Puros cuates
Julio Hernández López
■ Genaro gana, Soberanes invita
■ Porfirio: revocar, no derrocar
De pronto, la felicidad reina en las alturas. Roberto Campa Cifrián sale de un cargo público entre filtradas insinuaciones de oscuridad en el manejo de futuras compras de material electrónico para registro público de vehículos, pero su verdugo, el secretario federal de Seguridad Pública, Genaro García Luna, se esmera en difundir que no ha tenido roces ni diferencias con el gordillista que supuestamente habría preferido un proyecto político “personal” sobre sus compromisos sociales. Cuates, bien cuates. Tanto, que el licenciado Calderón ha entregado al triunfante García Luna la facultad de proponer al sustituto, para que el siguiente secretario técnico del Sistema Nacional de Seguridad Pública esté “totalmente acoplado, funcionalmente, a la ejecución del contenido del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad” (el victorioso Genaro habló igualmente de otro de sus grandes “amigos”, el decorativo procurador Eduardo Medina Mora al que ha ido quitando funciones y espacio).
Otros practicantes de esas fraternidades confrontadas son los defensores oficiales de los derechos humanos en los planos nacional y capitalino. El muy cumplido José Luis Soberanes juntó a sus colegas estatales para lanzar un plan de combate a los funcionarios incumplidos (que no sean ellos, desde luego) que, terminados los plazos dados en celebrada reunión palaciega de días atrás, no den visos de estar aparentando con profesionalismo que van disminuyendo la inseguridad pública. Practicantes, en su gran mayoría, del muy bien pagado oficio de simular que defienden a los particulares frente a los abusos de los poderosos, los mencionados ocupantes geográficos de la figura del ombudsman habrían olvidado o no quisieron invitar al presidente de la comisión de la ciudad de México, Emilio Álvarez Icaza, omisión que fue dada a conocer por el propio funcionario no convidado, a lo que el aludido Soberanes respondió que no era así, que la invitación había sido pareja, pero unos quisieron ir “y los que no, no”.
Palabras generadoras de ignorantes tempestades las que escribió días atrás Porfirio Muñoz Ledo. El coordinador formal del Frente Amplio Progresista ha hablado con propiedad de lo necesario que es contar con la posibilidad de revocar el mandato a quien lo ejerza de mala manera, pero ello ha ofendido tan profundamente a ciertas conciencias partidistas y mediáticas que se ha iniciado una grotesca campaña de descalificación contra el promotor de esa idea, arremetiendo más contra el perfil personal de Muñoz Ledo y aprovechando el viaje para añadir tinta de tonos violentos a los retratos de la izquierda lopezobradorista, en espera de que esos bocetos, que fluctúan entre lo falso y lo exagerado, vayan abonando el terreno para más delante “explicar” las reacciones represivas que llegue a tener el gobierno federal (casi en legítima defensa). Las palabras de Muñoz Ledo no suscitaron reflexiones académicas ni sanas discusiones políticas sino una oportunista oleada de “sorpresa” y “temor” ante lo que quiso ser presentado como un virtual llamado a derrocar a los poderes establecidos, casi una convocatoria a las armas. En esa lógica profelipista apareció el sustituto presidente del PRD para cobrar cuentas al poco ortodoxo Porfirio, anunciar que el sol azteca no es “golpista” y ahondar la brecha entre perredistas “legítimos” y “espurios” y en el FAP. Puros cuates, en todos lados.
