INDICE POLITICO

SUBORDINACIÓN

"A las dictaduras les pasa lo que a las bicicletas;
si se paran, se caen"

Maruja Torres,
periodista española

LOS IMPERIOS NO son eternos. Sostenidos por el terror y la fuerza militar, todos llegan a la decadencia y a la desaparición.

Hoy, gracias a los avances de la tecnología aplicada a la guerra, con una capacidad de muerte y destrucción jamás imaginada por las mentes más fantasiosas, pueden disminuir los tiempos de las hegemonías. Los métodos no han cambiado: genocidios, expansionismo, desaparición de culturas y naciones, racismo y esclavitud.

La Historia hace desfilar a los griegos, romanos, otomanos, españoles, ingleses. Esplendor, agonía y muerte.

Es a partir de la Segunda Guerra Mundial, a la que Estados Unidos ingresa con el dudoso pretexto de Pearl Harbor, que los norteamericanos se quedaron con el dominio económico del malherido Imperio Británico. La nación yanqui fue la única que salió gananciosa de ese conflicto, sus aliados quedaron como deudores.

En este momento el conquistador es George W. Bush, quien ha dejado bien claro que está por encima de cualquier norma internacional, siendo capaz de todo. Incluso cuando se le cuestiona legitimidad como presidente por fraudes en sus dos elecciones y que el atentado terrorista de las Torres Gemelas no fue cometido por Al Qaeda, hasta dudándose hoy de la existencia misma de esta organización.

Militarmente, Bush ya tiene bajo sus armas a todo el Medio Oriente y el objetivo real es dominar al mundo por el manejo del petróleo y otros recursos indispensables a los países industrializados, los narcóticos incluidos.

Ensimismada en su progreso, Europa no le enfrenta resistencia.

América Latina es otra cosa. En la gira por la región que hoy culmina, Bush sí que se ha enfrentado con la población, aún cuando los dirigentes políticos se le hayan subordinado.

El caso mexicano es claro. La zanahoria de un acuerdo migratorio ha embelesado a los dos últimos inquilinos de Los Pinos. A cambio de que el país vecino les ayude a resolver un problema para el que aquí no hay solución, y que no es otro que el de dar a los mexicanos las oportunidades que tiene cualquier ciudadano en el resto del mundo. Por tal se allanan ante el nuevo emperador.

La subordinación es visible. So pretexto de la seguridad, efectivos del Ejército Nacional Mexicano han quedado bajo el mando –coordinación le llaman eufemísticamente— de las fuerzas armadas del Norte.

Con Fox, nuestros soldados se emplearon como pinches y cocineros de los norteamericanos.

Con Calderón, hoy, el Estado Mayor Presidencial ha quedado a las órdenes de una potencia militar extranjera, a la que incluso se le ha creado una ínsula de extraterritorialidad.

Subordinados ante un imperio en agonía.

Con un césar que apenas alcanza la normalidad en coeficiente intelectual.

"Para que vivamos mejor".

¿De veras?