Iluminen a Calderón
Criterios
Mensajes transmitidos en cadena nacional, reuniones con los actores del reclamo cubiertas por el duopolio televisivo que atestiguaba apapachos al borde de las lágrimas, discursos emotivos y campañas mediáticas pagadas, eran fórmulas predilectas de la autodenominada pareja presidencial, del gobierno de la alternancia, para sortear cualquier problema.
A 20 meses y 13 días del inicio del gobierno que declaró la Guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado y proclamó como objetivos supremos el imperio de la ley y la creación de empleos, el estilo Guanajuato de gobernar de Vicente Fox Quesada y Martha María Sahagún Jiménez vuelve por su fueros.
La guanajuatización del país, anunciada con bombo y platillo por Germán Martínez Cázares, por lo que se observa va más allá del Partido Acción Nacional y del sueño guajiro de teñir de azul el mapa en las elecciones de 2009.
El objetivo es también guanajuatizar la Presidencia. Allí están en todo su esplendor los métodos y las prácticas del foxiato que, con todo y cambios en el gabinete, sigue disponiendo de un tercio de los cargos. Y el resto lo ocupan cada vez más los amigos de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa quien, paulatinamente, como bien señaló Leonardo Curzio en Primer plano de Canal Once, se rodea de quienes le impedirán percibir el México real y le mostrarán uno al gusto.
Tempranamente el michoacano del “Haiga sido como haiga sido” del 2 de julio de 2006 --el primer gran secuestro, el de la soberanía popular, de acuerdo a la percepción de la tercera parte de los electores-- y que zalameramente le recordó José Luis Gutiérrez Cureño, el perredista que gobierna Ecatepec, el municipio más poblado del país, declina obligaciones que juró cumplir ante el Congreso de la Unión, y travistiéndose como uno más de los mexicanos pretende sumarse “al justo reclamo” de los organizadores de las marchas del 30 de agosto en el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey, bajo el nombre de Movimiento de Expresión Ciudadana Iluminemos México.
El abogado y economista que de maneras buenas y malas, más las segundas que las primeras, pujó por ocupar la silla presidencial, así fuera apuntalado por el Ejército y el Estado Mayor Presidencial, con una Guerra al narcotráfico y el crimen organizado como vía para recuperar la legitimidad que no conquistó en las urnas, virtualmente arroja la toalla de las obligaciones presidenciales al sumarse a los reclamos que son de la ciudadanía y que las autoridades, todas y de los tres niveles de gobierno, están obligadas a atender, a resolver; además de los poderes Judicial y Legislativo.
Bienvenidas las marchas de los que confiesan sin pudor: “Tú y yo juntos formamos México, lo cual debería estar por encima de cualquier interés particular; el problema es que esto se nos olvidó, lo dejamos en el camino. ¿Cuándo? No lo sé, pero que importa, hay que retomarlo”.
Los olvidos no son ajenos a la contienda de 2006, la guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador, Un peligro para México, y la decisión de la plutocracia de instalar a un hombre de toda su confianza como presidente de la República.
“Coordinación” se presenta como la palabra clave para afrontar el repunte de los secuestros, a cargo de bandas de sicarios del narcotráfico, por cierto, en el estado de México, Guanajuato y Tabasco, gobernadores que son puestos como ejemplo de colaboración con el grupo gobernante. Pero que sirve también para extorsionar al Gobierno del Distrito Federal que anunció un plan de 20 acciones contra el hampa que comentaremos después.
Mientras los dirigentes de Iluminemos México preparan las marchas, sería agradecible que iluminen a Calderón Hinojosa y al gabinete de seguridad para que éste se coordine un poquito más.
Mensajes transmitidos en cadena nacional, reuniones con los actores del reclamo cubiertas por el duopolio televisivo que atestiguaba apapachos al borde de las lágrimas, discursos emotivos y campañas mediáticas pagadas, eran fórmulas predilectas de la autodenominada pareja presidencial, del gobierno de la alternancia, para sortear cualquier problema.
A 20 meses y 13 días del inicio del gobierno que declaró la Guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado y proclamó como objetivos supremos el imperio de la ley y la creación de empleos, el estilo Guanajuato de gobernar de Vicente Fox Quesada y Martha María Sahagún Jiménez vuelve por su fueros.
La guanajuatización del país, anunciada con bombo y platillo por Germán Martínez Cázares, por lo que se observa va más allá del Partido Acción Nacional y del sueño guajiro de teñir de azul el mapa en las elecciones de 2009.
El objetivo es también guanajuatizar la Presidencia. Allí están en todo su esplendor los métodos y las prácticas del foxiato que, con todo y cambios en el gabinete, sigue disponiendo de un tercio de los cargos. Y el resto lo ocupan cada vez más los amigos de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa quien, paulatinamente, como bien señaló Leonardo Curzio en Primer plano de Canal Once, se rodea de quienes le impedirán percibir el México real y le mostrarán uno al gusto.
Tempranamente el michoacano del “Haiga sido como haiga sido” del 2 de julio de 2006 --el primer gran secuestro, el de la soberanía popular, de acuerdo a la percepción de la tercera parte de los electores-- y que zalameramente le recordó José Luis Gutiérrez Cureño, el perredista que gobierna Ecatepec, el municipio más poblado del país, declina obligaciones que juró cumplir ante el Congreso de la Unión, y travistiéndose como uno más de los mexicanos pretende sumarse “al justo reclamo” de los organizadores de las marchas del 30 de agosto en el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey, bajo el nombre de Movimiento de Expresión Ciudadana Iluminemos México.
El abogado y economista que de maneras buenas y malas, más las segundas que las primeras, pujó por ocupar la silla presidencial, así fuera apuntalado por el Ejército y el Estado Mayor Presidencial, con una Guerra al narcotráfico y el crimen organizado como vía para recuperar la legitimidad que no conquistó en las urnas, virtualmente arroja la toalla de las obligaciones presidenciales al sumarse a los reclamos que son de la ciudadanía y que las autoridades, todas y de los tres niveles de gobierno, están obligadas a atender, a resolver; además de los poderes Judicial y Legislativo.
Bienvenidas las marchas de los que confiesan sin pudor: “Tú y yo juntos formamos México, lo cual debería estar por encima de cualquier interés particular; el problema es que esto se nos olvidó, lo dejamos en el camino. ¿Cuándo? No lo sé, pero que importa, hay que retomarlo”.
Los olvidos no son ajenos a la contienda de 2006, la guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador, Un peligro para México, y la decisión de la plutocracia de instalar a un hombre de toda su confianza como presidente de la República.
“Coordinación” se presenta como la palabra clave para afrontar el repunte de los secuestros, a cargo de bandas de sicarios del narcotráfico, por cierto, en el estado de México, Guanajuato y Tabasco, gobernadores que son puestos como ejemplo de colaboración con el grupo gobernante. Pero que sirve también para extorsionar al Gobierno del Distrito Federal que anunció un plan de 20 acciones contra el hampa que comentaremos después.
Mientras los dirigentes de Iluminemos México preparan las marchas, sería agradecible que iluminen a Calderón Hinojosa y al gabinete de seguridad para que éste se coordine un poquito más.