¿¡Qué quiso decir, Presidente!?
Ricardo Aleman
* ¿Cuáles son “las acciones” que desea divulgar?
* ¿Acaso insinúa complicidad de los medios?
Será el sereno, pero el papel del vocero foxista, Rubén Aguilar —al que convirtió en clásico el motejo “Lo que quiso decir el Presidente...”—, hoy parece más necesario que nunca.
Y es que al ser interrogado para que explicara el “¡ya basta!” que lanzó el viernes contra el crimen organizado y el narcotráfico —que pareció un signo de desesperación— el presidente Calderón terminó por “hacerse bolas” y confundir a muchos, sobre todo en lo que tiene que ver con el papel de los medios y la lucha contra las mafias del crimen.
Como se dijo, el lunes 12 de mayo Calderón ofreció una conferencia de prensa en la que le pidieron ampliar el “¡ya basta!” que lanzó el viernes. Y en efecto, dijo: “Es una convocatoria y una exigencia a todos, sin excepción”; a los ciudadanos, a los que pidió “no ser cómplices de la ilegalidad”; a los líderes del Congreso, “para tener legislación que permita terminar con la impunidad”, y al Poder Judicial, “que tiene que cerrar el paso a la impunidad”.
Pero el “¡ya basta!”, dijo el Presidente, “es también una exigencia a los medios de comunicación, precisamente, para que manifiesten y divulguen las acciones que están, precisamente, deteniendo la estructura de los criminales, para que no se convierta la estrategia de los criminales en una estrategia que busca sembrar terror, en una estrategia compartida por los propios medios de comunicación”. ¿Qué quiso decir el Presidente? ¿Alguien entendió algo?
Pero no era todo. Calderón añadió: “Para que los medios se unan a esta estrategia nacional contra la delincuencia, porque son sus propios compañeros los que están siendo acallados en esas zonas. Porque quienes insinúan que el gobierno se haga para atrás en esta estrategia son, precisamente, quienes buscan que nosotros abandonemos a periodistas, a ciudadanos, a empresarios, a agricultores, a jóvenes”. ¿Qué quiso decir el Presidente? ¿Alguien entendió algo? Pero vamos por partes.
Primero, el Presidente “exigió” a los medios “que manifiesten y divulguen las acciones que están deteniendo la estructura de los criminales”.
¿A qué medios se refiere, Presidente? ¿Qué medios no manifiestan o no divulgan las acciones que detienen las estructuras criminales: la prensa, la radio, la televisión, internet? ¿Por qué no señala a los medios por sus nombres, Presidente? ¿Cuáles son, Presidente, “las acciones que están deteniendo la estructura de los criminales”? ¿Insinúa complicidad de los medios, sea por acción o por omisión? ¿Quiénes estarían en este caso?
Aquí nos detenemos para explicarle al presidente Calderón que salvo casos excepcionales —en donde los medios han sido amenazados por los criminales y sus instalaciones atacadas con granadas o ráfagas de metralleta—, en todo el país se difunde la información básica del flagelo. Eso sí, periodistas de Sinaloa, Sonora, Michoacán, Chihuahua, Durango, Tamaulipas y Baja California, entre otras entidades, han extremado medidas: no firmar las notas, no capturar gráficas y menos videos.
Y esas son medidas elementales de seguridad, reflejo gremial básico para sobrevivir a la indefensión y la impunidad en la que se ejerce el periodismo en no pocas entidades del país. ¿Y sabe por qué, Presidente? Porque ni el de Zedillo, menos el de Fox y tampoco su gobierno han aclarado uno solo de los crímenes de periodistas. En México, el ejercicio periodístico es una profesión del más alto riesgo, a pesar de lo cual los crímenes de informadores siguen en total impunidad.
Todos saben que el sistema presidencialista convierte al mandatario en turno en el hombre mejor informado en México. A partir de esa premisa, es injusto, por decir lo menos, Presidente, que se pretenda generalizar la sospecha de que los medios asumen la misma estrategia de las bandas criminales; la de sembrar y estimular el terror entre la sociedad. No, Presidente, si entre políticos, partidos y gobiernos existen diferencias, también las hay entre los medios y los periodistas. Y si el hombre mejor informado en México cuenta con evidencias de esa supuesta complicidad, lo saludable sería proceder como estadista.
