LOS PACTOS SUCIOS DEL PROzac Y EL PELELE ESPURIO CON ESTADOS UNIDOS

En Peligro la Soberanía Mexicana

MacheTearTe

La Alianza para la Seguridad de América del Norte (ASPAN) es un acuerdo entre tres países: Estados Unidos, Canadá y México que firmó Fox y ahora lo ratifica el ilegitimo Calderón. Esta es otra de las consecuencias que trajo su imposición ya que ésta tenía objetivos muy claros; uno de ellos es la incorporación de México con el país fronterizo, esto es, profundizar y apoyar sus intereses en el terreno militar

Por eso Fecal emprendió una lucha contra el narcotráfico aunque para pertenecer al ASPAN hay que cumplir con varios requisitos. Según EUA uno de ellos, en lo que se refiere a los Derechos Humanos y que también tiene que ver con el tema de la corrupción es recibir entrenamiento e instrucciones por parte del pentágono (EUA) para el ejercito mexicano en materia militar.

El ASPAN es la profundización e integración de México en el modelo estadounidense, su elemento principal es el ejército de nuestro país, de ahí que el documento es clasificado o sea secreto, porque no hay mucha información disponible, sólo se conocen datos sueltos que están desordenados y únicamente se tiene conocimiento de este asunto por algunas publicaciones.

El argumento que utilizó Estados Unidos para que nuestro país formara parte de este acuerdo que se hace llamar el ASPAN, fue que con él mejorarían nuestros niveles de información, se daría un intercambio en materia de información entre las dos naciones para así terminar con los peligros que nos acechan aunque éste acuerdo represente la continuidad de la doctrina Monroe: “América para los Americanos”.

El objetivo real que oculta el país vecino es el aprovechar nuestros recursos naturales como los son el agua y el petróleo. El ASPAN se celebró de manera secreta a puerta cerrada entre órganos ejecutivos, dejando fuera a todos los congresos.

La militarización que propone el usurpador Calderón estatalmente ligada al ASPAN es la lucha contra el narcotráfico pero en realidad él está criminalizado la lucha social relacionándola con el terrorismo para así imponer el proyecto económico de explotación de nuestros recursos y de nuestro trabajo.