PANISTA FUNESTO
Por: Alvaro Cepeda Neri
Zurdo para escribir, Calderón es un neoliberal privatizador en política económica (¡Luis Pazos fue su profesor de Economía en la Libre de Derecho!) y un privilegiador religioso de los hombres de presa de la oligarquía con las clases altas, lo que lo hace un derechista integral. El que haya tenido sus arranques liberaloides en su comportamiento personal, durante sus 26 años de panista, no lo hace, como quieren sus viejos y nuevos justificadores, un hombre ideológicamente ambidextro, capaz, pues, de manejarse ni como cocktail, digamos, marisquero (para que no digan que le sigo echando leña a la hoguera del presunto alcoholismo del inquilino de Los Pinos), como para actuar a izquierda y derecha, para los pases alternativos que necesita contra los toros que ya arrancaron y vienen a embestir al bulto presidencial.
Son muchos los problemas sociales y están a punto de volcán más allá de simples fumarolas, en vísperas de estallamientos que no podrá contener ni uniformado de cinco estrellas, como se nos presentó para encabezar una militarización contra el narcotráfico. Este, para ser realmente combatido requiere, primero, descentralizar el delito y hacerlo competencia municipal, estatal y federal, para que deje de ser una facultad exclusiva de la federación como gobierno. Seguir concentrando esa función, permite la complicidad de gobernadores y presidentes municipales con los cuales debe compartirse su verdadera lucha hasta las últimas consecuencias. De no ser así, es puro teatro de manu militari con muy graves riesgos para los últimos resabios republicanos y democráticos que tenemos.
El caso es que los individuos ideológicamente de derecha, aunque escriban con la zurda, no entienden que los pueblos de las sociedades no espartanas, es decir, no militarizadas, razonablemente toman distancia de quienes buscan ser los césares en sistemas, sobre todo, con resabios de democracia directa como la mexicana. Los soldados son bien vistos en los desfiles y hasta disculpan que se les salude, a ellos y la Bandera, con la zurda; pero da qué pensar a la nación que un derechista se afiance en la milicia.
Ser zurdo no es ninguna novedad. Pero sí que, además de derechista, lo sea siniestro y Calderón apunta, vestido de generalote de cinco estrellas, a todo eso y más al despreciar la vestimenta republicana. Zurdo no importa. Pero derechista sin una dosis, al menos, de izquierda, hacen de Calderón un panista funesto.