Pero lo verdaderamente grave del asunto resulta el señalamiento que hace el Presidente sobre “quienes insinúan que el gobierno se haga para atrás” en el combate al narcotráfico. Antes de referirse a los medios, Calderón ya había dado pistas sobre ese tema. Dijo: “No nos vamos a sumar al abandono, a la cobardía o a la complicidad que permitieron que México llegara a esta situación”. ¿A qué y a quién se refiere, Presidente? ¿Quiénes insinúan a su gobierno que se haga para atrás en el asunto del crimen organizado y el narcotráfico? ¿Quiénes, Presidente, incurrieron en el abandono, la cobardía y la complicidad, en un asunto estratégico y de seguridad nacional, como ése?
Es importante aclarar que aquí en ningún momento pretendemos regresar al viejo esquema de medios y periodistas intocables e impunes que estimulaban empresas mediáticas y gobiernos durante el priato. En tanto parte del Estado mismo e instrumentos sociales, medios y periodistas están sujetos al escrutinio y la crítica a la que somete la opinión pública a todas las instituciones del Estado, a sus gobernantes y al poder en todas sus formas. Pero tanto medios como periodistas —al igual que la sociedad en general— no pueden ser tratados y medidos con el mismo rasero que, por ejemplo, los jueces, los policías, los legisladores y los gobernantes.
En efecto, Presidente, la responsabilidad de hacer frente al crimen organizado y al narcotráfico es de todos, pero de cada quien en su respectiva trinchera, bajo códigos, estatus, resguardos, responsabilidades y obligaciones distintas. No se puede pedir a los periodistas lo mismo que a los legisladores, que a los jueces, que a los policías, que a usted mismo. ¿Por qué no nos explica qué quiso decir, Presidente, aunque sea mediante un vocero?
* ¿Cuáles son “las acciones” que desea divulgar?
* ¿Acaso insinúa complicidad de los medios?
Será el sereno, pero el papel del vocero foxista, Rubén Aguilar —al que convirtió en clásico el motejo “Lo que quiso decir el Presidente...”—, hoy parece más necesario que nunca.
Y es que al ser interrogado para que explicara el “¡ya basta!” que lanzó el viernes contra el crimen organizado y el narcotráfico —que pareció un signo de desesperación— el presidente Calderón terminó por “hacerse bolas” y confundir a muchos, sobre todo en lo que tiene que ver con el papel de los medios y la lucha contra las mafias del crimen.
Como se dijo, el lunes 12 de mayo Calderón ofreció una conferencia de prensa en la que le pidieron ampliar el “¡ya basta!” que lanzó el viernes. Y en efecto, dijo: “Es una convocatoria y una exigencia a todos, sin excepción”; a los ciudadanos, a los que pidió “no ser cómplices de la ilegalidad”; a los líderes del Congreso, “para tener legislación que permita terminar con la impunidad”, y al Poder Judicial, “que tiene que cerrar el paso a la impunidad”.
Pero el “¡ya basta!”, dijo el Presidente, “es también una exigencia a los medios de comunicación, precisamente, para que manifiesten y divulguen las acciones que están, precisamente, deteniendo la estructura de los criminales, para que no se convierta la estrategia de los criminales en una estrategia que busca sembrar terror, en una estrategia compartida por los propios medios de comunicación”. ¿Qué quiso decir el Presidente? ¿Alguien entendió algo?
Pero no era todo. Calderón añadió: “Para que los medios se unan a esta estrategia nacional contra la delincuencia, porque son sus propios compañeros los que están siendo acallados en esas zonas. Porque quienes insinúan que el gobierno se haga para atrás en esta estrategia son, precisamente, quienes buscan que nosotros abandonemos a periodistas, a ciudadanos, a empresarios, a agricultores, a jóvenes”. ¿Qué quiso decir el Presidente? ¿Alguien entendió algo? Pero vamos por partes.