Astillas
El jefe de la sección consular de la embajada de México en República Dominicana (cónsul de carrera, en tránsito hacia Filadelfia), José Luis Basulto Ortega, ha escrito una novela histórica, Cuiloni: historia de una lágrima, en la que establece que “el Imperio de México fue un obsequio de Moctezuma a Hernán Cortés como parte del cortejo amoroso que tuvieron”. Basulto, quien fue subdirector del Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos, asegura contar con “quince pruebas documentales que demuestran la relación homosexual de ambos” y hace que uno de los personajes de su novela, Gerónimo Aguilar, conversando con la Malinche, llegue a decir que “México se perdió por una loca”. El autor de esa obra ha sido diplomático durante 30 años y asegura que su provocativa interpretación histórica proviene de la lectura de mexicanistas casi olvidados y de varios códices antiguos “censurados”. Basulto envió algunas de sus reflexiones a esta columna porque, dice, con lo escrito aquí “se provoca un dolor reflexivo que pocos están dispuestos a asumir, y creo que este tema que propongo es parte de esa necesidad que tiene el actual poblador de México de reconocer y conocer la verdad ‘manque duela’” El libro, publicado por Editorial Felou, será presentado el próximo 24, a las 17 horas, en uno de los auditorios del INAH... Hoy, a las seis de la tarde, en el Club de Periodistas, será presentado el libro Fin de una era: turbulencias en la globalización, de Alfredo Jalife-Rahme. El texto, publicado por la argentina Editorial del Zorzal, será comentado por el senador Alberto Anaya, dirigente del Partido del Trabajo, que auspicia el acto; el embajador de Portugal en México, Francisco Falcao Machado; el consultor internacional Rogelio Ramírez de la O, el presidente de la Asociación Cívica Mexicana Pro Plata, Hugo Salinas Price, y el autor de los presentes teclazos turbulentos... Y ahora qué, así como sucedió ayer en Querétaro, ¿Mouriño va a hacer una gira nacional para hacer glosa personal del segundo Informe felipense?.. Pues no, que dice Calderón que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no es uno de los compromisos del acuerdo iluminado de Palacio Nacional, así es que mejor no se buscarán esas uvas verdes de la diplomacia... El expediente del ex alcalde de Tonalá, Jorge Vizcarra, detenido ayer en Los Ángeles, muestra la descomposición extrema a que lleva el poder a políticos de todos los partidos, en este caso el PAN hegemónico en Jalisco. Asesinatos por encargo, narcomenudeo a bordo de patrullas y vehículos oficiales y control mafioso de maquinitas tragamonedas en tiendas populares... ¡Hasta mañana!
■ Genaro gana, Soberanes invita
■ Porfirio: revocar, no derrocar
De pronto, la felicidad reina en las alturas. Roberto Campa Cifrián sale de un cargo público entre filtradas insinuaciones de oscuridad en el manejo de futuras compras de material electrónico para registro público de vehículos, pero su verdugo, el secretario federal de Seguridad Pública, Genaro García Luna, se esmera en difundir que no ha tenido roces ni diferencias con el gordillista que supuestamente habría preferido un proyecto político “personal” sobre sus compromisos sociales. Cuates, bien cuates. Tanto, que el licenciado Calderón ha entregado al triunfante García Luna la facultad de proponer al sustituto, para que el siguiente secretario técnico del Sistema Nacional de Seguridad Pública esté “totalmente acoplado, funcionalmente, a la ejecución del contenido del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad” (el victorioso Genaro habló igualmente de otro de sus grandes “amigos”, el decorativo procurador Eduardo Medina Mora al que ha ido quitando funciones y espacio).
Otros practicantes de esas fraternidades confrontadas son los defensores oficiales de los derechos humanos en los planos nacional y capitalino. El muy cumplido José Luis Soberanes juntó a sus colegas estatales para lanzar un plan de combate a los funcionarios incumplidos (que no sean ellos, desde luego) que, terminados los plazos dados en celebrada reunión palaciega de días atrás, no den visos de estar aparentando con profesionalismo que van disminuyendo la inseguridad pública. Practicantes, en su gran mayoría, del muy bien pagado oficio de simular que defienden a los particulares frente a los abusos de los poderosos, los mencionados ocupantes geográficos de la figura del ombudsman habrían olvidado o no quisieron invitar al presidente de la comisión de la ciudad de México, Emilio Álvarez Icaza, omisión que fue dada a conocer por el propio funcionario no convidado, a lo que el aludido Soberanes respondió que no era así, que la invitación había sido pareja, pero unos quisieron ir “y los que no, no”.
