QUESQUE A FECAL LE FALTA SABER UNAS CUANTAS COSAS
Lo que todo "Presidente del empleo"
debe saber. México 2030 ¿AC?
POR RAMI SCHWATZ
(Exclusivo para Voces del Periodista)
En lugar de hacerle cartas a Santa Claus, para que les traiga muchos regalos a todos los mexicanos en el 2030, Felipe Calderón debería estar leyendo a Edmund S. Phelps, el profesor de la Universidad de Columbia galardonado con el Premio Nóbel de Economía del 2006. Edmund S. Phelps se considera el principal exponente de lo que podría llamarse una economía dela tercera vía basada en los principios del capitalismo y la libre empresa pero con un amplio contenido social.
Edmund S. Phelps cree firmemente en las leyes del libre mercado; sin embargo, a diferencia de los discípulos de Milton Friedman de la Universidad de Chicago, no cree que el libre mercado, por sí solo, pueda solucionar los problemas que él mismo ocasiona. Y para Phelps, el mayor de esos problemas se llama desempleo, subempleo, inempleo o infraempleo, en cualquiera de sus modalidades.
Refiriéndose por ejemplo al grave problema de la exclusión del mercado laboral que sufren millones en todo el mundo, escribió: “Algunos dejarían que el libre mercado solucionara el problema a lo largo del tiempo. Sin embargo, es poco probable que las fuerzas del mercado por si solas resuelvan los niveles sin precedentes de exclusión del mercado laboral desarrollados desde mediados de los años 70 a principios de los 90”.
En su propuesta para fomentar el empleo nos da una idea de su pensamiento: “El mejor remedio es un subsidio al empleo de bajos salarios que se pague a los empleadores por cada trabajador de bajo salario y tiempo completo, y se calcule según el coste del salario del empleado para la empresa. Mientras más alto sea el coste del salario, menor será el subsidio, hasta llegar a cero”.
Y si bien la palabra subsidio pone los pelos de punta a un neoliberal químicamente puro, como los ayatolas que han gobernado México en los últimos 25 años, al Premio Nóbel no le asusta: “Una sociedad puede dejar que el libre mercado distribuya esta ganancia, o puede intervenir para dirigirla a los menos favorecidos, de modo que algunos obtengan más que su producto marginal y otros obtengan menos. Puesto que los trabajadores menos capacitados enfrentan problemas de motivación y moral que reducen sus salarios y afectan sus competencias para la actividad laboral, tiene sentido que la ganancia mutua que se les asigna mediante esta redistribución les sea entregada a través de subsidios que promuevan un mayor empleo y capacidad de auto sustento”.
El Nóbel Edmund S. Phelps.
Respecto al dinamismo de una nación la tesis del Dr. Phelps es que el grado de dinamismo de la economía de una nación depende del desarrollo de ciertas instituciones económicas clave (como el derecho corporativo), la preparación de la población para la vida empresarial, el desarrollo de instrumentos financieros como el mercado de valores, y así sucesivamente. Las instituciones generales, como el Estado de derecho y un grado suficiente de seguridad personal y nacional para proteger las ganancias, los ahorros y las inversiones, son necesarias para cualquier economía de mercado, incluso para el socialismo de mercado, pero son insuficientes para el dinamismo.
Finalmente, ningún modelo que no genere empleo es un buen modelo económico. Es más, no solo se requiere generar empleos sino bien remunerados, porque el desempleo, o los empleos poco gratificantes económica e intelectualmente, al final de cuentas son nocivos para el tejido social. “En las economías avanzadas de Occidente, muchas personas de todos los grupos de edad carecen en la práctica de un empleo formal. En los Estados Unidos, la paga de los trabajadores menos cualificados es tan baja que, si su situación no es calamitosa, tienen dificultades emocionales para mantener un trabajo mucho tiempo, o terminan desmoralizándose o distrayéndose demasiado como para ser buenos empleados. A su vez, esta situación genera altos costes sociales, relacionados con el crimen, la violencia y la dependencia. Estos males se convierten entonces en un arma de ataque populista a la libre empresa, que los países occidentales necesitan para el dinamismo económico y, por ende, para su prosperidad. De manera que quienes sí están incluidos en la libre empresa y se benefician de ella, pero sufren los costes sociales de la exclusión, deberían estar dispuestos a contribuir con algo para remediar tales condiciones.”
