir, terminará por ponerlos en el basurero de la historia.
Federico Arreola