YUNQUISTAS vs YUNQUISTAS
Martín Morales
Tras la derrota del blanquiazul en Yucatán, empezaron los dimes y diretes en el partido, el cual llegará a su Convención dividido y fracturado, por lo que se prevé una lucha de poderes
Expandida la fractura interna en el PAN, con el bombazo yucateco que borró al panismo del poder en la península, los operadores de la ultraderecha Yunque del PAN, Manuel Espino, Vicente Fox y su bloque partidista, se acercan debilitados al último asalto de la pelea con Felipe Calderón, con un grupo político fortalecido en la lucha por el control del partido.
El calderonismo avanza aplastante hacia la Asamblea Nacional del 2 y 3 de junio en León, Guanajuato, donde se confeccionará en definitiva el Consejo Nacional que marcará la pauta para el futuro del partido en el Gobierno.
Viene el desinfle del yunquismo panista, el verdadero regreso de Fox al rancho San Cristóbal y la ubicación de Espino en la embajada de México en España, cuando deje la dirigencia nacional panista en marzo de 2008.
El calderonismo llega con una mayoría simple de los primeros 150 consejeros nacion! ales electos en las 32 entidades del país. Los 150 a elegirse en la Asamblea (en total son 372) es la parte que disputará el Yunque en su bastión del corredor del Bajío.
El yunquismo está atrincherado en León, la Asamblea Nacional es la última oportunidad. Ahí se escribirá el epílogo de los estires y aflojes; escaramuzas abiertas y matizadas desde que Calderón asumió el control con la Presidencia y los yunques se fijaron la meta de quedarse entonces con el partido.
La bomba yucateca le estalló en la cara a Manuel Espino, se levantó del suelo y se le fue encima al coordinador de la Presidencia, Juan Camilo Mouriño, brazo operativo de Calderón. En Los Pinos se asimiló el golpe, no pasó a mayores.
El enfrentamiento ya es directo, es la hora de la verdad, ahora Espino se ha tomado de los brazos de los foxistas que integran su Comité Ejecutivo Nacional, para hacer la contención final rumbo a León.
El dirigente nacional del PAN anticipó que habrá tolerancia cero para eventuales operadores políticos calderonistas enviados desde Los Pinos a León, porque en materia partidista, el Presidente y su grupo político no deben meterse.
Pero los calderonistas vienen adelante aunque los espacios en el Consejo se han peleado palmo a palmo, incluso ante el Tribunal del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), cuyo pleno le dio la razón al panista Víctor Manuel Torres, quien impugnó la cancelación de su candidatura en la elección de consejeros en Colima y por lo cual se ordenó al PAN el 22 de mayo reponer todo el procedimiento.
PARTICIPACION CIUDADANA ABIERTA, MÁS DESACUERDOS
La apertura de candidaturas del PAN a liderazgos ciudadanos para alejar al partido de un perfil sectario como lo impulsa el calderonismo, es parte del desacuerdo con los promotores de la ultradere! cha panista, quienes insisten en mantener cerrados y selectivos los espacios partidistas.
Esto es parte de las reformas estatutarias que se revisarán antes de la Asamblea del 2 de junio en León, donde se votarán y harán oficiales para su inserción en los documentos básicos partidistas.
Derivadamente, hay discrepancias en cuanto a modificar los mecanismos de ingreso como militante al PAN. Actualmente, un adherente debe pasar un periodo de seis meses a partir del registro inicial, para ser sujeto de una valoración final por parte del comité directivo de su entidad, para declararlo parte de la militancia.
Las modificaciones impulsadas por los calderonistas se refieren a la posibilidad de que los seis meses sean plazo perentorio que daría, al final de cuentas, la militancia al aspirante de manera automática, salvo en el caso de que el mismo decida permanecer como adherente.
Aunque se negó un intento de madruguete, Manuel Espino había convocado a esa reunión a celebrarse precisamente un día antes de la elección estatal en Yucatán, el sábado 19 de mayo, para analizar las posibles reformas a 20 artículos, pero la mayoría de miembros del órgano partidista le desairó la operación.
El encuentro se suspendió y el argumento fue la falta de quórum, porque sólo habían acudido al llamado 142 de los 372 consejeros.
AL FINAL DE UNA HISTORIA DE DESENCUENTROS CALDERONISTAS CON EL YUNQUE
Igual que Manuel Espino, Vicente Fox mantuvo desde el inicio de la gestión calderonista un activismo altamente criticado. Los nexos de Fox con la ultraderecha le vienen desde finales de los 80, cuando se unió al grupo de neopanistas, empresarios la mayoría, que se sumaron al PAN para tomar el control del mismo.
El Yunque se había hecho de poder en el PAN en los años 70 y 80 sobre todo, gracias al Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana (DHIAC), una de las extensiones de El Yunque –según reveló en 2005 Luis Paredes Moctezuma, ex yunque, ex alcalde de Puebla, hoy desterrado.
