Otras nuevas 75 buenas intenciones del gobierno de Calderón

Rumbo de México

Desde que Felipe Calderón arribó al gobierno nos recetó una serie de medidas que han resultado altamente dañinas para el país. Inició con acciones de gobierno y, específicamente, arrancó con una guerra contra el crimen organizado que, dos años después, se traduce en muerte y enfrentamiento en todo el país, dejando a la sociedad mexicana en un estado de indefensión del cual no tenemos antecedente.

Ante los malos resultados decidió entonces cambiar las acciones por intenciones de gobierno. Tan peligroso ha resultado hacer que no hacer. Y hoy estamos atrapados entre una crisis económica y un gobierno de dichos; un campo absolutamente desmantelado; índices de desempleo alarmantes; y cien mil etcéteras en los que no abundaré por temor a caer en un estado de depresión, que al menos, me durará lo que falta de este sexenio. No es casual entonces la demanda de si no pueden con el cargo mejor renuncien. Y aquí sería mejor que el Presidente empezara a despachar a varios de los miembros de su Gabinete porque, de no hacerlo, tendrá que empezar a pensar él mismo en preparar su maletas.

Un ejemplo del no hacer de esta Administración son los 75 puntos del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, recién dado a conocer, que son correctos como enunciados pero carecen de conceptualización programática y de largo aliento que verdaderamente abone algo en el mejoramiento del sistema de seguridad pública del país, por cierto, principal demanda del pueblo. Así escritos solo sugieren 75 buenas intenciones de gobierno.

El sistema de Seguridad Pública debe de refundarse, o dicho en términos modernos, se debe de realizar una reingeniería integral de todo el aparato de seguridad que a todas luces ha sido rebasado por la delincuencia organizada.

Debemos tener claridad acerca de que el crimen organizado es un enemigo despiadado y aprovecha las debilidades del Estado mexicano para extender sus redes. Mientras ellos están perfectamente organizados, el gobierno está perfectamente desorganizado, ahí tenemos a los miembros del Gabinete Calderonista responsables de la seguridad, que no solo no son capaces de ponerse de acuerdo entre ellos, sino que pasan continuamente enfrentados. ¿Cómo creer entonces en la efectividad de este Acuerdo si no hemos visto capacidad de negociación entre ellos mismos

, ¿acaso serán capaces de lograr que otras fuerzas políticas alcancen el consenso que ellos no han conseguido

. Paradójico ¿no

Es urgente impulsar los cambios que sean necesarios, empezando por las personas. En términos gubernamentales se deben reformar íntegramente los aparatos de seguridad. Sabemos que en los tres niveles de gobierno existen 1500 mandos policíacos que se renuevan cíclicamente, pero los mandos medios y operativos se mantienen por años, provocando la formación de mafias altamente corrompibles y que, como hemos visto, son parte de los grupos criminales a los que debieran atacar. La remoción de este aparato de corrupción requiere de mano dura y capacidad de gobierno. ¿Podrán nuestros actuales gobernantes

Por nuestra parte, los ciudadanos hemos entrado a la fase de exigir soluciones y, si ello no se cumple, la renuncia de los funcionarios ineficaces. Nuestros políticos han perdido nuestro bono de confianza, nos ofrecieron cambios y han fallado en todo. Esos, que ante cada error se excusaron con el argumento de que apenas estaban adquiriendo experiencia, hoy pasaron a la justificación echándole la culpa a los demás.

Los mexicanos exigimos funcionarios decididos, comprometidos y capaces. No más gobiernos de cuates; no más gobiernos que protejan funcionarios deficientes y corruptos, no más gobiernos de spots y acciones mediáticas. Es el tiempo de las soluciones o las renuncias, ah y para eso, señor Ebrard, no se requieren consultas ciudadanas sangronas, mejor dé soluciones no problemas.