EL QUE NACE PA'MACETA DEL CORREDOR NO PASA
Antonio Cerda Ardura
Los operativos de seguridad que realiza el gobierno federal en diversos estados de la República resultarán en un fracaso mayúsculo que tendrá un costo político para el presidente Felipe Calderón, porque la estrategia se ha centrado en el combate a los narcomenudistas y no a los grandes jefes de los cárteles de las drogas, afirma en entrevista con Siempre!, el legislador perredista Héctor Miguel Bautista López.
Miembro de la Comisión de Seguridad Pública del Senado de la República y presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano, Bautista López indica que el primer escollo en los resultados de los operativos es la corrupción que impera en todas las policías federales, que están infiltradas por los narcotraficantes, y la falta de un cuerpo capacitado de inteligencia e investigación.
Para avanzar en la lucha contra las drogas, dice, se requiere de una policía nacional y del replanteamiento de toda la estrategia federal.
No hay resultados
Antonio Cerda Ardura.- ¿Han dado buenos resultados los operativos de seguridad del gobierno federal?
Héctor Miguel Bautista López.- Un parámetro simple para medir si han sido eficaces o no es reconocer que la droga es una mercancía y que ésta establece su mercado a la oferta y demanda. Si los operativos fueran exitosos y hubieran originado un repliegue en la transportación y venta de las drogas, ya se estaría reflejando en el mercado. Pero, al día de hoy, en cualquier ciudad de México usted puede comprar la cantidad de enervantes que quiera. Y no sólo eso: ¡el precio va a la baja!
A.C.A.- Hay una sobreoferta.
H.M.B.L.- Hay sobreoferta porque no ha habido impacto en la transportación, distribución ni en el narcomenudeo. La principal deficiencia de los operativos es que todas las policías están infiltradas por el narcotráfico y la fuga de información es constante.
A.C.A.- Algunos especialistas sostienen que la prevención es básica.
H.M.B.L.- Sí, pero el Estado mexicano debe reconocer, en principio, que el narcotráfico es el problema número uno de la sociedad y, como tal, su ataque tiene que verse reflejado en el presupuesto. La inversión no es significativa en ese campo. Por otra parte, hay que depurar las policías. No podemos combatir el narcotráfico con cuerpos infiltrados. Por ello es urgente replantear la estrategia, pero basada en la inteligencia y la investigación. Necesitamos una policía no corrupta, especializada, capacitada y bien pagada que realice investigación.
A.C.A.- Esto, se dice, ha sido la gran deficiencia de la Agencia Federal de Investigación y del Centro de Investigación de Seguridad Nacional.
H.M.B.L.- En México no existe inteligencia policiaca. Y debemos entender que hay una estrecha relación pobreza-consumo de drogas. Por eso se debe comenzar por combatir el desempleo, la escasez de habitación y de cultura. Eso sí sería una política preventiva. La asociación entre el ocio o la pérdida de valores y el consumo de drogas es directa.
A.C.A.- ¿Se equivoca el gobierno al emplear una estrategia punitiva?
H.M.B.L.- Sin duda se buscó una respuesta mediática. El gobierno tenía que decir a la gente que está actuando. Pero, ¿de qué sirve aprehender a narcotraficantes de poca monta, cuando los grandes jefes de los cárteles siguen operando de manera cotidiana?
A.C.A.- ¿Qué está ocurriendo en estados como Guerrero? Todos los días hay matanzas que el gobierno achaca a ajustes de cuentas entre narcotraficantes.
H.M.B.L.- Acapulco, como toda gran ciudad pero especialmente las turísticas, representa un mercado muy atractivo para los narcotraficantes y hay una lucha encarnizada por controlarlo. Es la explicación resumida. La disputa se está dando calle por calle, avenida por avenida y esquina por esquina. Pero a los narcomenudistas poco les importan los operativos y la presencia policiaca porque, para que fueran realmente efectivos, tendría que haber dispositivos militares o policiacos en cada esquina. ¡Eso algo imposible!
A.C.A.- ¿Qué medidas podrían tomarse en Guerrero para transportar esa experiencia a nivel nacional?
H.M.B.L.- Tal vez soy muy radical, pero insisto en que todas las policías están corrompidas. Hay que aceptarlo: el narcotráfico es un problema cuya solución requiere de una política integral con suficientes recursos.
A.C.A.- Durante el sexenio de Fox se anunció, con bombo y platillo, la creación de la AFI, cuyos elementos han estado involucrados en asaltos, secuestros. ¿Dé dónde sacamos esa superpolicía que cada gobierno nos vende?
H.M.B.L.- El país ni los cuerpos policiacos se pueden reinventar cada seis años. La única forma de devolver la seguridad es creando una policía única, una policía nacional, que tenga un responsable de la continuidad de los programas a pesar de que termine un sexenio. Así no habría esa falta de coordinación entre las policías municipales, estatales y federales. Esa policía nacional podría hacer investigación en dos niveles: para conocer quiénes son, en dónde están y detener a los grandes capos del narcotráfico, y, en los barrios, colonias y escuelas, para ubicar a los vendedores y acaparadores de drogas. En tanto no se tenga, vamos a seguir dando palos de ciego.
Un fracaso
A.C.A.- Estas acciones le han redituado a Felipe Calderón ciertos consensos. ¿Cuál será el costo?
H.M.B.L.- Va a tener un costo político a mediano y a largo plazo. La gente quiere soluciones e interpreta que al haber un mayor número de policías o militares en las calles eso resuelve la inseguridad. Pero como siguen las mismas notas en los periódicos, las ejecuciones y la venta de drogas, el malestar va a ser mayor. La gente se va a dar cuenta que no fueron acciones definitivas y eso tendrá un costo político para el Ejecutivo.
A.C.A.- ¿Concluiría que los operativos son un fracaso?
H.M.B.L.- Desde el punto de vista policial son un fracaso, porque no han tenido los resultados que se esperaban. El gobierno debe replantear la estrategia para combatir a los narcos poderosos y no a los narcomenudistas.