CALDE-RON SE PARECE A NIXON
Por: Alvaro Cepeda Neri
“¡Amarre sus perros!”, acercándose a su oreja, le espeta a Nixon una de sus víctimas, cuando el abuso del poder presidencial llegó hasta lo de Watergate. La contundente frase de advertencia le viene como anillo al dedo de Calde-rón. Y es que durante su campaña no solamente usó los servicios fascistoides del gachupín Antonio Solá Reche (todavía al servicio del calderonismo, para cuando se necesite difamar específicamente a uno o varios periodistas), sino que Maximiliano, alias Max, Cortázar Lara —actualmente coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia de la República— se dedicó y no parece que por su cuenta y riesgo a repartir veladas amenazas.
Mr. Amigo, por su afán de repartir amigo por aquí, amigo por allá de Cortázar Lara, ya con la borrachera de la pírrica victoria de su jefe, nuevo inquilino de Los Pinos (mandados éstos a fumigar y objeto de exorcismo, para echar a los bichos y males dejados por Fox y su cónyuge “de cuyo nombre no quiero acordarme”), descaradamente ha repartido francas intimidaciones, sobre todo a la prensa escrita y de radio, porque las audiovisuales tienen la censura previa de Azcárraga y Salinas Pliego. Mientras sale a luz pública la “biografía” de Max, con “pelos y señales” de su rápido ascenso hasta su ahora nivel de incompetencia, el reportero Alvaro Delgado, con su investigación titulada El cancerbero, ha ofrecido una síntesis de la trayectoria de tan ya mediocre célebre lilliputiense (Proceso: 10/XII/06).
Es muy de los panistas, foxistas a partir de Rubencito y continuando ahora con Max, lo de atacar las libertades de prensa. El foxismo le ha legado al calderonismo el “huevo de la serpiente”, ya que Maximiliano, fiel intérprete de su jefe, “dice lo que piensa”, como decía de los nazis el reportero Eugenio Xammar y que hoy estos fascistas amartillan la bravata y como aquellos criminales políticos, pueden ser capaces los Cortázar Lara, para librar a Calde-rón de la información veraz y la crítica, de quitar de en medio a los periodistas que le echen a perder hasta sus buenas intenciones.
Estamos a tiempo de que el sucesor de Fox “amarre a sus perros”, porque la prensa como contrapoder no cederá ante quienes enseñan los dientes. A la mejor y hasta llegan a morder e incluso estarían dispuestos a eliminar a medios de comunicación y periodistas. Una de manera definitiva y otra, transitoria. Y es que como va en materia de libertades de prensa, el calderonismo puede ir más lejos, si sus perros siguen sueltos.