YUCATAN SEGUIRA EN LO MISMO, GOBERNADOS POR LOS YUNQUISTAS, QUE PENA POR ELLOS
Por María Teresa Jardí
viernes, 18 de mayo de 2007
Hoy tampoco
Aunque también tiene que ver con el hecho de que nos acostumbremos, el que las boletas de las fraudulentas elecciones se quemen siempre, no es el tema que tengo en mente para compartir con ustedes, pero el tiempo, tirano siempre, me lleva a pensar que es mejor hoy compartir un análisis interesante sobre la elección del próximo domingo publicado en El Universal gráfico, bajo la firma de Raúl Rodríguez Cortés, el pasado miércoles 16 de mayo, titulado "Yucatán por Baja California".
Aunque antes aprovecho para proponerle al Estado mexicano, para que no tengan que seguirse rompiendo la cabeza los prianistas fecalistas, que las boletas se quemen en una hoguera en el zócalo de la capital de la República. Legalizado el fraude ¿qué mejor escenario que el que tiene por testigo a las sotanas cardenalicias y a las milicias?
Va el análisis para que los votantes el domingo al menos sepan que todo está de antemano decidido, aunque, sí, si salen muchos a votar por Ivonne igual y logran que Yucatán se le entregue al PRI.
"En Yucatán, Ivonne Ortega, candidata del PRI-Partido Verde y Xavier Abreu, candidato del PAN-Nueva Alianza, llegan empatados a las elecciones de este domingo. Desde la selección de candidatos y a lo largo de la campaña política, el PAN dilapidó la holgada ventaja que Felipe Calderón logró en aquel Estado durante la elección presidencial. La estrepitosa caída fue provocada por la división que corroe al PAN y que tuvo una virulenta expresión local en la ruptura con Ana Rosa Payán. En ese declive electoral incidió, además, la amenaza del PRI de retirar su apoyo a la eventual aprobación de las reformas estructurales, lo que obligó a Calderón a atarle las manos al gobernador Patricio Patrón y a la titular de la Sedesol, Beatriz Zavala Peniche, quienes manipulaban programas sociales para respaldar a su candidato Xavier Abreu. También contribuyó en la caída la candidatura fresca de la priísta Ivonne Ortega, quien pudo capitalizar a su favor una costosa campaña de medios y cuyos principales defectos, la inexperiencia y la falta de ideas, se convirtieron en el ingrediente que más favoreció la construcción de su candidatura, pues dejó entre los votantes la percepción de la ausencia absoluta de un pasado político. El grupo del PAN cercano a Calderón se ha ocupado de hacer notar en diversos espacios político-mediáticos que el Presidente no metió ni meterá las manos en Yucatán y que, en todo caso, están listos para reconocer una derrota. En este sentido, es cierto que si Calderón pierde Yucatán, el panismo todo pasará una costosa factura a Manuel Espino, lo que el próximo 2 de junio, en la elección de la mitad de los consejeros nacionales que habrán de elegir a la nueva dirigencia blanquiazul, favorecerá al grupo político del Presidente, aunque a costa de un ensanchamiento de la fractura del partido. Si gana también ampliaría su control en el Consejo Político, pero en este caso, la victoria sería la correa transmisora de la reunificación del PAN desde su dirigencia nacional, ya sea con Germán Martínez Cázares, si el control del Consejo Político es amplio; o con César Nava si ese control es reducido, pues recuérdese que el secretario particular del Presidente podría tender puentes con El Yunque, dada la relación que tiene con ese grupo através de su suegro Emilio Baños Urquijo. En las cinco últimas elecciones yucatecas la diferencia entre el PAN y el PRI ha sido reducida. La del domingo se vislumbra cerrada, aunque nada que no pueda revertir el apoyo electoral a Xavier Abreu de los designados por Nueva Alianza para las casillas. Calderón no está resignado a perder Yucatán a costa del descuartizamiento de su partido, y la amenaza priísta de retirarle su apoyo parece haberse resuelto con un acuerdo entre cúpulas: el PAN se queda con Yucatán pero cede Baja California al PRI y a su candidato Jorge Hank en las elecciones de agosto. Se consumaría así la primera concertacesión del gobierno de Calderón, escenario que este año podría corroborarse".
