DEL EDITORIAL DE DIARIO LIBERTAD
Mientras en parte del territorio nacional continúan implacables las matanzas ante el cómplice silencio de los medios de comunicación (silencio comprado también cabría) que se niegan a dar información al respecto.
El Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, acabó de desconcertar aún más a los ciudadanos con declaraciones que seguramente ni siquiera Cantinflas entendería.
Toda vez que después de practicarles (¡y a seis meses de haber iniciado la guerra contra el narcotráfico!) exhaustivos exámenes psicológicos, toxicológicos, con detectores de mentiras y con investigaciones tendientes a corroborar si su forma de vida corresponde a los ingresos; y otros más.
Que culminaron con el fulminante cese a casi 300 elementos de altos y medios mandos de las principales corporaciones policíacas del País. Para renovarlos con otros tantos elementos con antigüedades de 20 años o más.
Aclarando según dijo el propio Secretario García Luna que se les va a seguir pagando su sueldo y seguirán gozando de las mismas prerrogativas que tenían, pero ya sin mando.
Agregando enfáticamente que insiste en que todos son honrados y que fueron concentrados para capacitarlos y formarlos en áreas específicas de la Policía federal donde tendrán la oportunidad de seguir creciendo en la carrera.
Ciertamente parece un contrasentido, sobre todo después de lo que anteriormente se dijo que habían fundadas sospechas de que los elementos cesados tenían nexos con el crimen organizado.
Dando a entender que actuaron irreflexivamente con el inesperado cese; y que al darse cuenta de que con semejante decisión estarían engrosando las filas de la delincuencia, decidieron corregirlo.
Sin acabar de entender que ni cambiando a todos los policías, militares y marinos por otros mejor capacitados y desde luego mejor pagados (sin omitir equipos con tecnología de punta) se va a poder detener el narcotráfico.
Y si a eso le agregamos que los servicios de inteligencia (tanto los nuestros como los de EEUU) coincidieron en que los capos han decidido parar sus luchas entre ellos para hacer un frente común contra quienes los combaten.
Se puede predecir que el fracaso de las Autoridades en el combate a las drogas será apoteótico. Y que lo mejor que se puede hacer es despenalizar el uso de las drogas; las que finalmente hacen mucho menos daño que el tabaco, el alcohol y los alimentos chatarra que diariamente cobran muchas más vidas que la marihuana (que nunca ha matado a nadie) y la cocaína juntas.
Ojalá esto lo entendieran nuestra Autoridades y se pudiera terminar con las matanzas que a diario estamos viviendo los mexicanos.
El Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, acabó de desconcertar aún más a los ciudadanos con declaraciones que seguramente ni siquiera Cantinflas entendería.
Toda vez que después de practicarles (¡y a seis meses de haber iniciado la guerra contra el narcotráfico!) exhaustivos exámenes psicológicos, toxicológicos, con detectores de mentiras y con investigaciones tendientes a corroborar si su forma de vida corresponde a los ingresos; y otros más.
Que culminaron con el fulminante cese a casi 300 elementos de altos y medios mandos de las principales corporaciones policíacas del País. Para renovarlos con otros tantos elementos con antigüedades de 20 años o más.
Aclarando según dijo el propio Secretario García Luna que se les va a seguir pagando su sueldo y seguirán gozando de las mismas prerrogativas que tenían, pero ya sin mando.
Agregando enfáticamente que insiste en que todos son honrados y que fueron concentrados para capacitarlos y formarlos en áreas específicas de la Policía federal donde tendrán la oportunidad de seguir creciendo en la carrera.
Ciertamente parece un contrasentido, sobre todo después de lo que anteriormente se dijo que habían fundadas sospechas de que los elementos cesados tenían nexos con el crimen organizado.
Dando a entender que actuaron irreflexivamente con el inesperado cese; y que al darse cuenta de que con semejante decisión estarían engrosando las filas de la delincuencia, decidieron corregirlo.
Sin acabar de entender que ni cambiando a todos los policías, militares y marinos por otros mejor capacitados y desde luego mejor pagados (sin omitir equipos con tecnología de punta) se va a poder detener el narcotráfico.
Y si a eso le agregamos que los servicios de inteligencia (tanto los nuestros como los de EEUU) coincidieron en que los capos han decidido parar sus luchas entre ellos para hacer un frente común contra quienes los combaten.
Se puede predecir que el fracaso de las Autoridades en el combate a las drogas será apoteótico. Y que lo mejor que se puede hacer es despenalizar el uso de las drogas; las que finalmente hacen mucho menos daño que el tabaco, el alcohol y los alimentos chatarra que diariamente cobran muchas más vidas que la marihuana (que nunca ha matado a nadie) y la cocaína juntas.
Ojalá esto lo entendieran nuestra Autoridades y se pudiera terminar con las matanzas que a diario estamos viviendo los mexicanos.