Tres cartas… tres
Diario Libertad / Marcela Gómez Zalce
• El mensaje detrás de la Iniciativa Mérida
• Distintivas precipitaciones
No hay que arrojar margaritas, mi estimado, a los cerdos. Agitado, por decir lo menos, el término de esta semana que muestra, a medida que avanza el tiempo, que este (des)gobierno está muy cerca de la catástrofe… aunque the usual media suspects afirmen lo contrario.
No sólo porque las satisfacciones de Felipe en materia de reformas han resultado ser una imagen fiel de su diminuta persona (ergo, gobierno), sino porque no se pueden llevar las riendas de un país en un marco absoluto de frivolidad etílica, de total irreflexión y de evasión a lo que sucede día con día.
Primero, my friend, porque vender simulaciones tiene un altísimo costo en la percepción de millones de mexicanos pero también, no se olvide, de nuestros inquietos vecinos que perciben a este régimen como uno donde la corrupción y la ratería es materia de análisis y de profundísima preocupación.
En este rubro, más allá de la anécdota del funcionario del área de Presidencia que, haciendo el ridículo, pretendió robarse unas Blackberries, los puntos sobre las íes en la simpática Iniciativa Mérida están comenzando a ser colocados en medio de un tsunami de señales que muestran la escasa confianza que existe para entregar recursos, constantes y sonantes, al gobierno de Felipe Calderón. Nada más seguro como la entrega en especie de juguetes y maravillosos gadgets puntualmente etiquetados para evitar que aparezcan los gandallas de siempre.
Quizá entonces se entienden las razones por las cuales la Comisión de Presupuesto de la Casa de Representantes esté seriamente considerando una simpática reversa, perdón, propuesta, de 295 millones de dólares —léase, no, no… réstense como 209 millones menos— de los 500 inicialmente anunciados. El posible tubazo en el capitolio debería ser leído por estos achispados del Gymboree en el poder, como que hay cautela y desconfianza hacia los usos y costumbres del gobierno de México para con el billete.
Coronados, además, con los espléndidos escándalos de raterías, conflictos de interés, corrupción e historias de horror sobre la singular cleptomanía calderonista federal.
Por si fuera poco, en algunos despachos de Washington se considera también la posibilidad de puntualizar condiciones adicionales para la utilización de los juguetitos pretendidos
(aviones, helicópteros y demás linduras) para la lucha contra la, como se ha visto en estos peligrosos días, muy organizada delincuencia.
En el panorama global es evidente que trascienden, con alarma también, los miles de amparos solicitados de consorcios y empresas importantes contra el cacareado IETU que se va sumando a una lista de focos rojos que tintinean en un tablero sin control y del EPR ni hablar, pues.
El colmo del delicado desmadre —de un largísimo y muy anunciado culebrón de ajuste de cuentas al interior de las complicidades del cártel de Sinaloa con altos despachos de la SSPF de Genaro García Luna— se ha dado con las distintivas ejecuciones en escasos ocho días de Roberto Velasco Bravo, Aristeo Gómez y Edgar Eusebio Millán (delineando en el sangriento mensaje una fascinante cadena de mando), todos relevantes funcionarios federales.
Y aunque algunas veredas de las travesuras apunten al estado de Sinaloa, no deja de ser atractivamente original, mi estimado, que Los Pinos envíe, a unas cuantas horas del asesinato del coordinador de Seguridad Regional de la PFP —gente cercanísima a García Luna—, y con una serie de dudas alrededor de este ajuste de cuentas, un comunicado calificando al funcionario como ejemplar y de reconocida trayectoria (torcida)... trato que, of course, no se dispensa con esa precipitación presidencial a militares asesinados en diversos frentes haciendo tareas que son del ámbito civil.
Es axiomática la influencia del buen Genaro sobre el tesorito inservible de Bucareli y de éste sobre el ánimo de Felipe. Es irrebatible que hay un serio problema de infiltración del narcotráfico en esferas federales y estatales. Es incuestionable que los discursos y pendejadas federales se derrumban con la fría realidad.
Y, sobre todo, es indudable que lo sucedido en estos días tendrá muy peligrosas secuelas.
Ya que al interior de ese divertido cártel hay diferencias…y que, como le explicaba hace algunos días, los tiempos para la traición están, cada vez más cerca con el ameno agravante, que las cartas están abiertas… muy abiertas.