El gran enemigo del libre mercado es su propia eficiencia que al final del camino genera desempleo o subempleo. Es por ello que lo que importa para conocer el nivel de oferta de mano de obra es la relación entre el nivel salarial, una vez deducidos los impuestos, y los ingresos resultantes del patrimonio. Por ello aquellos que se benefician del mercado deben pagar buenos sueldos y no alimentar con desempleo, subempleo y miseria, la semilla de la destrucción del libre mercado, como lo estamos viviendo en México. El Nóbel de Economía 2006 les recomienda a los grandes capos del capitalismo abandonar sus actitudes canibalistas antes que terminen comiéndose su propio brazo.
Y esto pasa por romper los monopolios, pulverizar el gasto público quitando los grandes contratos a los mismos de siempre y reinyectando los impuestos a la pequeña y microempresa, aquella que más empleos genera. Pasa también por que el gobierno haga sus dos tareas principales, aplicar el estado de derecho y garantizar la seguridad. Por todo ello, Felipe Calderón debe leer con mucho cuidado los trabajos de Edmund S. Phelps, premio Nóbel de Economía 2006 y que se perfila como uno de los grandes pensadores de nuestros días. Las de Phelps sí son ideas poderosas, que todo gobierno debe tener presente en la toma de sus decisiones, no buenos deseos, como los presentados ayer por Calderón en su proyecto Mexico2030, como lo hizo Zedillo con su Mexico2021, Salinas con su México2010 o sus antecesores, que se cansaros de decirnos que estaban preparando a México para el año 2000. Si, pero lo que nunca nos dijeron es que era antes de Cristo...
debe saber. México 2030 ¿AC?
POR RAMI SCHWATZ
(Exclusivo para Voces del Periodista)
En lugar de hacerle cartas a Santa Claus, para que les traiga muchos regalos a todos los mexicanos en el 2030, Felipe Calderón debería estar leyendo a Edmund S. Phelps, el profesor de la Universidad de Columbia galardonado con el Premio Nóbel de Economía del 2006. Edmund S. Phelps se considera el principal exponente de lo que podría llamarse una economía dela tercera vía basada en los principios del capitalismo y la libre empresa pero con un amplio contenido social.
Edmund S. Phelps cree firmemente en las leyes del libre mercado; sin embargo, a diferencia de los discípulos de Milton Friedman de la Universidad de Chicago, no cree que el libre mercado, por sí solo, pueda solucionar los problemas que él mismo ocasiona. Y para Phelps, el mayor de esos problemas se llama desempleo, subempleo, inempleo o infraempleo, en cualquiera de sus modalidades.
Refiriéndose por ejemplo al grave problema de la exclusión del mercado laboral que sufren millones en todo el mundo, escribió: “Algunos dejarían que el libre mercado solucionara el problema a lo largo del tiempo. Sin embargo, es poco probable que las fuerzas del mercado por si solas resuelvan los niveles sin precedentes de exclusión del mercado laboral desarrollados desde mediados de los años 70 a principios de los 90”.
En su propuesta para fomentar el empleo nos da una idea de su pensamiento: “El mejor remedio es un subsidio al empleo de bajos salarios que se pague a los empleadores por cada trabajador de bajo salario y tiempo completo, y se calcule según el coste del salario del empleado para la empresa. Mientras más alto sea el coste del salario, menor será el subsidio, hasta llegar a cero”.