Fox ingresó al PAN con los empresarios de derecha, vía padrinazgo del fallecido sinaloense Manuel J. Clouthier, y con ellos se hizo diputado, derivadamente gobernador luego de un intento fallido, y luego fue vendido con éxito como marca en la campaña electoral de 2000 y ganó las elecciones.
Llegó a este momento acompañado por un puñado de colaboradores de su Gobierno de Guanajuato, encabezados por su entonces vocera, Marta Sahagún.
El guanajuatense anunció la formación de un “gabinetazo”, contrató una compañía head hunter y recibió currículas en su oficina de Reforma 607. De ese proceso salieron personajes como Pedro Cerisola, a quien hizo titular de Comunicaciones y Transportes.
Como presunta estrategia política, pero más como seguridad, aunque no negoció claramente con el PRI, el mandatario del cambio dejó priístas en su gabinete, como Francisco Gil Díaz en Hacienda, y luego pidió al Senado ratificar al ex titular de Hacienda, Guillermo Ortiz, como gobernador del Banco de México.
Luis Paredes Moctezuma, ex panista que fue alcalde de Puebla, y quien protagonizó un pleito partidista con Francisco Fraile por la candidatura a la gubernatura poblana en 2005 –que ganó Mario Marín–, declaró en ese año que el Yunque comenzó a infiltrar al PAN a principios de los 70 –poco tiempo después de la matanza de Tlatelolco en 1968– y luego alcanzó el poder gracias al endeble Fox.
De esa agrupación, secreta en principio, derivaron múltiples agrupaciones anticomunistas e incluso grupos armados de choque que sirvieron al régimen diazordacista, como el Comando de Acci&oac! ute;n Revolucionaria Armada (CARA), relacionado con una faz política-activista denominada Movimiento Universitario de Renovación Orientadora (MURO), con promotores dentro de facultades de la UNAM a quienes se les adjudica la comisión de golpizas a estudiantes universitarios y hasta masacres.
Dice Paredes que las células expulsadas se convirtieron en grupos de acción política en los años 70, y de esa movilización surgió en parte el DHIAC, organización que posicionó a sus liderazgos en la cúpula del PAN.
Señaló que, sin duda el momento más importante en la historia de El Yunque ha sido la coyuntura de la llegada de Fox a la Presidencia de la República en 2000, porque se pudo poner en marcha como especie de “oficina de colocaciones” y ejercer poder nacional con base en los políticos que formó en décadas anteriores.
El dirigente nacional! del PAN, Manuel Espino, asociado a las corrientes ultras del ! Yunque, describió a Fox en un artículo publicado en el diario El Universal, en abril pasado, como un líder mexicano con talla internacional, un demócrata humanista reconocido en todo el mundo por su lucha democrática que ahora apunta su destino hacia América del Sur, una vez que ha consolidado la democracia en México.
De esta manera, Fox fue convertido en guerrero de la corriente de ultraconservadores, que buscan evitar que México retroceda en la confrontación con los países de extrema izquierda de América Latina, como busca Calderón con su política de acercamiento.
EL REY DESNUDO
Como en el antiguo cuento infantil del Rey Desnudo, en el cual se convence al monarca de ataviarse con un traje invisible confeccionado en exclusiva, su círculo cercano ha sembrado en el ex presidente Fox la semilla de renovado libertador de las Américas para este 2007; anticipó que ahora liberará a los venezolanos y los latinoamericanos que viven –en su óptica– bajo el yugo del “socialismo populista”.
En una de sus recurrentes presentaciones públicas en el extranjero celebrada el 27 de abril, Vicente Fox calificó a Hugo Chávez, en San Diego, California, como un “demagogo y autoritario”, y el presidente venezolano lo calificó a su vez como “mensajero del imperio”.
Calderón había tenido desencuentros con Fox desde 1988, cuando entraron al PAN los empresarios convertidos en la corriente neopanista que tanto cuestionó el moreliano, hoy titular del Poder Ejecutivo federal. También tuvo que renunciar en junio de 2004 a la Secretaría de Energía –antes había sido titular de Banobras–, porque el gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez, hoy titular de Gobernación, lo había destapado en mayo como aspirante a la candidatura presidencial del P! AN.
Con Manuel Espino su distanciamiento se agudizó en marzo de 2005, en el marco de la elección del dirigente nacional del PAN en sustitución de Luis Felipe Bravo Mena. El candidato de Calderón era Carlos Medina Plascencia y lo reconoció abiertamente.
Estaba en contra de que fuera dirigente nacional un personaje tan sectario como Espino, quien había fungido con Bravo Mena como secretario general, identificado con las corrientes más reaccionarias de su partido.
A grandes rasgos, este es el panorama previo a la Convención panista, donde se prevén más enfrentamientos.
Manuel Espino llegará muy golpeado y desgastado a la Convención panista