Palabras generadoras de ignorantes tempestades las que escribió días atrás Porfirio Muñoz Ledo. El coordinador formal del Frente Amplio Progresista ha hablado con propiedad de lo necesario que es contar con la posibilidad de revocar el mandato a quien lo ejerza de mala manera, pero ello ha ofendido tan profundamente a ciertas conciencias partidistas y mediáticas que se ha iniciado una grotesca campaña de descalificación contra el promotor de esa idea, arremetiendo más contra el perfil personal de Muñoz Ledo y aprovechando el viaje para añadir tinta de tonos violentos a los retratos de la izquierda lopezobradorista, en espera de que esos bocetos, que fluctúan entre lo falso y lo exagerado, vayan abonando el terreno para más delante “explicar” las reacciones represivas que llegue a tener el gobierno federal (casi en legítima defensa). Las palabras de Muñoz Ledo no suscitaron reflexiones académicas ni sanas discusiones políticas sino una oportunista oleada de “sorpresa” y “temor” ante lo que quiso ser presentado como un virtual llamado a derrocar a los poderes establecidos, casi una convocatoria a las armas. En esa lógica profelipista apareció el sustituto presidente del PRD para cobrar cuentas al poco ortodoxo Porfirio, anunciar que el sol azteca no es “golpista” y ahondar la brecha entre perredistas “legítimos” y “espurios” y en el FAP. Puros cuates, en todos lados.
Astillas
El jefe de la sección consular de la embajada de México en República Dominicana (cónsul de carrera, en tránsito hacia Filadelfia), José Luis Basulto Ortega, ha escrito una novela histórica, Cuiloni: historia de una lágrima, en la que establece que “el Imperio de México fue un obsequio de Moctezuma a Hernán Cortés como parte del cortejo amoroso que tuvieron”. Basulto, quien fue subdirector del Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos, asegura contar con “quince pruebas documentales que demuestran la relación homosexual de ambos” y hace que uno de los personajes de su novela, Gerónimo Aguilar, conversando con la Malinche, llegue a decir que “México se perdió por una loca”. El autor de esa obra ha sido diplomático durante 30 años y asegura que su provocativa interpretación histórica proviene de la lectura de mexicanistas casi olvidados y de varios códices antiguos “censurados”. Basulto envió algunas de sus reflexiones a esta columna porque, dice, con lo escrito aquí “se provoca un dolor reflexivo que pocos están dispuestos a asumir, y creo que este tema que propongo es parte de esa necesidad que tiene el actual poblador de México de reconocer y conocer la verdad ‘manque duela’” El libro, publicado por Editorial Felou, será presentado el próximo 24, a las 17 horas, en uno de los auditorios del INAH... Hoy, a las seis de la tarde, en el Club de Periodistas, será presentado el libro Fin de una era: turbulencias en la globalización, de Alfredo Jalife-Rahme. El texto, publicado por la argentina Editorial del Zorzal, será comentado por el senador Alberto Anaya, dirigente del Partido del Trabajo, que auspicia el acto; el embajador de Portugal en México, Francisco Falcao Machado; el consultor internacional Rogelio Ramírez de la O, el presidente de la Asociación Cívica Mexicana Pro Plata, Hugo Salinas Price, y el autor de los presentes teclazos turbulentos... Y ahora qué, así como sucedió ayer en Querétaro, ¿Mouriño va a hacer una gira nacional para hacer glosa personal del segundo Informe felipense?.. Pues no, que dice Calderón que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no es uno de los compromisos del acuerdo iluminado de Palacio Nacional, así es que mejor no se buscarán esas uvas verdes de la diplomacia... El expediente del ex alcalde de Tonalá, Jorge Vizcarra, detenido ayer en Los Ángeles, muestra la descomposición extrema a que lleva el poder a políticos de todos los partidos, en este caso el PAN hegemónico en Jalisco. Asesinatos por encargo, narcomenudeo a bordo de patrullas y vehículos oficiales y control mafioso de maquinitas tragamonedas en tiendas populares... ¡Hasta mañana!
posted by H2AGUA at
10:38 p.m.