¿Qué mejor ejemplo del narcoestado en marcha que la imposición de la continuidad del PAN en Yucatán y del PRI en Baja California?
viernes, 18 de mayo de 2007
Aunque también tiene que ver con el hecho de que nos acostumbremos, el que las boletas de las fraudulentas elecciones se quemen siempre, no es el tema que tengo en mente para compartir con ustedes, pero el tiempo, tirano siempre, me lleva a pensar que es mejor hoy compartir un análisis interesante sobre la elección del próximo domingo publicado en El Universal gráfico, bajo la firma de Raúl Rodríguez Cortés, el pasado miércoles 16 de mayo, titulado "Yucatán por Baja California".
Aunque antes aprovecho para proponerle al Estado mexicano, para que no tengan que seguirse rompiendo la cabeza los prianistas fecalistas, que las boletas se quemen en una hoguera en el zócalo de la capital de la República. Legalizado el fraude ¿qué mejor escenario que el que tiene por testigo a las sotanas cardenalicias y a las milicias?
Va el análisis para que los votantes el domingo al menos sepan que todo está de antemano decidido, aunque, sí, si salen muchos a votar por Ivonne igual y logran que Yucatán se le entregue al PRI.
"En Yucatán, Ivonne Ortega, candidata del PRI-Partido Verde y Xavier Abreu, candidato del PAN-Nueva Alianza, llegan empatados a las elecciones de este domingo. Desde la selección de candidatos y a lo largo de la campaña política, el PAN dilapidó la holgada ventaja que Felipe Calderón logró en aquel Estado durante la elección presidencial. La estrepitosa caída fue provocada por la división que corroe al PAN y que tuvo una virulenta expresión local en la ruptura con Ana Rosa Payán. En ese declive electoral incidió, además, la amenaza del PRI de retirar su apoyo a la eventual aprobación de las reformas estructurales, lo que obligó a Calderón a atarle las manos al gobernador Patricio Patrón y a la titular de la Sedesol, Beatriz Zavala Peniche, quienes manipulaban programas sociales para respaldar a su candidato Xavier Abreu. También contribuyó en la caída la candidatura fresca de la priísta Ivonne Ortega, quien pudo capitalizar a su favor una costosa campaña de medios y cuyos principales defectos, la inexperiencia y la falta de ideas, se convirtieron en el ingrediente que más favoreció la construcción de su candidatura, pues dejó entre los votantes la percepción de la ausencia absoluta de un pasado político. El grupo del PAN cercano a Calderón se ha ocupado de hacer notar en diversos espacios político-mediáticos que el Presidente no metió ni meterá las manos en Yucatán y que, en todo caso, están listos para reconocer una derrota. En este sentido, es cierto que si Calderón pierde Yucatán, el panismo todo pasará una costosa factura a Manuel Espino, lo que el próximo 2 de junio, en la elección de la mitad de los consejeros nacionales que habrán de elegir a la nueva dirigencia blanquiazul, favorecerá al grupo político del Presidente, aunque a costa de un ensanchamiento de la fractura del partido. Si gana también ampliaría su control en el Consejo Político, pero en este caso, la victoria sería la correa transmisora de la reunificación del PAN desde su dirigencia nacional, ya sea con Germán Martínez Cázares, si el control del Consejo Político es amplio; o con César Nava si ese control es reducido, pues recuérdese que el secretario particular del Presidente podría tender puentes con El Yunque, dada la relación que tiene con ese grupo através de su suegro Emilio Baños Urquijo. En las cinco últimas elecciones yucatecas la diferencia entre el PAN y el PRI ha sido reducida. La del domingo se vislumbra cerrada, aunque nada que no pueda revertir el apoyo electoral a Xavier Abreu de los designados por Nueva Alianza para las casillas. Calderón no está resignado a perder Yucatán a costa del descuartizamiento de su partido, y la amenaza priísta de retirarle su apoyo parece haberse resuelto con un acuerdo entre cúpulas: el PAN se queda con Yucatán pero cede Baja California al PRI y a su candidato Jorge Hank en las elecciones de agosto. Se consumaría así la primera concertacesión del gobierno de Calderón, escenario que este año podría corroborarse".
¿Qué mejor ejemplo del narcoestado en marcha que la imposición de la continuidad del PAN en Yucatán y del PRI en Baja California?