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martes, 29 de mayo de 2007

AHORA LOS YUNQUISTAS HABLAN DE FRAUDE EN YUCATAN Y UTILIZANDO EL TERMINO ESPURIO, NO QUE SOLO LOS RENEGADOS ESTABAN LOCOS?

Los panistas: Idólatras del poder

alvaro delgado

México, D.F., 28 de mayo (apro).- Hace ya buen tiempo, cuando no se les desvanecía por completo la memoria, los panistas se ufanaban --con un timbre de orgullo hasta cierto punto razonable-- haber sido llamados “místicos del voto” por el presidente priista Adolfo Ruiz Cortines, debido a su lucha junto con otros mexicanos en favor del respeto al sufragio popular.

Pero ese añejo romanticismo ya quedó en el olvido: el ejemplo más fresco de la claudicación del Partido Acción Nacional (PAN) por hacer respetar la voluntad de los ciudadanos en materia electoral es Yucatán.

En efecto, a una semana de su estrepitosa derrota, Xavier Abreu Sierra, excandidato del PAN a gobernador, emitió ayer una acusación que es de suyo relevante no sólo por asegurar que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) cometió fraude electoral, sino también porque admite --sin rubor-- que tal conducta quedará impune.

En su sorpresiva reaparición, ayer en Tizimín, Abreu acusó al PRI de haber fabricado votos espurios mediante la falsificación de actas y la “compra” de representantes del PAN y de ciudadanos habilitados como funcionarios de casilla, que fueron causas del retraso en el cómputo de los resultados:

“Se retrasó cuanto se quiso el conteo de votos y la expedición de actas en las casillas, lo cual les dio tiempo (a los priistas) para hacer lo necesario para remontar la votación, luego de que compraron a presidentes de casillas y hasta representantes del PAN en las mismas”, acusó Abreu.

Y añadió: “Es un hecho que se compraron credenciales y éstas fueron utilizadas para que votaran personas que suplantaron a sus dueños donde el PRI tenía control de las casillas.”

Más aún, luego de poner en entredicho que “por primera vez en el mundo, siete encuestas de salida que nos daban ventaja se equivocaron --lo cual es increíble--“, ratificó a un grupo de simpatizantes: “Estoy con ustedes para darles mi más profundo agradecimiento, pero al mismo tiempo para decirles que esta elección estuvo manchada, porque el PRI destinó millones y millones de pesos, dinero que, lamentablemente, hizo que algunos de nuestros representantes de casilla fueran comprados.”

Pero los delincuentes electorales priistas pueden estar tranquilos por haber cometido un fraude electoral en Yucatán, porque Abreu Sierra --amigo y aliado de Felipe Calderón-- manda decir que él ni su partido impugnarán la adulteración de la voluntad popular.

La de Abreu es apenas, sin embargo, la más reciente prueba de la claudicación del PAN en la defensa de la voluntad popular, porque abundan los casos en los que ese partido olvidó el principio supremo --en México y en todo el planeta-- de un ciudadano, un voto.

El año pasado, por no enumerar los casos en los que el PAN evidencia desprecio al sufragio popular --en las contiendas internas y constitucionales--, prominentes panistas trataron de contrarrestar la exigencia de un recuento de votos para verificar el cómputo, con el argumento de que en el Distrito Federal los perredistas “se despacharon con la cuchara grande”.

El PAN, que abdicó de defender los votos que a su favor fueron emitidos en el Distrito Federal, se aferró a imponerse en el poder mediante los métodos que solía repugnar, incluyendo la razón de Estado para evitar que, con base en la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Gubernamental, los ciudadanos pudieran tener acceso a las boletas electorales.

La conversión del PAN es muy sencilla: los místicos del voto no existen más y se han transformado estrictamente en idólatras del poder.

Esa es la razón, y no otra, la que tiene confrontados a las facciones de Felipe Calderón y de Manuel Espino.

Por más spots de “unidad” que el PAN difunda --como los que veremos en televisión y escucharemos en radio en los siguientes días--, y por más que pronuncien discursos el próximo fin de semana en León, Guanajuato, cuando se celebre la Asamblea Nacional de ese partido, la matriz del asunto es la misma: el control de la franquicia.

Vaya, ahora es hasta bien visto que, desde el poder, se tome el control del PAN: lo que antes era deleznable en el PRI, ahora es una virtud con Calderón.

Apuntes

Lo bueno de todo es que las cosas van tomando su rumbo y exhibiendo tal cual a sus protagonistas, con todo y la simulación que les es consustancial: la Procuraduría General de la República (PGR) presentó, concertadamente con la comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), una acción de inconstitucionalidad contra las reformas que no penalizan el aborto hasta 12 semanas en la Ciudad de México. Obviamente, la orden fue de Calderón, quien juró y perjuró, en campaña, que su mentalidad medieval y subordinada a la Iglesia católica no influiría en las políticas públicas. Igualito que en la violación sexual de la mexicana Ernestina Ascencio, ejemplo de lo que los panistas entienden como “eminente dignidad de la persona humana”.