Ayer, my friend, apenas cayó la tercera... ¡Adiós
• El mensaje detrás de la Iniciativa Mérida
• Distintivas precipitaciones
No hay que arrojar margaritas, mi estimado, a los cerdos. Agitado, por decir lo menos, el término de esta semana que muestra, a medida que avanza el tiempo, que este (des)gobierno está muy cerca de la catástrofe… aunque the usual media suspects afirmen lo contrario.
No sólo porque las satisfacciones de Felipe en materia de reformas han resultado ser una imagen fiel de su diminuta persona (ergo, gobierno), sino porque no se pueden llevar las riendas de un país en un marco absoluto de frivolidad etílica, de total irreflexión y de evasión a lo que sucede día con día.
Primero, my friend, porque vender simulaciones tiene un altísimo costo en la percepción de millones de mexicanos pero también, no se olvide, de nuestros inquietos vecinos que perciben a este régimen como uno donde la corrupción y la ratería es materia de análisis y de profundísima preocupación.
En este rubro, más allá de la anécdota del funcionario del área de Presidencia que, haciendo el ridículo, pretendió robarse unas Blackberries, los puntos sobre las íes en la simpática Iniciativa Mérida están comenzando a ser colocados en medio de un tsunami de señales que muestran la escasa confianza que existe para entregar recursos, constantes y sonantes, al gobierno de Felipe Calderón. Nada más seguro como la entrega en especie de juguetes y maravillosos gadgets puntualmente etiquetados para evitar que aparezcan los gandallas de siempre.
Quizá entonces se entienden las razones por las cuales la Comisión de Presupuesto de la Casa de Representantes esté seriamente considerando una simpática reversa, perdón, propuesta, de 295 millones de dólares —léase, no, no… réstense como 209 millones menos— de los 500 inicialmente anunciados. El posible tubazo en el capitolio debería ser leído por estos achispados del Gymboree en el poder, como que hay cautela y desconfianza hacia los usos y costumbres del gobierno de México para con el billete.
Coronados, además, con los espléndidos escándalos de raterías, conflictos de interés, corrupción e historias de horror sobre la singular cleptomanía calderonista federal.
Por si fuera poco, en algunos despachos de Washington se considera también la posibilidad de puntualizar condiciones adicionales para la utilización de los juguetitos pretendidos
(aviones, helicópteros y demás linduras) para la lucha contra la, como se ha visto en estos peligrosos días, muy organizada delincuencia.
En el panorama global es evidente que trascienden, con alarma también, los miles de amparos solicitados de consorcios y empresas importantes contra el cacareado IETU que se va sumando a una lista de focos rojos que tintinean en un tablero sin control y del EPR ni hablar, pues.
El colmo del delicado desmadre —de un largísimo y muy anunciado culebrón de ajuste de cuentas al interior de las complicidades del cártel de Sinaloa con altos despachos de la SSPF de Genaro García Luna— se ha dado con las distintivas ejecuciones en escasos ocho días de Roberto Velasco Bravo, Aristeo Gómez y Edgar Eusebio Millán (delineando en el sangriento mensaje una fascinante cadena de mando), todos relevantes funcionarios federales.
Y aunque algunas veredas de las travesuras apunten al estado de Sinaloa, no deja de ser atractivamente original, mi estimado, que Los Pinos envíe, a unas cuantas horas del asesinato del coordinador de Seguridad Regional de la PFP —gente cercanísima a García Luna—, y con una serie de dudas alrededor de este ajuste de cuentas, un comunicado calificando al funcionario como ejemplar y de reconocida trayectoria (torcida)... trato que, of course, no se dispensa con esa precipitación presidencial a militares asesinados en diversos frentes haciendo tareas que son del ámbito civil.
Es axiomática la influencia del buen Genaro sobre el tesorito inservible de Bucareli y de éste sobre el ánimo de Felipe. Es irrebatible que hay un serio problema de infiltración del narcotráfico en esferas federales y estatales. Es incuestionable que los discursos y pendejadas federales se derrumban con la fría realidad.
Y, sobre todo, es indudable que lo sucedido en estos días tendrá muy peligrosas secuelas.
Ya que al interior de ese divertido cártel hay diferencias…y que, como le explicaba hace algunos días, los tiempos para la traición están, cada vez más cerca con el ameno agravante, que las cartas están abiertas… muy abiertas.
Ayer, my friend, apenas cayó la tercera... ¡Adiós