TORITLLAS, SAL Y CHILE

Con el hambre no se juega

Por: Félix Fuentes

Eduardo Sojo generó críticas y pena como principal inventor de cifras al lado de Vicente Fox y ahora con la camiseta calderonista fue blanco de burlas en la Comisión Permanente del Congreso. El perredista Ricardo Monreal le entregó un kilo de tortillas “calientitas”, diciéndole que las compró 9.50 pesos, uno arriba del precio controlado.

La titular de Desarrollo Social, Beatriz Zavala, quiso significarse como defensora de pobres al decir en la Permanente que está garantizado el abasto por conducto de Diconsa, pero mintió porque esa empresa adquirió 450 mil toneladas del maíz para familias rurales en el 2006 y, se supone, las utilizará en el ciclo primavera-verano de este año.

Y Alberto Cárdenas, ex aspirante presidencial y hoy secretario de Agricultura, auguró el incremento de maíz Amarillo —el destinado para marranos— para “subsanar el déficit de los últimos años”. Recibió silbidos.

A los tres secretarios los calificó de facto el perredista Monreal porque pertenecen a un gobierno “ilegítimo”. En el escenario legislativo se les preguntó por qué fue autorizada la exportación de 500 mil toneladas del cereal a Africa, y Cárdenas dijo entre sus titubeos que sólo fueron 140 mil. No mencionó a las empresas vendedoras.

El blanquiazul Rodríguez Prats interrogó: “¿Hemos disminuido la pobreza? ¿Han comenzado a funcionar las políticas sociales? ¿Se ha detenido el deterioro del salario? No hubo respuestas y creció el desdén hacia los comparecientes al punto de pedirles su renuncia.

En tono de sorna, la diputada priísta Lorena Martínez se refirió a la lentitud del mismo Eduardo Sojo para reducir el precio de 50 centavos a la leche Liconsa, aprobado por segunda vez en San Lázaro. En esto es advertido el jineteo del dinero por el gobierno blanquiazul.

El senador panista Gustavo Madero mencionó el salario mínimo de 50.57 pesos, afectado con precios como el de la tortilla, a 10 pesos el kilo, en promedio. De esto hicieron mutis los miembros del gabinete presidencial y el comentario general fue que el presidente Calderón no alcanzará éxitos con ellos.

Ya no habrá maíz de 1 mil 300 pesos la tonelada ni el kilo de tortillas disminuirá de 8.50, según versiones del mismo gobierno federal. Pero Beatriz Zavala aseguró que se venden a 3.50 pesos en 21 mil 970 localidades. Mucho más de lo mismo, puras mentiras.

Algunos diputados y senadores manifiestan que la extradición de once narcotraficantes y otros miembros de las mafias a Estados Unidos constituye un manejo publicitario para desviar la atención de la actual escalada de precios, lo cual no sucedió ni en los peores momentos —casi todos— del foxismo.

Sin embargo, la gente no come lumbre. La más humilde sigue consumiendo tortillas con sal y chile, a veces con un pedazo de carne, o los colonos de zonas populares van a las taquerías a hacer por la vida porque no tienen para opciones. Pero diferencian perfectamente los cultivos y ventas de marihuana y opio, del maíz, sin dejarse llevar por la propaganda oficial.

Son pocos los que se tragan los discursos o los contenidos de spots, tendientes a engañar. Con el hambre no se juega.