QUE A QUE VIENE BUSH? UY PUES A JODER MAS AL PAIS, O NO?
Vladimir?Galeana
12/03/2007 12:13:44 a.m.
Mérida, Yucatán, es una ciudad sitiada por los servicios de seguridad que preparan la llegada del Presidente de los Estados Unidos de América, George Walker Bush, quien se reunirá con el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa. Las medidas de seguridad son implementadas con tecnología de alto nivel para captar imágenes de los lugares más recónditos y en los que cualquier tipo de movimiento sospechoso será captado de inmediato. Por su parte el Consulado norteamericano fue convertido en una fortaleza después de las protestas que se han generado en contra de la visita de Bush. El Estadio Salvador Alvarado será utilizado como pista de aterrizaje de los helicópteros que trasladarán tanto a los mandatarios como al personal de seguridad. Cabe señalar que el servicio secreto norteamericano, encargado de la seguridad de su mandatario, ha movilizado a más de tres mil elementos, entre los que se encuentran trescientos francotiradores.
Mientras Bush visitaba Brasil Chávez hacía lo mismo en Argentina y no se cansaba de enviar mensajes en su contra, y aunque el primero prefirió ignorarlos la realidad es que la gira que inició hace una semana no tiene otra finalidad que recuperar la hegemonía en la región. Los mandatarios de Brasil y Uruguay, Luiz Inacio Lula da Silva y Tabaré Vázquez, han sido corteses con el porque no les resulta conveniente tener un diferendo con la primera potencia mundial, además de que sus economías, aunque Chávez no lo quiera reconocer, siguen dependiendo en gran medida del vecino del norte.
Bush viene a México y se entrevistará con Calderón, pero hasta ahora no se ha dado a conocer la agenda de los temas bilaterales que abordarán o se ha preferido mantenerlos en riguroso secreto. De cualquier forma se avizora un encuentro difícil, desgastante e incómodo para ambos mandatarios porque necesariamente saldrán a relucir los temas del narcotráfico, los migrantes y el muro fronterizo. Pero también hay un asunto que preocupa mucho a Bush, y es encontrar la forma en que México incremente su venta de petróleo a Estados Unidos ante la posibilidad de que Chávez decida cortarle el suministro. Sin decirlo abiertamente, Bush dejó entrever que esta circunstancia se ha convertido en un problema de seguridad nacional para su país.
Como una forma de ir preparando el terreno de una posible negociación, desde Uruguay el presidente norteamericano afirmó que se esforzará por lograr una reforma migratoria que sea “compasible y global”, y que respete tanto las tradiciones como las leyes de su país. Hablando de respeto, Calderón aseguró que bajo su mandato nuestro país busca una relación de “respeto recíproco” y no de subordinación, pues Estados Unidos tiene que comprometer algo más de lo que está comprometiendo hasta hora en la lucha con el narcotráfico, porque nosotros estamos comprometiendo incluso hasta la vida de los mexicanos. Por ello exigió que en esta relación tiene que haber muchísimo más de la parte americana.
La firmeza de Calderón tiene que ver con la posición que ha decidido jugar en América Latina para recuperar el consenso y el liderazgo perdido durante el sexenio pasado, pues un entreguismo al más puro estilo foxista rompería nuevamente los equilibrios de la zona. Por eso exige, y solamente espera que Bush reafirme su disposición para realizar de una vez por todas una reforma migratoria que le permita a más de cinco millones de mexicanos, que han traspasado la frontera en búsqueda del sueño americano, adquirir la residencia de forma legal.
Desde ahora se comienzan a delinear los principales temas que abordarán ambos mandatarios. Por un lado la profundización del apoyo de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico a través de información privilegiada, una mayor coordinación de la Secretaría de Seguridad Pública federal con el FBI y la DEA, y la puesta en práctica de programas de prevención en ambos lados de la frontera, aunque el stablishment norteamericano prefiera seguir alimentando a esa parte consumista de su sociedad en aras de seguir fomentando las élites del poder desde la zona dorada de Massachussets.
El segundo tema sin duda será la legalización de esos cinco millones de mexicanos que la esperan con avidez a fin de contar con la capacidad de regresar a su país para visitar a sus familiares, y tener la seguridad de seguir contando con su trabajo. Si la fracción demócrata en el Congreso de los Estados Unidos insiste en su proyecto de legislar sobre una reforma migratoria integral, el afamado muro de la ignominia dejará de seguirse construyendo. Pero habrá que decir sobre este tema que el verdadero motivo de su construcción no está en la contención del paso de ilegales, sino en el interés de un poderoso grupo por vender su producción de acero.
Con todo y lo que hemos mencionado, creo que la visita de Bush obedece más a la decisión estratégica de negociar un incremento en la venta de petróleo para no depender de los caprichos de Hugo Chávez, y apagar la luz de alerta que sus sistemas de seguridad nacional han encendido. Para muchos mexicanos la visita de Bush no resulta grata, sobre todo para el PRD en pleno que ya manifestó su oposición, pero poco podrá hacer si existe un acuerdo comercial con el tema del hidrocarburo. Ese es el verdadero interés de Bush por venir a México, y dependerá de Calderón y su habilidad para la negociación el intercambio de petróleo por la reforma migratoria, la detención de la construcción del muro fronterizo, y el apoyo de sus sistemas de inteligencia para seguir dando la batalla al narcotráfico. Al tiempo.