ENTRE GOBERNANTES Y EMPRESARIOS SE TRANZAN EL SALARIO
Por Millán
Los bajos salarios en México y su consecuente pérdida de poder adquisitivo no representan un fracaso para quienes han diseñado en nuestro país la política económica, tampoco son un resultado negativo producto de haber aplicado mal el modelo de desarrollo neoliberal impuesto por la globalización que arrebata, inmisericorde, oportunidades y fuentes de empleo.
En todo caso, el deterioro del ingreso durante las últimas tres décadas es una de las metas e incluso un logro inconfesable de los corruptos gobiernos mexicanos que lo han propiciado intencionalmente con total y absoluto conocimiento de causa.
De hecho, en México los gobiernos de ‘El Tecnócrata' Miguel De La Madrid , ‘El Chupacabras' Carlos Salinas, ‘El Globalifílico' Ernesto Zedillo y de ‘El Ignorante' Vicente Fox usaron durante más de un cuarto de siglo al salario mínimo como factor macroeconómico. La política que han aplicado para comprimir los salarios al mínimo es muy simple; consiste en impedir incrementos por encima de la inflación anual.
Esta fórmula tan sencilla, pero eficaz, rigurosamente aplicada desde fines de los años setenta, fue primero impuesta como condición para combatir y controlar la inflación (entre 1978 y 1986), después negociada como parte de los grandes acuerdos políticos para “la estabilidad y el saneamiento económicos”, o como incentivo en las privatizaciones y la liberación de precios (de 1987 a 1995) y de entonces a la fecha asumida como soporte de una política de competitividad en la disputa por mercados internos y externos del país, así como atracción para la inversión de capitales foráneos.
En pocas palabras, los bajos salarios que se pagan en México de ningún modo son una sorpresa inesperada y menos una especie de fatalidad imposible de revertir, como se nos pretende hacer creer, han sido disminuidos a su mínima expresión deliberadamente por los mismos enemigos del pueblo de siempre, los gobernantes y los empresarios en contubernio con los lideres sindicales charros, todos ellos en su conjunto personifican al sistema capitalista globalizante explotador.