Y si bien la palabra subsidio pone los pelos de punta a un neoliberal químicamente puro, como los ayatolas que han gobernado México en los últimos 25 años, al Premio Nóbel no le asusta: “Una sociedad puede dejar que el libre mercado distribuya esta ganancia, o puede intervenir para dirigirla a los menos favorecidos, de modo que algunos obtengan más que su producto marginal y otros obtengan menos. Puesto que los trabajadores menos capacitados enfrentan problemas de motivación y moral que reducen sus salarios y afectan sus competencias para la actividad laboral, tiene sentido que la ganancia mutua que se les asigna mediante esta redistribución les sea entregada a través de subsidios que promuevan un mayor empleo y capacidad de auto sustento”.
El Nóbel Edmund S. Phelps.
Respecto al dinamismo de una nación la tesis del Dr. Phelps es que el grado de dinamismo de la economía de una nación depende del desarrollo de ciertas instituciones económicas clave (como el derecho corporativo), la preparación de la población para la vida empresarial, el desarrollo de instrumentos financieros como el mercado de valores, y así sucesivamente. Las instituciones generales, como el Estado de derecho y un grado suficiente de seguridad personal y nacional para proteger las ganancias, los ahorros y las inversiones, son necesarias para cualquier economía de mercado, incluso para el socialismo de mercado, pero son insuficientes para el dinamismo.
Finalmente, ningún modelo que no genere empleo es un buen modelo económico. Es más, no solo se requiere generar empleos sino bien remunerados, porque el desempleo, o los empleos poco gratificantes económica e intelectualmente, al final de cuentas son nocivos para el tejido social. “En las economías avanzadas de Occidente, muchas personas de todos los grupos de edad carecen en la práctica de un empleo formal. En los Estados Unidos, la paga de los trabajadores menos cualificados es tan baja que, si su situación no es calamitosa, tienen dificultades emocionales para mantener un trabajo mucho tiempo, o terminan desmoralizándose o distrayéndose demasiado como para ser buenos empleados. A su vez, esta situación genera altos costes sociales, relacionados con el crimen, la violencia y la dependencia. Estos males se convierten entonces en un arma de ataque populista a la libre empresa, que los países occidentales necesitan para el dinamismo económico y, por ende, para su prosperidad. De manera que quienes sí están incluidos en la libre empresa y se benefician de ella, pero sufren los costes sociales de la exclusión, deberían estar dispuestos a contribuir con algo para remediar tales condiciones.”
El gran enemigo del libre mercado es su propia eficiencia que al final del camino genera desempleo o subempleo. Es por ello que lo que importa para conocer el nivel de oferta de mano de obra es la relación entre el nivel salarial, una vez deducidos los impuestos, y los ingresos resultantes del patrimonio. Por ello aquellos que se benefician del mercado deben pagar buenos sueldos y no alimentar con desempleo, subempleo y miseria, la semilla de la destrucción del libre mercado, como lo estamos viviendo en México. El Nóbel de Economía 2006 les recomienda a los grandes capos del capitalismo abandonar sus actitudes canibalistas antes que terminen comiéndose su propio brazo.
Y esto pasa por romper los monopolios, pulverizar el gasto público quitando los grandes contratos a los mismos de siempre y reinyectando los impuestos a la pequeña y microempresa, aquella que más empleos genera. Pasa también por que el gobierno haga sus dos tareas principales, aplicar el estado de derecho y garantizar la seguridad. Por todo ello, Felipe Calderón debe leer con mucho cuidado los trabajos de Edmund S. Phelps, premio Nóbel de Economía 2006 y que se perfila como uno de los grandes pensadores de nuestros días. Las de Phelps sí son ideas poderosas, que todo gobierno debe tener presente en la toma de sus decisiones, no buenos deseos, como los presentados ayer por Calderón en su proyecto Mexico2030, como lo hizo Zedillo con su Mexico2021, Salinas con su México2010 o sus antecesores, que se cansaros de decirnos que estaban preparando a México para el año 2000. Si, pero lo que nunca nos dijeron es que era antes de Cristo...