Zacatecas, monumento al nepotismo

Joaquín Herrera

* Amalia García quiso heredar la gubernatura a su hija Claudia Corichi.

* El pueblo ya la conoce, como la Rata zacatecana.

Movidas por el virus de la dinastía familiar, dos fuerzas se disputan Zacatecas:

Una. Amalia García Medina, hija perredista del finado Francisco Espartaco García Estrada, ex gobernador priista, quiere heredar el poder a su hija,Claudia Corichi.

Dos. El principal obstáculo es su antecesor y compañero de partido, el PRD, Ricardo Monreal. Como el primer gobernador que abrió brecha al mismo partido, el PRD, también quiere hacer valer ese supuesto derecho, el de heredar el poder, aunque a su hermano, el alcalde de Fresnillo, David Monreal.

Zacatecas está convertida como un monumento al nepotismo (la forma de corrupción de repartir puestos a familiares) y al abandono, convertida en pueblos fantasmas, con la mayor migración de su historia.

Las contadas voces que se atreven a desafiar a la primera gobernadora perredista, dicen que a la entidad la deberán rebautizar como Zacatecas de los García.

A este estado lo exprimen tres poderes; el de Amalia García Medina, la gobernadora; el de Dolores García Medina, la hermana y el de Claudia Corichi, la hija, junto con entre 50 y “cientos” de familiares o parientes políticos, convertidos en coyotes, cuando no en aviadores que sangran a Zacatecas.

Y, secuestrada por los García, Zacatecas clama por ponerle fin a la marginación que producen esas batallas por el poder y el saqueo de sus recursos que sufrió en el sexenio de Monreal (1998- 2004) y el actual.

Los zacatecanos perdonaron a su gobernadora que hiciera a su hija diputada; luego, senadora. Que gracias a ésto, Claudia Corichi, como la gobernadora, se hayan convertido en viajeras frecuentes por todo el mundo, a cuenta del erario de Zacatecas.

La broma aquí es que “a doña Amalia la conocen más en Estados Unidos -a donde va de a hacer el “shopping” cada semana que en Zacatecas”.

Es fama que a la hija de la gobernadora, le dio por coleccionar casonas del Centro Histórico y frecuentemente catedráticos de la UAZ, empleados del palacio de gobierno o voces diversas, señalan que al menos dos de esas propiedades de ella, están en la avenida Hidalgo.

De su paso por el Congreso -primero como diputada, cuando su madre era dirigente nacional del PRD, en el año 2000; luego senadora, desde 2006- no se sabe de ningún debate, ni trabajo relevante en ella, pero sí de viajes alrededor del mundo, buscando resolverle problemas a quienes quieren.

Igual que su madre, la gobernadora, en la Internacional Socialista ha encontrado la mejor ocupación que la lleve periodicamente a Europa, Africa, Asia y a toda América.

Así, doña Amalia había pensado que era tiempo que la Corichi cumpliera su sueño, enamorada como está del palacio de gobierno.

La desvergüenza que achacaba el PRD al PRI vuelve a ser sello de estado en un “¿y yo por qué… no?”. Amalia García Medina, es fama en la entidad, salta sobre la nómina estatal con todos los García o Medina y sus parejas, sus hijos, sobrinos, ahijados y aliados electorales. La forma que imperó en el PRIato de todos los tiempos, incluido el que dominó en el gobierno de don Francisco Espartaco García, de 1956-1962, se mezcla con el de la hija y ésta, a su vez, quería que lo repitiera la nieta.

Por eso la Sagrada Familia -como suelen mencionar el vulgo a los residentes de Los Pinos o sus símiles estatales- esto es, los García apoderados del palacio de esta entidad se ufana: “No. No somos de Zacatecas; Zacatecas es de nosotros”.

Bajo el mando de Amalia florece el nepotismo. Y como botones de muestra, Ahí está la subprocuradora, Concepción García Medina (hermana).

Ahí está Claudia Corichi, la hija, que pretendia herederar el trono.

Los primos cómodos, como Rafael Medina Briones, que fue puesto en un sitio clave: la secretaría particular. Para muchos, una especie de vicegobernador; vender favores o firmas de doña Amalia, sospechan panistas y priistas por igual, no será ni nuevo ni exclusivo.

Francisco García, director ejecutivo del Comité de Planeación y Desarrollo de Zacatecas, Copladez, otro caso.

Con una prensa local (incluido uno que otro traidor de medios nacionales) que difícilmente pude enfrentar a la gobernadora sin consecuencias, son contadas, pero muy efectivas, las veces que se cuelan datos de la vida en rosa de doña Amalia y los García.

Nada “ofende” más a la Sagrada Familia García Medina que se les mencione así. La gobernadora grita a los cuatro vientos que eso -el reparto de poder al apellido- era la práctica priista pero ahora, con el perredismo, se acabó. El suyo no es nepotismo. Sus parientes ya estaban en la nómina cuando ella llegó, recalca.

Y aquí, se borró el nepotismo como castigable. Faltaba más.

Aquiles González Navarro se queja de los tres poderes en Zacatecas: el abusivo de doña Amalia, el que comparte a su hermana y el de su hija, algo como “Las tres García”; algunas publicaciones reproducen sus dichos, casi a escondidas, pero se pueden leer en Internet.

Por ahora Zacatecas aparece como el reino del nepotismo (perredista al menos), dicen observadores de la universidad estatal y alrededores.