Primero, el Presidente “exigió” a los medios “que manifiesten y divulguen las acciones que están deteniendo la estructura de los criminales”.
¿A qué medios se refiere, Presidente? ¿Qué medios no manifiestan o no divulgan las acciones que detienen las estructuras criminales: la prensa, la radio, la televisión, internet? ¿Por qué no señala a los medios por sus nombres, Presidente? ¿Cuáles son, Presidente, “las acciones que están deteniendo la estructura de los criminales”? ¿Insinúa complicidad de los medios, sea por acción o por omisión? ¿Quiénes estarían en este caso?
Aquí nos detenemos para explicarle al presidente Calderón que salvo casos excepcionales —en donde los medios han sido amenazados por los criminales y sus instalaciones atacadas con granadas o ráfagas de metralleta—, en todo el país se difunde la información básica del flagelo. Eso sí, periodistas de Sinaloa, Sonora, Michoacán, Chihuahua, Durango, Tamaulipas y Baja California, entre otras entidades, han extremado medidas: no firmar las notas, no capturar gráficas y menos videos.
Y esas son medidas elementales de seguridad, reflejo gremial básico para sobrevivir a la indefensión y la impunidad en la que se ejerce el periodismo en no pocas entidades del país. ¿Y sabe por qué, Presidente? Porque ni el de Zedillo, menos el de Fox y tampoco su gobierno han aclarado uno solo de los crímenes de periodistas. En México, el ejercicio periodístico es una profesión del más alto riesgo, a pesar de lo cual los crímenes de informadores siguen en total impunidad.
Todos saben que el sistema presidencialista convierte al mandatario en turno en el hombre mejor informado en México. A partir de esa premisa, es injusto, por decir lo menos, Presidente, que se pretenda generalizar la sospecha de que los medios asumen la misma estrategia de las bandas criminales; la de sembrar y estimular el terror entre la sociedad. No, Presidente, si entre políticos, partidos y gobiernos existen diferencias, también las hay entre los medios y los periodistas. Y si el hombre mejor informado en México cuenta con evidencias de esa supuesta complicidad, lo saludable sería proceder como estadista.
Pero lo verdaderamente grave del asunto resulta el señalamiento que hace el Presidente sobre “quienes insinúan que el gobierno se haga para atrás” en el combate al narcotráfico. Antes de referirse a los medios, Calderón ya había dado pistas sobre ese tema. Dijo: “No nos vamos a sumar al abandono, a la cobardía o a la complicidad que permitieron que México llegara a esta situación”. ¿A qué y a quién se refiere, Presidente? ¿Quiénes insinúan a su gobierno que se haga para atrás en el asunto del crimen organizado y el narcotráfico? ¿Quiénes, Presidente, incurrieron en el abandono, la cobardía y la complicidad, en un asunto estratégico y de seguridad nacional, como ése?
Es importante aclarar que aquí en ningún momento pretendemos regresar al viejo esquema de medios y periodistas intocables e impunes que estimulaban empresas mediáticas y gobiernos durante el priato. En tanto parte del Estado mismo e instrumentos sociales, medios y periodistas están sujetos al escrutinio y la crítica a la que somete la opinión pública a todas las instituciones del Estado, a sus gobernantes y al poder en todas sus formas. Pero tanto medios como periodistas —al igual que la sociedad en general— no pueden ser tratados y medidos con el mismo rasero que, por ejemplo, los jueces, los policías, los legisladores y los gobernantes.
En efecto, Presidente, la responsabilidad de hacer frente al crimen organizado y al narcotráfico es de todos, pero de cada quien en su respectiva trinchera, bajo códigos, estatus, resguardos, responsabilidades y obligaciones distintas. No se puede pedir a los periodistas lo mismo que a los legisladores, que a los jueces, que a los policías, que a usted mismo. ¿Por qué no nos explica qué quiso decir, Presidente, aunque sea mediante un vocero?
Etiquetas: Analistas